«Asturias tiene muy clara la orientación hacia el emprendimiento innovador»

-¿España goza de buena salud emprendedora?

-Sí. Estamos en un buen momento y así nos los confirman los datos de los informes que manejamos. Pero hay que orientarlo y sacarle partido a todos los niveles. Por ejemplo, tenemos que cuidar a las empresas en las fases siguientes a las de su puesta en marcha, para que tengan inversión en España. También el tema de las brechas, tanto de género como territoriales. No tiene nada que ver el emprendimiento de Madrid o Barcelona con el del resto de España, donde cuesta todavía mucho más. Y, además, hay que hacer un esfuerzo importante con el emprendimiento femenino. Existe, pero tiene menos valor añadido. Es casi un autoempleo.

-El segundo 'apellido' de Enisa es el de innovación. ¿También ahí somos un país saludable?

-Estamos mejorando. Lo más positivo de este momento económico y vital que tenemos con los fondos europeos es que estamos hablando de transformaciones, no solo de salir de la crisis, sino de cambiar el modelo, y en este sentido el emprendimiento y la innovación son muy importantes, porque son trasversales. La innovación, que no es una cuestión que hayamos inventado ahora, tiene que ser sistémica y dotarnos de capacidad para adaptarnos a la revolución digital y ecológica que estamos viviendo.

-Pero España sigue alejada de los puestos de cabeza europeos en el 'ranking' innovador.

-España tenía una carencia insostenible en I+D+i para mantenernos en un nivel de progreso como tiene que tener la decimocuarta economía mundial. El Gobierno lo está corrigiendo. Se hizo un esfuerzo muy grande en el ámbito de infraestructuras digitales, pero bajamos en el nivel global por dos cuestiones: una, por ese nivel de inversión en I+D+i que ha sido inaceptablemente bajo, y la otra, por la capacidad de transferencia de nuestro conocimiento al mundo empresarial, al sistema productivo en general y, especialmente, a las pymes. Son los dos elementos que tenemos que corregir para ser un país más potente en cuanto a innovación. Estamos lejos de la cabeza. Nos corresponde un perfil mayor.

-¿Cuáles son los principales perfiles de empresas que Enisa financia en España?

-Tanto en solicitudes (recibimos unas 1.800 - 1.900 al año) como en aprobaciones, hay dos perfiles claros: el de 'startup', entendida como empresa con un alto nivel tecnológico y capacidad de crecimiento rápido; y luego el perfil de pymes, que quieren innovar o avanzar en innovación. En el primero, Enisa es la referencia porque todas o casi todas vienen aquí, nos identifican, nos ven útiles como instrumento público. En el caso de las pymes, hay más instrumentos, pero avanzamos.

-¿Qué sectores despuntan más en el ámbito emprendedor?

-Los sectores se están transformando completamente. Soy ingeniero industrial, y vengo del mundo industrial, y nos llegan muchas empresas que realmente son industriales, pero que están introduciendo métodos de digitalización. ¿Dónde las metes? Un ejemplo de Asturias que estuve viendo y hemos financiado: Triditive. Es una empresa de máquina-herramienta, porque están haciendo máquinas para impresión 3D, pero también se le puede considerar como sector digital. También hay del sector bio en sentido amplio, del de movilidad, el energético, o el sector agro, que tenemos una línea específica. En cualquier caso, los dos grandes vectores de cambio en todos los ámbitos son la digitalización y la sostenibilidad.

-Decía antes que había que trabajar para reducir la brecha territorial. ¿En qué nivel sitúa a Asturias?

-Asturias ha sufrido y ha vivido muchas reconversiones industriales y económicas. Ahora sin duda tiene muy clara la orientación hacia este emprendimiento innovador y el modelo de negocio que se está impulsando y creciendo. Hay un poso industrial en la región que se está aprovechando y se tiene que aprovechar más, pero son cuestiones que llevan tiempo. Pero la orientación del Gobierno del Principado y del Idepa es muy buena. Hay muchos sectores que tienen gran potencial en el ámbito de la sostenibilidad, el bio y toda la parte industrial. Triditive puede ser un ejemplo potente.

-Pero Madrid y Barcelona seguirán siendo la referencia.

-Madrid y Barcelona seguirán siendo los grandes 'hubs', como ocurre en el resto del mundo, porque hay cierto talento que prefiere estar en las grandes ciudades, pero hay toda una innovación que se debe hacer en el resto del territorio, y más con las oportunidades que ofrece la digitalización. Por ejemplo, Izertis, que también financiamos, puede pasar en Asturias o puede pasar en Madrid. Hay que trabajarlo y aprovecharlo. Enisa quiere seguir extendiéndose y los fondos europeos van alineados en esa dirección.

-Asturias quiere sumar a su tradicional e histórico 'claim' de 'Paraíso Natural' el de 'Paraíso Digital'. ¿Lo ve factible?

-El de 'Paraíso Natural' lo vais a seguir manteniendo a mucha honra. Pero el Gobierno de Asturias lo tiene claro y se está enfocando hacia la digitalización aprovechando el poso industrial. En la región hay, además, una buena universidad y la base de todo es el conocimiento y la capacidad de transferirlo a modelos de negocio, de producción, algo que nos permita vivir, no solo conocer y saber. Se está orientando bien en el Principado, que presenta condiciones para tener un importante desarrollo económico en los próximos años.

-En Asturias también se defiende una colaboración público-privada que, según usted, es fundamental para que el emprendimiento sea una vía efectiva de éxito. ¿Cómo lograrlo?

-Cuando hay cambios tan grandes como el actual, con la digitalización y la sostenibilidad, con la revolución industrial, la capacidad innovadora y de emprendimiento marca la diferencia. Y si vemos modelos de otros países todos tienen elementos en común. El primero, el conocimiento, porque sin talento, ni formación, no hay materia prima. El segundo, la capacidad de transferir el conocimiento a un sistema económico productivo que nos permita vivir bien de ello. Y el tercero, que es común en todos los sistemas económicos, es la colaboración público-privada. Tiene que haber los dos ámbitos, y cada uno entender su papel: el público, es tractor, orientador, y el campo de juego tiene que ser, al final, el privado. Hay que combinar el apoyo público con la fuerza e inversión privada, que es una de las bases por las que el ecosistema emprendedor ha crecido.

-¿Hasta qué punto Enisa apuesta sobre seguro? ¿O se financian proyectos de riesgo?

-La única apuesta segura es que si no lo haces dentro de unos años va a ser peor. Como la educación. Puede costar dinero, pero cuesta más no hacerlo. Nuestros proyectos tienen un riesgo, pero no invertir en emprendimiento y en innovación es seguro un fracaso para el futuro. Asumimos un riesgo como instrumento público que somos. No pedimos avales y garantías y hay proyectos que fallan y que no nos pueden pagar. Es una minoría. Perdemos en algún caso porque no entramos en el capital de la empresa. Si hubiéramos entrado en el capital de MasMóvil o Cabify habríamos cubierto todos los fallidos, pero no seríamos útiles. Somos un instrumento público, tenemos que velar por la utilidad y por la sostenibilidad. Asumimos un riesgo para traccionar, para que el capital privado pueda entrar él con menos y con más fuerza.

-La pregunta del millón. ¿Cuáles son los puntos más débiles en un proyecto emprendedor?

-La clave del éxito es tener un producto o un servicio o un negocio que tiene un mercado, una demanda o una necesidad. ¿Puntos débiles? Saber encajarlo. Saber cuándo, cuánto y cómo invertir, que no es sencillo. Hay que decidir si metes más o menos dinero al principio o luego. Al final, tiene que haber equipos compensados. Nosotros hablamos de modelos de negocio. No de proyectos de I+D, sino proyectos con carácter innovador que ya están en el mercado.

-Menos del 16% de las 'startups' tecnológicas han sido fundadas por mujeres. ¿Qué falla en el emprendimiento femenino?

-No es que las mujeres sean menos emprendedoras. Las cifras generales por género son similares, pero si nos vamos a emprendimiento en actividades con un nivel medio-alto tecnológico hay una diferencia muy grande. Tenemos que conseguir que el emprendimiento de las mujeres sea de más calidad. Es una brecha histórica que el Gobierno quiere ir cerrando, pero lleva tiempo. No podemos perder el 52% del talento de la sociedad cuando estamos hablando de innovar, cambiar el modelo productivo y ser más competitivo. Tenemos, como sociedad, la obligación tanto moral como económica de cerrar esa brecha.