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Rodrigo de Balbín, durante una de sus visitas de trabajo a la cueva riosellana de Tito Bustillo. :: E. C.
El Principado reclamará a De Balbín todo el material que tenga sobre Tito Bustillo
Oriente

El Principado reclamará a De Balbín todo el material que tenga sobre Tito Bustillo

El científico va más allá y acusa a Cultura de boicotearle al instar a una empresa a que no contase con él si querían optar a ganar el concurso

JUAN GARCÍA

Jueves, 28 de octubre 2010, 05:10

El Principado pedirá por carta al investigador Rodrigo de Balbín «que nos entregue todas las piezas y documentación que pueda tener sobre la cueva de Tito Bustillo», anunció ayer el director general de Patrimonio Cultural, José Luis Vega, quien dijo haber sentido «estupor» al leer en EL COMERCIO las declaraciones del científico. «No entiendo cómo alguien que ha tenido contratos por más de 200.000 euros entre 2006 y 2009 puede hacer un pronunciamiento público en este sentido», analizó. Y añadió que «personalmente me he sentido estafado, porque el último trabajo que ha hecho para la Consejería es precisamente una base documental de los hallazgos de la cueva de Tito Bustillo a lo largo de todas sus investigaciones. Por eso es increible que ahora diga que no contamos con toda la información», lamentó. Y añadió: «si se quedó con algún tipo de material sin nuestro conocimiento, está haciendo algo ilegal».

Vega añadió que los estudios de De Balbín y esa base documental fueron precisamente «los que entregamos a los museólogos para que confeccionasen los contenidos, y los que se usaron para hacer el pliego de condiciones que se sacó a concurso» y añadió que creía recordar que «Rodrigo de Balbín se había presentado como asesor de una empresa que finalmente no ganó el concurso». Un concurso que ha sido adjudicado de forma provisional a la empresa Empty, y que se adjudicará de forma definitiva esta misma semana. El director general también quiso desvincular esta polémica de otras como la relativa a Alfonso Millara, a Pepe el Ferreiru o Ángel Villa. «No hay ninguna caza de brujas», garantizó. Y recordó que el caso de Pepe el Ferreiru era «una decisión del Consorcio de Grandas de Salime» y que ya se había llegado a un acuerdo con él «por lo que en realidad no hay ningún problema». También que había sido la Fiscalía la que había actuado en el caso de Alfonso Millara, y no la Consejería, además de recordar que «éste era el encargado, no el director conservador de la cueva». Y restó también importancia a que «Ángel Villa lleve un montón de tiempo de baja».

Pero mientras tanto, el Catedrático de Prehistoria Rodrigo de Balbín Behrmann, el acreditado investigador de la cueva de Tito Bustillo, aportaba a este diario nuevos detalles sobre el comportamiento del departamento que dirige Mercedes Álvarez hacia su persona. Balbín acusó ayer directamente a esa consejería de haberle boicoteado a la hora de contratar a la empresa que asumirá la fabricación, suministro e instalación museográfica del Centro de Arte Rupestre riosellano.

De las siete firmas que se personaron a la licitación del proyecto, sólo una se puso en contacto con De Balbín por tratarse del científico que mejor conoce la cueva riosellana. Sin embargo ninguna quiso contar con sus servicios ante el boicot del Principado. «Una de ellas, la que está relacionada con Eudald Carbonell -del equipo de Atapuerca-, me informó de su concurrencia por cortesía, pero tengo noticias, no documentadas, de que la Consejería les dijo directamente que no contaran conmigo si querían sacar el proyecto adelante», denunció. Balbín carece de pruebas con las que demostrar su acusación, «porque no he grabado ninguna conversación, pero tengo noticias fidedignas de que fue así», añadió.

El director de los trabajos científicos en la cueva de Tito Bustillo durante las cuatro últimas décadas desconoce si tiene enemigos en la Consejería de Cultura. En caso afirmativo, también ignora quienes son. Carece de motivos para pensar en alguna animadversión personal, pero puso otro claro ejemplo del trato que le ha dispensado la consejería en este último año. Fue durante su última visita a la cueva en compañía de un grupo de alumnos de la Universidad de Alcalá de Henares, donde es catedrático y en pleno conflicto de la consejería con el anterior encargado de la cueva, Alfonso Millara. «Llegamos a Ribadesella y nos encontramos con órdenes para que no nos dejaran ver nada que no fuera la visita reglamentada para el turismo. No me dejaron salir del grupo en el que nos incluyeron», aseguró. Después de 35 años de investigación en la caverna paleolítica riosellana, Balbín fue tratado como un turista más.

No es la primera vez que Rodrigo de Balbín denuncia su marginación del proyecto museístico para Tito Bustillo. También lo hizo en mayo de 2006, cuando lamentó que nadie le informara de nada relacionado con el desarrollo del futuro museo. Cree que, desde entonces, «la situación ha empeorado». Sin embargo, a pesar de que la Consejería de Cultura sigue sin contar con él para el proyecto, Balbín continúa abierto a compartir con ella y con el resto de la sociedad los últimos hallazgos localizados en esta cueva, por lo que parece que las partes podrían llegar a ponerse de acuerdo. «Se están desperdiciando unos conocimientos y una práctica que serían muy útiles para hacer un buen museo», añadió. Su equipo lleva algo más de dos años trabajando en el material extraído de la caverna.

Justifica que si hay información que la Consejería desconoce es porque muchas de sus conclusiones aún no se han hecho públicas «ya que la elaboración científica es lenta». Entre ellas, existen nuevas dataciones vinculadas al Camarín de las Vulvas y otros lugares de la cueva, así como «muchísimo arte mueble que aunque sea fragmentario tiene restos de decoración excelentes», destacó.

El proyecto museográfico previsto por el Principado para la cueva de Tito Bustillo incluiría cinco puntos singulares en su exposición permanente. En primer lugar, una representación de las fases que se conocen en la ejecución del llamado Panel Principal, lo que implicaría una explicación dinámica del mismo en lugar de un mero reflejo estático de las manifestaciones artísticas hoy visibles. En segundo lugar, la recreación del Camarín de las Vulvas, una zona de difícil acceso para la visita pública masiva. En tercer lugar, la reproducción de la Galería de los Caballos, también singular por su ubicación y dificultad para el acceso. En cuarto, otra reconstrucción de la Galería de los Antropomorfos, especialmente de la ubicación de las manifestaciones artísticas de esta zona como tal. Y por último, una explicación atractiva de todo lo relacionado con la fauna de la época. De Balbín no quiso valorar ninguno de estos detalles por carecer de toda información. Su único deseo es que el museo salga bien. «Si es posible, espero que sea maravilloso, pero no lo veo muy fácil», añadió.

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