Un paraíso submarino a tres millas
El Acuario acogió la proyección de dos documentales sobre la Ensenada de Somió y la vida del cormorán moñudo
I. VILLAR
Viernes, 7 de mayo 2010, 14:21
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«La gente ha visto decenas de veces cómo viven las ballenas del ártico, pero nunca los peces que viven a pocas millas de aquí. Conocemos mejor el fondo de los mares del Caribe o la barrera de coral, que lo que tenemos al lado de casa». El gijonés Jorge Chachero lleva casi veinte años buceando por el litoral asturiano, conociendo una fauna que, en su opinión, carece de una protección adecuada para protegerla. Ese fue el motivo principal para rodar 'Bajo el Cantábrico', un documental con el que pretende dar a conocer a los asturianos la biodiversidad que se concentra en las aguas más próximas. «Queremos movilizar conciencias, que la gente sea consciente de un patrimonio natural que nos pertenece a todos y que tenemos que saber conservar».
Entre otras medidas, los expertos proponen crear áreas marinas protegidas, similares a las que existen en tierra. «Se ha empezado a proteger el Cachucho, y también se habla de hacerlo en el Cañón de Avilés, pero ambos fondos son de competencia estatal. Los fondos del litoral, que dependen del Principado, también necesitan una figura similar para defender su biodiversidad».
'Bajo el Cantábrico' se centra especialmente en la denominada Ensenada de Somió, situada a tres millas al Este de Gijón, entre la Isla Tortuga del cabo de La Providencia y la playa de Estaño. Su proyección ayer en el Acuario permitió a los asistentes ver las maravillas que ocultan sus aguas, cuya fauna, «pese a no tener ningún tipo de protección, ha llegado a nuestros días en un estado aceptable».
Bosques de ocle y laminarias
La Ensenada de Somió está sembrada de grandes bosques de ocle y laminarias, entre los que nadan, cazan, se alimentan y se esconden especies como la liebre de mar, el rascacio y la cabrilla. También otras más curiosas como el pintu, al que se ve en el documental exhibiendo su capacidad para mudar de color a su antojo para despistar a sus presas. 'Bajo el Cantábrico' muestra también los enormes pasillos de roca, de más de 13 metros de profundidad, que conforman complejos laberintos submarinos por donde circulan peces como la raya mosaico y el torpedo, y otras especies como los pepinos de mar.
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Las paredes están sembradas de nidarios tan curiosos y espectaculares como la anémona joya, que cubre de color las rocas de la ensenada. Cada larva de esta especie, tras asentarse en una pared, se multiplica dando lugar a una gran mancha monocolor de ejemplares genéticamente idénticos. Al reproducirse, si sus genes se mezclan con otra anémona joya de distinta tonalidad, surge una de un tercer color, colaborando al gran mosaico del fondo.
En el Acuario se proyectó también el documental 'La costa desplumada', sobre el cormorán moñudo, un ave marina de la que sólo quedan 250 parejas en Asturias. El acto contó con la participación David Álvarez, doctor en Biología, y el profesor de la Universidad de Oviedo José Luis Acuña.
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