El 'crimen de la alcantarilla', un caso sin condenados
A Bernabé Abad lo mataron a golpes hace diez años en El Llano. El acusado del homicidio fue condenado a 17 años por un jurado popular y luego absuelto por el TSJA
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Domingo, 19 de septiembre 2010, 13:37
Eran las ocho y media de la mañana del 16 de septiembre del año 2000. A esa hora una mujer que paseaba con su perro se encontró con el cadáver de un hombre en las inmediaciones de las piscinas de El Llano. Tenía graves heridas en la cabeza. Su asesino le había matado a golpes con la tapa de una alcantarilla. El jueves se cumplieron diez años del terrible suceso y el caso permanece aún sin esclarecer. El conocido como 'crimen de la alcantarilla' no ha sido cerrado.
De los tres sospechosos que fueron detenidos por la Policía, sólo uno de ellos se sentó ante el juez. Un jurado popular lo consideró culpable de la muerte de Bernabé Abad. Fue condenado a 17 años por la Sección Octava de la Audiencia Provincial. Sin embargo, un año más tarde, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias le absolvió al considerar que «se había vulnerado la presunción de inocencia al basarse el veredicto en indicios y no en pruebas de cargo». J. M. Á. P. quedó en libertad, pese a que para la Policía «el caso está resuelto, aunque no se haya podido demostrar». «No se puede dar por cerrada la investigación porque el culpable no está en la cárcel, pero en su día todas los trabajos nos llevaron a J. M. Á. P.», explican desde la Comisaría.
La víctima tenía 41 años y vivía en una casa en La Coría. El motivo del crimen no fue determinado de forma concreta: una versión apuntaba al robo y otra (la que sustentó las detenciones) a un servicio impagado a una prostituta. Los análisis forenses confirmaron que Bernabé Abad tenía altas cantidades de alcohol en la sangre (lo que le impidió defenderse al ataque) y que había sufrido una paliza antes de morir.
Días después de que apareciese el cadáver fueron arrestadas tres personas: una prostituta de origen belga, un hombre al que se consideraba su proxeneta (el individuo procesado) y su compañero de piso, al que apodaban 'José el Moco'. Todos ellos negaron su implicación. En el avance de la instrucción únicamente quedó imputado J. M. Á. P.
La tapa de la alcantarilla con la que le golpearon pesaba 12 kilos. Fue hallada a pocos metros del cadáver. No se encontraron restos biológicos. No hubo testigos que situasen a J. M. Á. P. en el lugar del suceso, pero la mujer que ejercía la prostitución declaró ante la Policía que había sido él quien había acabado con la vida de Bernabé Abad. Sin embargo, la testigo en la que sustentaba la acusación no se presentó al juicio.
Servicio impagado
La tesis que defendió la acusación particular era que la víctima había contratado un contacto íntimo con la mujer, pero no tenía dinero, por lo que el procesado inició una acalorada discusión que acabó con una violenta agresión. Era la hipótesis del abogado de la víctima, Pedro Muñiz, pero se quedó en eso, en hipótesis, según dictaminó luego el Tribunal Superior de Justicia de Asturias anulando la sentencia. «Sin la declaración de la mujer no había pruebas concluyentes, sólo indicios. Un tribunal profesional lo habría absuelto previsiblemente desde el principio», dice el letrado.
El jurado popular lo consideró culpable, pero la ausencia de la belga en el juicio oral fue determinante para que el TSJA resolviese anular la condena al no haber «pruebas concluyentes». ¿El crimen perfecto?