«La investigación lleva tiempo, hace falta un sistema sólido para recuperar el talento»

–Enhorabuena. ¿Qué significa y qué va a hacer con esta beca?

–Es un reconocimiento a mi trabajo y al de mis compañeros estos años y una oportunidad para seguir profundizando en nuestra investigación: la captura y conversión de contaminación (dióxido de carbono y gases de efecto invernadero) en productos que necesitamos en la sociedad, como combustibles más limpios, materiales para la construcción, fibras para el sector textil, polímeros y plásticos para todas las industrias que los utiizan: electrónica, alimentación... Y lo hacemos usando energía renovable.

–¿Qué sistema emplean?

–Con la tecnología electroquímica. Es muy similar a la que usa para generar hidrógeno verde, en la que separan los átomos de las moléculas de agua. En nuestro caso, hacemos lo mismo, pero añadimos CO2 a la ecuación. Logramos así compuestos de carbono también. Se basa en el desarrollo de nanomateriales que pueden hacer transformaciones químicas.

–Ingeniero de Telecomunicaciones por la EPI y matemático por la UNED. ¿Por qué optó por esta línea investigadora?

–Ha sido una transformación gradual. Aquí, en España, después en Bélgica y más tarde en la Univesidad de Toronto (Canadá), donde he estado investigando seis años, he estado trabajando en el diseño de nanomateriales para aplicaciones de energía. Esto es, para hacer celdas solares más baratas, más flexibles y eficientes y disponer de dispositivos electrónicos también más eficientes. Y lo fui compaginando con el aprovechamiento de gases contaminantes en productos de mucho valor añadido.

–Mucho se habla del retorno de talento. ¿Se hace lo suficiente?

–Iniciativas como la de Fundación 'la Caixa' están muy bien, pero no podemos olvidar que la inversión de España en I+D está por debajo de la media europea y hay que estar por encima. Si queremos un cambio de modelo productivo, hay que ir por delante, con inversiones a medio y largo plazo, sin cortoplacismos.

–Dice que la investigación lleva tiempo y hay que ser paciente.

–Efectivamente, es así. Para lograr el retorno científico hay que tener un mecanismo sólido que permita planificar, tener ecosistemas que permitan que que un investigador de Hong Kong pueda ir a Gijón a investigar y que encuentre un entorno para atraer a otros, conectar con empresas...

–Trabaja en el Instituto de Ciencias Fotónicas en Barcelona. ¿Cómo ve Asturias en su transformación ecolócia y digital?

–Por Asturias han pasado muchos trenes, que se pueden haber aprovechado mejor o peor, pero los fondos europeos son una oportunidad única para tranformar la industria asturiana, de marcado carácter siderúrgico y minero, revitalizarla y hacerla sostenible, así como sentar las bases para otras de tecnologías emergentes.

–¿Le gustaría regresar?

–Yo siempre quiero volver a Asturias (sonríe), aunque ahora acabo de asentarme en Barcelona y no lo pienso. En Asturias hay casi magos que, con los recursos que tienen, consiguen logros pioneros. Me encantaría contribuir a modernizarla y a transformarla.

–¿La pandemia ha servido de verdad para valorar la ciencia?

–Ha puesto de manifiesto la investigación de años en vacunas, ¿Va a servir para poner el foco en cuestiones como el cambio climático? Lo dirá el tiempo, pero sí veo que hay movimientos a escala internacional en esa dirección.