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Silicona en una cerradura. :: J.DIAZ
ECONOMÍA

Miles de huelguistas en los piquetes contribuyeron al éxito de la jornada

Pese a la gran presencia de sindicalistas, no se produjeron incidentes graves durante el paro

J. C. V.

Jueves, 30 de septiembre 2010, 05:02

Dice el diccionario de la Real Academía que un piquete es un «grupo de personas que pacífica o violentamente intenta imponer o mantener una consigna de huelga». Una definición que expresa claramente lo que ocurrió ayer en Asturias durante la jornada de huelga general.

Los sindicatos no defraudaron las expectativas y sacaron a las calles toda su artillería para paralizar la actividad económica de la región. Sólo en Oviedo se calcula que alrededor de 3.500 personas actuaron de piquetes -informativos o no- por las principales calles comerciales y los polígonos industriales de la capital, Siero y Llanera. Lo mismo ocurrió en Gijón, Avilés y las cuencas mineras, donde centenares de delegados y militantes de los sindicatos convocantes (UGT, CC OO y USO) y de otros minoritarios como CSI y CGT peinaron calle a calle y empresa a empresa para bloquear cualquier actividad.

Los piquetes comenzaron muy pronto su labor de zapa. De madrugada, en Oviedo, no dejaron circular los autobuses de la empresa TUA que estaban en servicios mínimos e impidieron la salida de los camiones de una de las dos empresas que instalan los cubos de basura. La capital, en este sentido, amaneció cubierta de basura porque no pudo recogerse y porque los piquetes se encargaron de volcar contenedores y esparcer el contenido de las bolsas por donde pasaban.

La calle Uría, el Centro Cívico, Los Prados... los piquetes hicieron un recorrido exhaustivo por todas las zonas sensibles de la capital. No hubo incidentes, salvo un joven que se enfrentó con la Policía y fue detenido durante unas horas.

En Gijón, la situación fue similar y de madrugada los piquetes fueron tomando posiciones en los principales polígonos industriales. Alrededor de las 7.30 horas los sindicalistas incendiaron hasta tres baricadas en los accesos al polígono de Porceyo y horas después intentaron -sin éxito- impedir la apertura de las grandes superficies y centros comerciales de la ciudad, que estaban protegidas por un amplio dispositivo policial. También visitaron el Parque Tecnológico y la sede de la TPA.

Los piquetes obligaron a los trabajadores de Emulsa a irse para casa. Y en Emtusa no se respetaron los servicios mínimos por la mañana y hasta las 14.30 no hubo autobuses urbanos en Gijón.

A partir de las 10.30, hora de apertura del pequeño comercio, un numeroso grupo de 'piqueteros' recorrió todo el centro de la ciudad 'animando' a hosteleros, comerciantes y directores de oficinas de banca y seguros a cesar su actividad. Los momentos de mayor tensión se produjeron en el Yuppi y en El Horno de San Honorato, donde la Policía se vio obligada a intervenir.

En Avilés se repitió la misma situación, con piquetes apostados a la entrada de los polígonos y algunas empresas con silicona en las cerraduras. La mayoría de las grandes empresas de la comarca estuvieron paralizadas, salvo Du Pont, donde no hay representación sindical aunque la dirección del complejo había dado libertad a los trabajadores para sumarse a la huelga.

En la comarca del Nalón, los cierres de las carreteras a la altura de los pozo mineros de Carrio (Laviana), Sotón (San Martín de Rey Aurelio) y María Luisa (Langreo) concentraron los piquetes. El pequeño comercio de la zona, por precaución, optó por no abrir a primera hora de la mañana. «No trabajamos por miedo a que destrocen lunas, puertas... sino estaríamos dentro», aseguraron. El temor de los sindicatos a que pudiesen abrir muchosestablecimiento motivó que desde las cuatro de la mañana grupos de tres o cuatro personas ejerciesen la presión de los piquetes silicona en mano, tirando contenedores al suelo y prendiendo parte de ellos.

Un único reducto se mantuvo abierto en el valle del Nalón. Un quiosko 'El Diañu Burlón', de La Felguera. Avisados los piquetes en breves minutos a su entrada se congregaron medio centenar de sindicalistas que, pese a insultos y amenazas, no lograron que cerrara.

En Mieres la situación fue muy similar, con amplia presencia de piquetes pero sin incidentes.

La jornada fue más tranquila en las alas, donde pese a que el seguimiento de la huelga fue alto apenas hubo altercados con los piquetes salvo una barricada en Muros del Nalón. En Villaviciosa, asimismo, la jornada fue tranquila y en el mercado ambulante solamente se instalaron dos puestos.

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