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Copernicus, un 'gran hermano' del espacio contra catástrofes

Copernicus, un 'gran hermano' del espacio contra catástrofes

La red de satélites europeos permite vigilar en tiempo real los cambios que experimente la Tierra

J. A. González

Sábado, 29 de diciembre 2018, 09:09

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En 1998, Peter Weir dirigió El Show de Truman. Una película donde su protagonista, Truman Burbank, está frente a las cámaras aún antes de nacer. La vida de Truman es filmada a través de miles de cámaras ocultas, las 24 horas del día y es transmitida en vivo a todo el mundo. Ese mismo año, Europa comenzó a dar forma a lo que más tarde se conoce como Copernicus: 'El Manifiesto de Baveno' firmado en mayo dio paso a GMES, 'Monitoreo Global para la Seguridad Ambiental'. Tras varios acuerdos en 2012 nace Copernicus con un presupuesto de de 4.300 millones de euros, incluidos 3.150 millones de euros para la ESA para cubrir las operaciones de la red de satélites y la construcción de los restantes satélites hasta 2020. Así este programa de observación de la Tierra se ha convertido en uno de los pilares de la Unión Europea. «Al elegir el nombre Copernicus, estamos rindiendo homenaje a un gran científico y observador europeo», señala la Agencia Espacial Europea. «La humanidad pudo beneficiarse de su visión y esto puso en movimiento el espíritu de la investigación científica que nos permitió tener una mejor comprensión del mundo en que vivimos», añade.

Una misión compuesta por una treintena de satélites, entre los que hay seis satélites Sentinel lanzados a para complementar este proyecto que permite seguir día a día la evolución de todo aquello que se puede ver desde el espacio. Copernicus es capaz de vigilar el crecimiento de las cosechas, controlar el crecimiento de las ciudades, observar la polución o evaluar catástrofes y desastres naturales. Alimenta las bases en la tierra gracias a la conexión de la red de satélites Sentinel que surcan el espacio. Gracias a las imágenes radar de Sentinel-1 tanto la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Unión Europea pueden observar la superficie del planeta con nubes, sin nubes o de día o de noche.

Satélites organizados

A estas fotografías, los científicos del Viejo Continente suman las imágenes del Sentinel-2. Unas tomas ópticas de alta resolución para monitorizar la superficie de la Tierra. Por su parte, Sentinel-3 está preparado para llevar a cabos estudios del planeta y de sus océanos. Por último, Sentinel-4 y Sentinel-5 miden la composición de la atmósfera desde la órbita geoestacionaria y una órbita polar, respectivamente.

Con este ejército de satélites, Copernicus permite monitorizar los efectos del cambio climático y para ayudar en tareas de seguridad. En España, esta red de satélites ha permitido controlar y evaluar los daños en tiempo real de grandes incendios que han asolado regiones en España. Además, gracias a sus instrumentos, Copernicus ya le ha permitido a la Comisión Europea y la Agencia Europea del Medio Ambiente lanzar el índice Europeo de Calidad del aire.

El pasado mes de septiembre, el Centro Europeo de Coordinación de Respuesta a Emergencias de la Comisión Europea prestó su ayuda a las autoridades de Estados Unidos para hacer frente al huracán Florence.

Los servicios de emergencia del programa espacial europeo Copernicus se activaron por petición de FEMA y proporcionaron mapas de la costa este de Estados Unidos, en concreto de los estados de Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia. La Unión Europea también ha prestado su ayuda en Indonesia. Copernicus desplegó su sistema de mapas para apoyar a las autoridades locales en las labores de rescate tras el terremoto y el tsunami que asoló el país el pasado septiembre.

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