Manuel Fanjul: «La FP acabaría con el desempleo en Asturias con una buena gestión»

Hasta su reciente jubilación, Manuel Fanjul Antuña (Langreo, 1955) ha dedicado toda su vida profesional a la formación profesional, hasta el punto de ser considerado como uno de los mayores expertos de este país en FP. Así lo atestiguan en varias comunidades autónomas, en las que participó para sacar adelante sus propuestas formativas e incluso leyes de Educación. Con una larga trayectoria como docente que le llevó a Moreda, IES Cuenca del Nalón y Consejería de Educación como coordinador de FP, donde recibió sus mayores satisfacciones fue en el CIFP de Mantenimiento y Servicios a la Producción de Langreo, del que fue director desde 2006 hasta 2019.

-Aquí todo el mundo habla de la FP, sobre todo en los últimos tiempos, ¿pero sigue siendo la gran desconocida en la sociedad en general?

-Yo creo que aquí todo el mundo habla de su propia FP, sin ver sus valores reales y en su conjunto formativo. Creo que la FP tiene una importancia tremenda, creo que con una buena gestión no habría el desempleo que hay en este momento, no habría el descontento social que hay, no habría el problema de encontrar técnicos que existe y el mundo sería diferente. El problema es que a la FP se la maltrata, no se potencia.

-¿Sigue siendo un poco el refugio del hijo que no llega a la Universidad o eso ya pasó a la historia?

-Los padres siempre queremos lo mejor para los hijos. El padre que antes trabajaba en la acería o en la mina, con su mono azul, no se ha dado cuenta que esos trabajos de antes, en algunos casos penosos, hoy se han convertido en auténticos laboratorios. Tú vas a alguna instalación de ese tipo y si se te cae un caramelo al suelo puedes cogerlo con tranquilidad porque está tan limpio como puede estar cualquier despacho. Y todavía nos queda un poco esa reticencia: mi hijo que no se manche, que vaya de corbata, y como mucho de bata blanca en un taller. Y no nos damos cuenta de que un fontanero autónomo gana más al mes que un doctor en medicina.

-¿Se sigue necesitando entonces un cambio de mentalidad? Y por otro lado, ¿en qué hay que seguir avanzando?

-Tenemos que avanzar en la integración del mundo de la empresa en la formación profesional, en una modernización de las tecnologías en los centros educativos, en una integración entre la tecnología del centro y la de la industria, en una gran orientación del alumnado y de las empresas; en no hacer distinciones entre la formación profesional denominada para el empleo y basada en certificados o la formación profesional basada en títulos del ámbito educativo, porque toda la formación profesional es un conjunto y es para el empleo, es para trabajar, como toda la educación.

-¿Y aquí, en Asturias, qué es lo que falta o qué es lo que falla?

-Falta apuesta social y política. Yo veo la FP desarrollada en Asturias en doce centros, catorce como mucho. Yo no veo la necesidad de que tenga que haber sesenta centros de secundaria que lleven formación profesional más que nada para situar a los chicos más cerca de su casa.

-¿No ve bien esa opción de una enseñanza más cercana?

-Vamos a ver: la formación profesional no escolariza, no es una enseñanza obligatoria, por lo tanto cada uno tendrá que hacer su formación allá donde exista. El que quiera estudiar Derecho obligatoriamente tendrá que ir a Oviedo; mi hija estudió Periodismo y tuvo que ir a Madrid. No tenemos porqué tener delante de nuestra casa un chigre, una cafetería, un supermercado y un centro de formación profesional. Los padres quieren que sus hijos estén al lado de casa para este tipo de formaciones, pero qué curioso: cuando cumplen dieciocho años les dejamos que se vayan a Madrid a estudiar Periodismo con toda la tranquilidad del mundo. Hay que ser un poco coherentes.

-¿Y la oferta que se ofrece recoge todo el abanico posible de enseñanzas?

-Por supuesto que sí. Imagínate la diferencia de que en Asturias en vez de tener ocho o diez centros que impartan fabricación mecánica, tuviésemos solo uno. El dinero ya no sería problema, puesto que los gastos de ocho centros los tendríamos concentrados en uno solo. Y eso nos permitiría tener inversión en tecnología y con ella formación del profesorado, que por cierto es el único que tiene que hacer la formación fuera de su horario laboral, algo que no existe en ningún otro sector.

-¿A su juicio no existe coherencia con las enseñanzas que se imparten en esos centros?

-No es que lo diga yo. Imaginémonos centros, que hay bastantes, que tiene un ciclo de grado medio de Informática, uno de grado superior de Fabricación Metálica, uno medio de Peluquería, y otro superior de no sé qué materia. El profesorado que da Peluquería, si me hace falta en unas horas en Fabricación Mecánica, difícilmente va a poder participar. ¿Qué estoy consiguiendo? Pues que haya centros en donde los docentes estén con un horario más reducido o con 'medios horarios'. Algo estamos haciendo mal.

-Por partes. ¿Qué se necesita en los centros físicamente?

-Actualización tecnológica. Y no necesariamente el problema es de dinero, sino de optimización de recursos y de racionalización de la enseñanza que se oferta.

-¿Habría que ir a una especialización de los centros?

-Sí, así es. Es cierto que la formación profesional del ámbito educativo siempre fue la hermanita pobre, sin embargo la formación profesional del ámbito laboral sí tiene dinero. La muestra de que lo tiene es que hay seiscientas entidades que imparten formación profesional.

-¿600 en Asturias?

-Sí. Y no creo que impartan formación porque quieran hacer obras de caridad. Eso simplemente es un disparate. Tu periódico publicaba hace unos días que un porcentaje elevado de cursos de formación quedaban sin cubrir. Y si eso pasa es que o estamos ofertando una formación que la gente no cree en ella o bien la juventud está muy acomodada, cosa que yo no me creo. Luego algo estamos haciendo mal.

-También se achaca a cursos para desempleados mayores de cuarenta y cinco años que no se cubren.

-Me da igual. Si tú desde los 18 años has estado trabajando de carnicero y cuando llegas a los cuarenta te quedas en el paro y te ofrezco un curso de formación de tecnología avanzada de informática de gestión, pues tú me mandas al carajo.

-Otro mantra en Asturias: la FP dual. ¿Por qué no funciona?

-Yo no veo la FP sin estar de la mano de la empresa. Yo digo en alguna charla que la FP es mi culo, que está sentado en un taburete que tiene tres patas: Administración, sindicatos y empresa. Si una de esas tres patas no cumple su papel, el taburete se cae y el que se va al suelo es mi culo. La dualidad no es que el alumno salga del centro y se ponga a trabajar en la empresa, eso es producción. Y si es producción hay que pagarlo. Las escuelas de aprendices de antes, ligadas a las empresas, fueron en su día un modelo: aprendías y trabajabas, pero en la empresa cobrabas. Pongámonos a ello, dejemos que el alumno se forme, que haga las 380 horas reglamentadas, que son suficientes, porque todo lo que pase de ahí es explotación laboral. ¿FP dual? Sí, pero con contrato laboral, sino no me interesa.

-¿Por qué la FP dual del País Vasco es un modelo?

-Fácil, mira la composición del Gobierno vasco: tiene un viceconsejero de FP. Ya está dicho todo. Allí se unifica la formación profesional de empleo y educación y hay dinero. Nosotros fabricamos un ferrari y una basura de 'seiscientos'. Ellos fabrican un 'seiscientos' y es el 'seiscientos' mejor del mundo. Ellos son positivos, nosotros negativos; ellos no venden nada en contra de su comunidad, nosotros lo vendemos todo. ¿Tú has visto que tengan un problema energético, que es un problema nacional? No. Ellos a la chita callando consiguen del Gobierno lo que desean. He trabajado mucho con ellos, su viceconsejero, Jorge Arévalo, es muy amigo mío, y compruebas que se ponen una meta, creen en ella y evangelizan al personal: tú me ayudas, yo te ayudo. Y sobre todo hay una apuesta política clara. Y aquí no.Y luego siempre han tenido la empresa de la mano, nosotros no.