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Mecerreyes, titular en todos los duelos ligueros, se ejercitó con el readaptador Róber Montes. ARNALDO GARCÍA
La travesía en el desierto del Sporting B

La travesía en el desierto del Sporting B

Colistas desde el triunfo del Marino el pasado sábado, los rojiblancos necesitan recortar seis puntos en la segunda mitad de campeonato

IVÁN ÁLVAREZ

GIJÓN.

Viernes, 22 de enero 2021, 02:04

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Con sus principales estandartes de nuevo reunidos a las órdenes de Samuel Baños después de tres semanas bajo las directrices de David Gallego para cubrir las bajas provocadas por el brote de covid-19, el Sporting B se afana en tratar de enderezar su rumbo mientras tapa vías de agua. Relegado a lo más hondo de la clasificación después de la victoria del Marino el pasado sábado, el filial rojiblanco navega en plena marejada para remontar una desventaja de seis puntos respecto a los puestos que permiten evitar la lucha por eludir el descenso en la segunda fase de la competición liguera.

No está siendo para los jóvenes sportinguistas una temporada sencilla, torcida desde su apertura por la plaga de bajas concentrada en el eje de la zaga que saboteó su puesta de largo ante la Cultural Leonesa. Su campaña se ha convertido en una continua carrera de obstáculos, trazada entre la inexperiencia de su plantilla, la dinámica negativa de resultados y la incidencia del coronavirus, que ha obligado a aplazar sus dos últimos encuentros y ha estirado por encima del mes el parón competitivo ligado a la tregua navideña. Apremiado por su déficit de puntos, aunque con dos partidos menos, necesita un golpe de efecto con un buen resultado mañana (15.30 horas) ante el líder en Mareo. De su feudo, principal granero para su casillero el curso pasado, han volado ya una decena de puntos en diez partidos. Muchas concesiones para un equipo que solo ha podido evitar la derrota en uno de sus tres desplazamientos, con un empate amargo tras llevar la iniciativa en el marcador en Ganzábal desde el primer cuarto de hora hasta el último minuto.

Esa gestión del tramo final de los encuentros, con tres goles recibidos en los diez últimos minutos que supusieron un peaje de cinco puntos, es uno de los debes de un conjunto que por su naturaleza de equipo puente y la irregularidad de sus resultados todavía no ha podido repetir alineación a lo largo de esta campaña. Los estrictos protocolos de la Liga de Fútbol Profesional restringen el habitual trasiego entre primer equipo y filial para añadir más dificultad a la labor de pulir los automatismos dentro de un bloque sin apenas bagaje previo en la categoría que debe elevar su solidez defensiva. La única victoria cosechada en ocho partidos disputados se produjo en el primer y último partido en el que los rojiblancos echaron el candado a su meta.

Víctima del efecto dominó desencadenado en el club durante el pasado verano, el filial rojiblanco, la plantilla más joven del grupo, está pagando la novatada con su falta de contundencia en las dos áreas y ha añorado la pegada de Berto, su máximo artillero el curso anterior con once dianas en veintiún partidos. La cuenta del avilesino, tentado por los cantos de sirena del Córdoba el pasado verano y en el presente mercado invernal, se detuvo en el certero golpe franco ejecutado en el encuentro que abrió el campeonato ante la Cultural Leonesa. Por su expulsión en la cuarta jornada acumula ya dos meses y medio alejado de la competición.

La inactividad es una de las trabas con las que han lidiado los de Samuel Baños, que ha hecho hincapié sobre la importancia de revertir la dinámica con pequeñas conjuras a través de charlas sobre el césped como la que protagonizó ayer en Mareo. El técnico maliayo planifica el duelo sin el futbolista que más minutos suma de su plantilla, Mecerreyes, una de las piezas fundamentales en la medular, al que una lesión muscular impedirá prolongar su pleno en las alineaciones.

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