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Ni ibuprofeno tumbado, ni leche con antiácidos

Ni ibuprofeno tumbado, ni leche con antiácidos

VIVIR ·

Cada vez nos tomamos menos en serio las medicinas y cometemos errores que horrorizan a los farmacéuticos

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Domingo, 22 de noviembre 2020, 00:03

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El eslogan 'lea las instrucciones de este medicamento y consulte al farmacéutico' que todos hemos oído mil veces –es una letanía que recitan en todas las publicidades de fármacos– empieza a sonar ya a literatura fantástica. Casi debería poner 'sabemos que va hacer lo que le dé la gana y que, de pedir consejo, acudirá a la vecina del quinto, que parece que todo lo sabe'. Suena a broma, ¿verdad? Pues se ajusta mucho a la realidad. Lo saben de buena tinta quienes están detrás de los mostradores de las farmacias.

«Nos pasamos el día explicando cómo se toman los medicamentos, sus efectos... ¡Vemos cada cosa! La gente tiene una nula educación farmacéutica. Encima, han pedido el respeto a los medicamentos», explica Joaquina Huarte, farmacéutica de Pamplona, miembro de la comisión de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) y directora del proyecto ConóceMe, que consiste en inculcar a los adolescentes de toda España –han participado 15.000 de todas las comunidades– unas mínimas nociones sobre fármacos. ¿Por qué han elegido este colectivo para hacer pedagogía, si a los chavales no les duele nada y poco tendrán que medicarse, no? Error. Al plantear este programa –en el que colaboran los laboratorios CINFA–, los responsables constataron una realidad sorprendente: el 85% de los alumnos de bachillerato admitían que recientemente habían tomado medicamentos al tuntún, sobre todo ibuprofeno, paracetamol y antibióticos. «¡Pero desconocían las normas más básicas!», clama Huarte. Se quedaron de piedra. Los chavales son sólo el reflejo de lo que ven en casa y, si captan el mensaje, pueden ponerlo en práctica en el futuro y, además, hacer campaña en sus hogares, así que sí son un grupo de edad apropiado para la iniciativa. Los adultos tienen el mismo desconocimiento que ellos. «Y ya no digamos las personas mayores y muchos de sus cuidadores. ¡Hacen cada desastre...! –afirma Huarte–. Es que la educación farmacológica básica debería ser como la educación vial y enseñarse en el colegio».

Según indica, es de vital importancia. Tomar mal un medicamento puede causar molestias, hacer que pierda sus propiedades, dañar órganos no implicados en la enfermedad de origen e incluso tener consecuencias graves –hasta fatales– si se produce una interacción con otros medicamentos o con alcohol. «Los medicamentos han contribuido al aumento de la calidad de vida, nos ayudan a vivir más años... Son más potentes y efectivos, pero a costa de un mayor riesgo de efectos no deseados. La sociedad del bienestar, el aquí y ahora, hace que la gente tome el medicamento como si fuese cualquier cosa y por cualquier cosa. Y siempre recalcamos que lo que le va bien a uno puede sentarle muy mal a otro. Cada cuerpo es un mundo», advierte Huarte.

Su colega de profesión Francesc Moranta, farmacéutico en Palma de Mallorca y coordinador del proyecto con adolescentes, confirma que «en España existe un déficit con respecto al uso racional de medicamentos, y eso que se produce un consumo notablemente mayor al de otras partes de Europa». Es decir, tomamos muchos y sin conocimiento. Ahí va una lista de los errores más habituales, para que comprobemos que todos metemos alguna vez la pata.

  1. 1.

    El ibuprofeno, de pie.

Hay que tomarlo, preferiblemente, «en posición erguida durante varios minutos», apunta Huarte. De todos modos, por norma general, los medicamentos no deben ingerirse tumbados.

  1. 2.

    El antiácido (almagato, como el Almax), nunca con leche

Se anulan. Muchos medicamentos, al interactuar con ciertos alimentos, pierden sus propiedades. Quesos, embutidos, alcohol y legumbres pueden reaccionar con nitritos presentes en algunos fármacos. Y las verduras crucíferas (berza, coliflor, brócoli), el pomelo, la soja, la cafeína o el regaliz causan numerosas interacciones.

  1. 3.

    No conservar medicinas ni en el baño ni en la cocina

«Es un error muy común», apunta Huarte. Los medicamentos hay que guardarlos en un lugar fresco y seco. Y la cocina y el baño (o el coche) están expuestos a cambios bruscos de temperatura y humedad.

  1. 4.

    El blister de los medicamentos, nunca a la basura

Hay que echar a un contenedor de las farmacias (puntos SIGRE, de Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases) los medicamentos caducados o sobrantes. ¿También los 'blisters' vacíos de las pastillas? «¡Claro, son muy malos para el medio ambiente!», informa Joaquina Huarte.

  1. 5.

    No por tomar más ibuprofeno o paracetamol te va a ir mejor

El paracetamol y el ibuprofeno se usan indistintamente. Hay 'fans' de lo uno y de lo otro. Aunque ambos valen como analgésicos para tratar dolores y para la fiebre, el ibuprofeno es antiinflamatorio y debemos dejarlo para cuando se requiera esta propiedad (dolor menstrual, lesiones musculares, artritis, dolor de muelas, anginas...). Para un dolor de cabeza, fiebre o síntomas de gripe o resfriado vale igual el paracetamol, que además es mejor tolerado por el estómago. Además hay que tomar la dosis mínima necesaria para eliminar los síntomas.

  1. 6.

    ¿Omeprazol antes de los excesos?

No vale de nada, según los expertos. Es una «moda» –dice Huarte– lo de tomárselo antes de ir a una comilona o de beber. No es un protector de estómago, como muchos creen. Inhibe los ácidos del estómago, por lo que puede ser hasta contraproducente. Y el ibuprofeno antes de una borrachera tampoco ayuda. Es una leyenda urbana. Lo que puede pasar es que termines con un buen dolor de estómago.

  1. 7.

    Partir las pastillas

La Sociedad Española de Farmacia alerta de la mala costumbre de partir algunas pastillas o abrir cápsulas. «Podrían sufrir alteraciones y provocar efectos indeseados. En general sólo se pueden triturar los comprimidos sin cubierta y partir los que tienen una ranura por la mitad».

  1. 8.

    Jarabes, al final

Las personas que tienen que tomar varias medicaciones deben dejar los jarabes para el final, porque los medicamentos líquidos suelen hacer efecto muy rápido e interferir en el resto de fármacos.

  1. 9.

    Cuidado con algunas plantas medicinales

Variedades como el hipérico (hierba de San Juan), el ginseng, el ginkgo o la equinácea pueden hacer que se potencie demasiado un fármaco o que, por el contrario, pierda su eficacia.

  1. 10.

    Tomar las medicinas con la cantidad indicada de agua

Mucha gente las ingiere con zumo o leche, lo cual puede interferir en la medicación. Pastillas y cápsulas se toman con un vaso entero de agua (nada de un sorbito, que es lo habitual). Y los comprimidos efervescentes se disuelven en medio vaso.

La lucha de los farmacéuticos contra los influencers

Uno de los grandes enemigos de los farmacéuticos es el 'boca a boca'. La gente no se termina los tratamientos (sobre todo los antibióticos, con el peligro que eso entraña porque provoca resistencias), se automedica... «Y todo porque se lo ha dicho su vecina», lamenta Huarte, quien no obstante señala a unos nuevos culpables: los influencers. «En las redes aconsejan barbaridades para ir a una fiesta superguay, como el uso de ciertos colirios, por ejemplo», indica. Y, para las ojeras, algunas pomadas antihemorroidales. Según Huarte, puedes terminar «con un buen problema» por seguir recomendaciones de este tipo.

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