Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Cultura

La 'cara B' de Dostoievski

Pablo Martínez Zarracina

Sábado, 15 de enero 2011, 04:13

«'Diario de un escritor' es un libro que no existe». Con esta frase comienza Paul Viejo su edición del volumen que agrupa los artículos periodísticos, las crónicas, los apuntes y las notas de escritor de Fiodor Dostoievski. Como es natural, al lector no deja de parecerle curioso que el libro de más de mil seiscientas páginas que tiene entre las manos no exista, pero cosas más raras se han visto. Lo que el editor quiere decir es que Dostoievski nunca publicó un libro titulado 'Diario de un escritor', ni pensó tampoco en agrupar los variopintos textos de no ficción que ahora reúne en un valioso volumen la editorial Páginas de Espuma. Podríamos decir que 'Diario de un escritor' es algo así como la 'cara B' del Dostoievski novelista, es decir, el reverso de uno de los más grandes genios de la historia de la literatura universal. En él hay sitio para las notas tomadas durante su cautiverio en la siberiana cárcel de Tomsk y para sus iniciales colaboraciones en publicaciones satíricas, para sus primeras recensiones literarias y para los artículos de fondo de corte político, para las crónicas de viaje, los retratos de época y los textos periodísticos de madurez en los que el gran autor consagrado se dirige directamente a la posteridad dispuesto a dejar claro algún asunto fundamental, ya sea éste político, artístico o cultural. «Nuestro pueblo es grosero e ignorante, propenso a las tinieblas y a la perversión, un bárbaro que anhela la luz», escribe en febrero de 1876. Estamos ante un libro torrencial, disperso e inagotable. En él cabe la mesa de trabajo del escritor y el escaparate del hombre de letras que se gana la vida opinando día tras día en los papeles. La historia de Rusia y de Europa, los movimientos artísticos, los temores y los errores de todo un siglo están también en estas páginas que avanzan con el incontestable rumor de toda una época. Si la lectura de 'Diario de un escritor' puede complementar la de 'Crimen y Castigo' o 'El idiota', también puede hacer lo mismo con cualquier libro de historia rusa.Es imposible no ver los retratos que Dostoievski hace de Herzen en algunos textos y no ver en ellos una versión viva y contemporánea de los retratos que hizo E. H. Carr del revolucionario. Al hacerlo, se obtiene una certeza satisfactoria y extraña: tener a Dostoievski de enviado especial al siglo XIX ruso es un raro privilegio. «Este 'Diario' es un documento clave y necesario para la comprensión de la historia más reciente de Rusia», escribe Paul Viejo, «de la evolución de una nación, sus conflictos sociales y políticos, y también en cierta manera una buena panorámica de literatura rusa (aquella que, según dijo Nabokov, más obras maestras ha dado en menos tiempo)». Los lectores españoles conocían una antigua edición del 'Diario de un escritor' traducida en 1958 por Cansinos-Assens y una más reciente selección realizada por Alba al cuidado de Víctor Gallego Ballesteros. Lo que hace ahora la editorial Páginas de Espuma es ofrecer una versión íntegra y traducida directamente del ruso de esos textos y añadirles además otras piezas periodísticas de Dostoievski que por su naturaleza encajan perfectamente en el conjunto.El libro incluye tres decenas de artículos dispersos y escasamente conocidos de la primera época de Dostoievski. También una buena selección de sus cuadernos de notas -apuntes de trabajo, reflexiones a vuelapluma, semblanzas, aforismos- que resultan de un interés máximo. Por ejemplo, una entrada de anticipación política: «¡Comunismo! ¡Un absurdo! Podría un hombre estar de acuerdo en convivir en una sociedad, donde no sólo estaría privado de toda personalidad propia, sino incluso la posibilidad de iniciativa de bondad. Junto a esto se quitarían (y se perseguirían con burlas) incluso el más mínimo sentimiento de gratitud en su corazón, sin el cual no puede y no debe vivir el hombre. Una doctrina de ganado». El grueso de esta nueva recopilación corresponde a los artículos que Dostoievski escribió en la revista 'El Ciudadano' de San Petersburgo, fundada en 1873 por el príncipe Merscherski bajo una ideología abiertamente conservadora. Merscherski le confió la dirección de la revista a Dostoievski, que por entonces ya era un autor de sólido prestigio y tenía gran experiencia en el mundo del periodismo. Además de haber sido un colaborador asiduo de publicaciones satíricas, había ayudado a su hermano a sacar adelante la revista 'Tiempo' en la década de los sesenta. En 'El Ciudadano', Dostoievski se reservó una sección para expresar su opinión sobre la actualidad y la tituló 'Diario de un escritor'. Los propósitos con los que afrontó su tarea de articulista fijo, quedan aclarados en la primera entrega de su sección, que tiene algo de declaración de principios contra el tertulianismo: «¿De qué voy a hablar? Pues de todo lo que se me ocurra, o de lo que me haga pensar. Pero si encuentro un lector o -Dios me libre- un contrincante, ya sé que hay que saber sostener un diálogo y distinguir con quién y cómo se habla. Intentaré aprenderlo, pues entre nosotros, en literatura, esto es lo más difícil. Además, hay contrincantes de todas clases: no se puede empezar la conversación con cualquiera».Algunos problemas entre Dostoievski y el príncipe Mercherski interrumpieron la colaboración entre ambos a finales de 1873. Sin embargo, tres años después la firma del novelista volvía a aparecer en 'El Ciudadano' y lo hacía de un modo más diferenciado. Dostoievski consiguió incluir en la publicación un cuadernillo mensual editado, redactado y financiado por él mismo en su totalidad. Se editarían veintiún números de ese cuadernillo que vienen a componer una suma dostoievskiana de primer orden. Esos textos misceláneos y libérrimos son el núcleo del 'Diario de un escritor' que presenta ahora Páginas de Espuma. Da la sensación de que, instalado en un rincón privilegiado, y diferenciado, de 'El espectador', Dostoievski es plenamente consciente de que su obra periodística puede llegar a disfrutar de una posteridad similar al de su obra de ficción. La calidad de los textos se redobla en este periodo y aguardan en ellos joyas de primer orden, cuentos como 'El muzhik Mareí' o las maravillosas páginas dedicadas a 'Anna Karenina'. La extensa, pormenorizada y aguda reseña que Dostoievski hace del clásico de Tolstoi es uno de los grandes momentos del libro. El espectáculo es asombroso: Dostoievski se rinde por escrito ante el genio de un colega a quien, en sus notas, había definido como «un talento de caramelo» que «le viene bien a todo el mundo». Esta vez la entrega es total y sus palabras destilan tanta pasión como admiración: «Sin embargo 'Anna Karenina' es una obra de arte perfecta, que ha aparecido justo en el momento adecuado, con algo que en nada parece que pueda compararse en las literaturas europeas en la presente época, y en segundo lugar, y según su idea es algo nuestro, algo absolutamente nuestro, y precisamente eso mismo es lo que conforma nuestra singularidad ante el mundo europeo, lo que conforma nuestra nueva palabra nacional (...) que, sin haber sido escuchada en Europa, tan necesaria le es, a pesar de todo su orgullo». Hay sitio para muchos más despliegues de admiración, inteligencia, orgullo, furia, talento y desvarío en este libro abrumador e inagotable. Conviene transitar por él con algo de paciencia y con el espíritu preparado para el asombro. No en vano estamos, según Paul Viejo, ante «el legado descomunal de uno de los mayores escritores universales».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio La 'cara B' de Dostoievski

La 'cara B' de Dostoievski