Rafael Muñoz 'Txipi': «Los jugadores son como mis hijos»
Ha visto miles de partidos, lleva en el Surne desde su fundación y solo se pone nervioso en San Mamés: «He tenido que tomar pastillas»
Robert Basic
Sábado, 12 de agosto 2023, 07:06
Rafael Muñoz 'Txipi' vino al mundo en 1948 en la calle Tendería, en el Casco Viejo de la capital del mundo. Es el hombre orquesta ... del Bilbao Basket. Lo vio nacer, morir y resucitar. Lleva 23 años de delegado de campo pero ha ejercido de consejero, psicólogo, amigo, padre y abuelo de los jugadores, y hasta ha acompañado a sus hijos al médico. Estuvo en el Caja Bilbao y tras una travesía en el desierto entró a formar parte de los hombres de negro. Es la pieza que conserva y gestiona la memoria del club, su enciclopedia.
– Tiene 74 años. ¿No tiene pensado jubilarse?
– Estoy jubilado, pero esto me da la vida. Mi padre tenía un taller de carrocería e iba allí hasta el día de su muerte. Esto es parecido. Vienes y disfrutas. Los jugadores son como mis hijos.
– Vio nacer al Bilbao Basket. ¿Cómo fue el parto?
– Gracioso. En Zorroza, el día de la presentación, tuvimos que llamar a la gente del Loiola. ¡Teníamos dos o tres jugadores! Estaban Patrick (Saenz de Ugarte) y Xabi Madina. Llamamos a varios chavales y compramos camisetas en el Corte Inglés para que todos estuvieran vestidos igual. Nos salvamos aquel año. Importante.
– ¿Cuántos partidos de baloncesto ha visto?
– Miles. No lo sé. Estudié en Escolapios y teníamos al Águilas. Luego iba con Patxi Landa a los partidos del Caja Bilbao. Comencé a conocer a los árbitros, a los jugadores... Fue triste el final del Caja Bilbao, un palo duro para el baloncesto. Años después, Piru Azua me invitó a ir al Bilbao Basket. Había cerrado el taller y dije... vale. He hecho de todo.
– Es delegado de campo.
– Lo soy desde el principio, pero también he hecho de utillero, de relaciones públicas... ¡Hasta he ido al médico con hijos de jugadores! Las mujeres les decían: 'Tú no vengas, que vaya Txipi'.
– Incluso ha convencido a algún jugador de saltar a la cancha cuando no quería.
– Bueno... Me ven como a un padre y me hacen caso. Hago de psicólogo. Me lo dijo Txus (Vidorreta): 'De los temas técnicos y tácticos me ocupo yo; del resto, te encargas tú'. Y el resto son muchas cosas. Algunas se cuentan y otras, no.
– ¿Se pone nervioso en los partidos?
– No. Estoy tranquilo. Donde me pongo muy nervioso es en San Mamés. Allí he tenido que tomar hasta pastillas.
– Es socio desde hace más de 50 años.
– Sí. Tenía a un amigo médico que cuando entrábamos a a San Mamés me preguntaba: '¿Te has tomado la pastilla?'. No soy de los que chillan. Me lo guardo todo dentro. En Miribilla estoy tranquilo. Sabemos lo que hay.
– ¿Sabe más de basket que algunos técnicos de la ACB?
– No. Es distinto ver que... Luego comentas cosas con los entrenadores. Les digo: 'Esto estaba mal'.
– ¿Le hacen caso?
– De vez en cuando, sí. Intento no meterme. Las cosas técnicas, la pizarra... ahí no entro. No me gusta. Alguna vez he discutido con algún directivo.
– Ha estado con 11 entrenadores en el Bilbao Basket. ¿Con quién se queda?
– Me he llevado bien con todos. El único que me cabreó por su forma de marcharse fue Sito Alonso. Habló con todos antes de irse menos conmigo. Al cabo de unos meses me mandó un whatsapp disculpándose. Bueno. Cuando estaba aquí me trataba de 10.
– ¿Pero con quién se queda?
– Txus (Vidorreta) es mi amigo. ¡Le arreglaba el coche! Me ayudó mucho, hasta económicamente. Fotis (Katsikaris) tenía sus cosas, pero era una persona a la que podías decir '¿cómo has hecho esto?'. Y no pasaba nada. Al contrario. Lo agradecía. Me tenía mucho cariño. No sé por qué.
– ¿Un jugador que le ha marcado?
– Muchos, pero diría Marko Banic. Se integró. Quería mucho a Bilbao. Luego están Axel Hervelle, Álex Mumbrú, al que he dicho barbaridades... Les quieres.
– ¿Uno que le ha decepcionado?
– Ninguno. Raros ha habido unos cuantos. Antes, los 'yankees' estaban en su mundo. Eso ha cambiado mucho. Ahora son encantadores. Por ejemplo, Michale Kyser. Le ves con esos tatuajes por la calle y te quieres cambiar de acera, y es un tío maravilloso.
– ¿Cuál ha sido la situación más graciosa que ha vivido en el Bilbao Basket?
– El día que Rafa Pueyo le quitó la silla a Txus cuando iba a sentarse. Se estaba descojonando todo el banquillo. Lo que pasó fue que Txus terminó de hablar, Rafa apartó la silla pero de repente quiso volverse a sentar y se cayó.
– Por cierto, ¿de dónde le viene Txipi?
– Me llamaban Zipi porque no pronunciaba bien la ese. Luego estaba el tebeo. Con seis años fui al colegio, alguien lo sabía y me empezó a llamar Txipi. Hasta hoy.
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