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Aznar hace la 'peineta' a los manifestantes que intentaron reventar su conferencia, el pasado jueves, en la Facultad de Económicas. :: REUTERS
El gesto de Aznar genera una avalancha de críticas y sólo el PP sale en su defensa
Politica

El gesto de Aznar genera una avalancha de críticas y sólo el PP sale en su defensa

De la Vega teme que «la imagen de España salga dañada» y Rajoy dice que al ex presidente «se le recordará por su gestión en el Gobierno»

A. SUÁREZ

Sábado, 20 de febrero 2010, 15:07

La 'peineta' que José María Aznar dedicó a los jóvenes que le increparon con dureza durante su conferencia en la Facultad de Económicas, el pasado jueves, destapó ayer la caja de los truenos en el mundillo político. El ir y venir de acusaciones y reproches mutuos trascendió el ámbito asturiano y protagonizó debates y actos públicos en el plano nacional. Los socialistas salieron en tromba a descalificar el gesto del ex presidente del Gobierno, que tildaron de «penoso», «autoritario» o «maleducado». Los populares, mientras, cerraron filas con su antiguo líder, criticando la «agresión» sufrida, aunque con matices. Su presidente, Mariano Rajoy, eludió la polémica y se limitó a decir que a Aznar «se le conocerá por la gestión que hizo cuando estuvo en el Gobierno».

El PSOE asturiano no dejó pasar la ocasión de 'atizar' a Aznar, con quien, ya fuera desde el partido o desde el Principado, se mantuvieron numerosos litigios en su etapa en La Moncloa. Areces, en un plano más institucional, acudió al refranero para decir, aludiendo a la fotografía que ayer copaba todas las portadas, que «una imagen vale más que mil palabras». En un tono más belicoso, el secretario de Organización de la FSA, Jesús Gutiérrez, opinó que el ahora responsable de la Fundación Faes «se retrató con ese dedo al aire, que dice muy poco de él». A su juicio, «España y Asturias tienen memoria» y se acuerdan de que «Aznar es el bombero pirómano que engañó con el 'Prestige', el 11-M y la guerra de Irak».

En defensa del ex presidente salió el líder del PP asturiano, Ovidio Sánchez, que tildó de «anécdota» el gesto soez que Aznar dedicó a los manifestantes, a los que definió como «catorce desalmados, impresentables y golfos que no han cambiado de siglo».

El cara a cara entre socialistas y populares se extendió al panorama nacional. Al término del habitual Consejo de Ministros de los viernes, la vicepresidenta primera se pronunció en términos muy severos respecto a la actitud de Aznar en Oviedo. Dijo sentirse «apenada» por lo sucedido y habló de un comportamiento «que no parece razonable» y que «contraviene las normas básicas del respeto». María Teresa Fernández de la Vega amplió sus reproches al discurso político del dirigente popular. Criticó su «desmesura», que «puede hacer daño a la imagen de España», y tachó de «grandilocuentes y faltas de contenido» sus expresiones.

El dedo y la sucesión

El diputado socialista por Asturias Álvaro Cuesta optó por la mordacidad. «Si Rajoy fue designado por ese dedo, la verdad es que el 'dedazo' explica muchas de las carencias del actual líder de la oposición», opinó, en alusión a la forma en que Aznar designó a su sucesor al frente del PP. En el mismo acto en el que habló Cuesta también lo hizo la número dos del PSOE, Leire Pajín, que recordó que mientras Aznar se dedica a atacar a Zapatero, éste «le defiende, incluso fuera de España». Precisamente, el presidente del Gobierno eludió hacer un pronunciamiento sobre la actuación de Aznar y se limitó a afirmar que los ciudadanos «escuchan, piensan y valoran».

La reacción del Partido Popular fue, en términos generales, contundente, aunque llama la atención que Mariano Rajoy, de quien siempre se dice que su relación con Aznar no es óptima, fuese el más prudente. Se limitó a definir como una «anécdota» la controvertida 'peineta', y a destacar que el ex presidente será recordado por su buena gestión a lo largo de sus ocho años de gobierno.

La segunda fila de dirigentes populares sí tomó partido con más dureza. Javier Arenas o Ana Mato identificaron directamente a los manifestantes con el PSOE, al que criticaron por «ofrecernos un pacto y luego insultarnos». El más contundente, sin embargo, fue el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, que acusó directamente a Fernández de la Vega de «ponerse de parte de los violentos antes que de parte de un ex presidente del Gobierno».

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