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Babin y Peybernes, que podrían formar pareja hoy, intercambian impresiones ayer con Blackman durante el último entrenamiento.

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Babin y Peybernes, que podrían formar pareja hoy, intercambian impresiones ayer con Blackman durante el último entrenamiento. A. GARCÍA
Sporting

El Sporting se cita con sus miedos

El equipo, que pisará por primera vez el Wanda, busca su primer triunfo a domicilio en seis meses | Baraja, que repetirá con el 4-2-3-1 contra el Rayo Majadahonda, asocia a Babin con el francés Peybernes antes de partir para Madrid

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Lunes, 8 de octubre 2018, 01:37

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Día festivo para el fútbol, dedicado a lamer las cicatrices del fin de semana, a la reflexión o a estirar la sonrisa, día laboral para el Sporting, que se presentará esta noche en el majestuoso Wanda Metropolitano (20 horas) con el ánimo de hacer añicos el mal fario que le persigue en los viajes. Hace seis meses del último festejo como forastero de la cuadrilla que dirige Rubén Baraja, una apisonadora en El Molinón que gripa con reiteración sin su abrigo. Aunque el reciente triunfo ante Las Palmas ha proporcionado un subidón al equipo, una ola a la que quiere seguir enganchado el grupo rojiblanco superando esta prueba del algodón.

Sin el Atlético como anfitrión, con el debutante Rayo Majadahonda al otro lado de la discusión, el Sporting se estrenará para la memoria histórica en el óvalo 'colchonero', un estadio con categoría cinco estrellas, en Segunda y en un ambiente raro para propios y extraños. El día, la hora y la inmensidad del Wanda -tiene capacidad para unos 70.000 espectadores- provocarán un páramo en la grada y cierta frialdad ambiental, contra la que pelearán un millar de sportinguistas que han podido regatear la temida zona dedicada a la afición rival: en las alturas y con una interminable red delante de las narices que dificulta el disfrute de la experiencia.

En el día de cierre, el Sporting persigue un triunfo que le permita pegar un bocado a la clasificación, ajustar cuentas con los rivales más directos, que caminan a buen paso y, de paso, encerrar sus fantasmas en el armario. Aunque las diferencias entre ambos conjuntos son ostensibles, ante un club que la pasada temporada no pasaba de los 300 abonados en Segunda B, la empresa tiene letra pequeña y riesgo. Tierno en muchos aspectos, magullado por tres derrotas consecutivas en su saldo de cuentas reciente y viviendo de prestado en un campo que no es el suyo (en enero tiene previsto volver al Cerro del Espino, de obras), el Rayo Majadahonda ya se las ha hecho pasar canutas a algunos equipos, como el Málaga, que tuvo que sudar de lo lindo en La Rosaleda para noquearle.

Baraja ha aprovechado la semana para conectar el sonar de todos sus jugadores y que comparezcan frenéticos a la cita de esta noche. El partido tiene un punto de oportunidad y de tranquilidad en el horizonte si se amarra la victoria. Y el técnico, de libreto clásico, la buscará con una embestida sin estridencias, dando palique al grupo que arrolló a Las Palmas hace algo más de una semana, al que se sumará Babin, empujado fuera del once sobre la marcha ese día por un virus. Faltaba solo la confirmación de su acompañante. Y antes de partir, Baraja insinuó en el último ensayo que hoy asociará a Peybernes con el internacional por Martinica. Álex Pérez, impecable como el francés en la séptima jornada, vivirá su primer partido como suplente después de haberlo disputado todo en las siete primeras semanas del campeonato.

Posición estratégica

Sobre esos pilares situará el Sporting su artillería, vestido de nuevo con el 4-2-3-1, menos rígido y más profundo para enchufar con Djurdjevic, un islote en las dos últimas visitas del equipo esta temporada y ansioso ya por celebrar su primera diana, que se resiste y comienza a generar bastante ruido exterior. La nueva estratégica posición de Lod, liberado del corsé de la banda izquierda y al que todavía falta un mejor engrase y más físico, procuró momentos de gran fútbol ante Las Palmas. Para ello tiene que seguir embalado Álvaro Jiménez en la derecha, compinchado con el mejor Carmona en la izquierda, todos ellos sujetados por los bestiales esfuerzos de Cofie y André Sousa.

Delante de todos ellos, el Rayo Majadahonda de Antonio Iriondo, con Jorge y Álvaro Bustos bombeando el fútbol de Mareo por sus venas, aunque, salvo imprevisto, ninguno será del once titular. El oponente de esta noche buscará el desgaste desde la posesión de balón, principio inquebrantable para su técnico, pero le cuesta horrores morder en la yugular y cerrar la persiana (ha recibido once goles). Con todo, y una diferencia de casi 6,9 millones de euros de tope salarial, ofrece buenos ratos de fútbol y supone una amenaza en toda regla si se produce un nuevo apagón en el equipo en una cita con mucha miga.

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