Este es el plan del Servicio de Salud para ocupar los puestos de difícil cobertura

Es la primera vez que el Sespa pone negro sobre blanco el compromiso adquirido por la Consejería de Salud tras las elecciones autonómicas de hace casi un año. Según el documento entregado a los sindicatos, un puesto se considerará de difícil cobertura cuando la demanda de empleo en su categoría o especialidad sea deficitaria o inexistente; cuando no sea posible encontrar profesionales a través de los procedimientos ordinarios de selección; o cuando existan dificultades añadidas por su ubicación geográfica, como el aislamiento, la dispersión «o los accesos adversos».

Esta calificación, que se actualizará de forma periódica –como mínimo cada año–, conllevará una serie de incentivos. Por un lado, habrá compensaciones económicas a través de un complemento específico que aún está sin precisar y que comenzará a cobrarse a partir del tercer mes de permanencia en un puesto de difícil cobertura. Por otro, se regularán medidas encaminadas a mejorar las condiciones laborales y desarrollo profesional de quienes ocupen estas plazas. La incentivación económica se mantendrá durante dos años. Y el resto de mejoras, hasta tres.

Entre esas medidas no retributivas, el Sespa contempla flexibilizar la jornada y el horario de trabajo «con el objetivo de conciliar la vida laboral con la personal, teniendo en cuenta las necesidades organizativas o de planificación de cada centro». Se permitirá, por ejemplo, concentrar la atención asistencial en menos días o comenzar la jornada laboral más tarde para facilitar el desplazamiento a los centros de díficil cobertura.

Además, los profesionales que desempeñen su actividad en puestos declarados de difícil cobertura tendrán acceso preferente a formación continua y proyectos de investigación; gozarán de una mejor consideración en la bolsa de empleo temporal y recibirán más puntos en el baremo de los procesos de provisión de plazas y en los concursos. En concreto, se les otorgará una puntuación adicional del 20% por cada dos años de permanencia en puestos de difícil cobertura, que se ampliará al 40% en caso de que esa permanencia sea de tres años.

El Sespa no sólo ha hecho pública su estrategia para cubrir las vacantes de la sanidad pública que menos interés despiertan, sino también la relación de puestos que, en un primer momento, prevé categorizar como de difícil cobertura. Se trata de equipos de Atención Primaria y servicios hospitalarios completos. Concretamente, 18 centros de salud –diez en el occidente y ocho en el oriente–, todas las plazas de urgencias de Primaria y la mayoría de las que están adscritas al servicio de atención continuada.

En cuanto a la actividad hospitalaria, el HUCA y Cabueñes son los dispositivos sanitarios que menos descubiertos presentan. A ambos hospitales les hacen falta médicos de Admisión y Documentación Clínica y dermatólogos. A estas dos especialidades se suman, en el resto de hospitales de la red pública, Anestesiología, Cardiología, Cirugía General, Nefrología, Oftalmología, Psiquiatría, Radiodiagnóstico, Urología, Otorrinolaringología y Medicina Física y Rehabilitación. En algunas zonas, también hacen falta neumólogos, neurólogos, internistas y especialistas en Oncología Radioterápica. Los hospitales de Jarrio y Cangas del Narcea son los que concentran más servicios con puestos vacantes de facultativo.