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Boal ofrece al visitante un legado indiano repleto de historia, cultura y naturaleza
Una tierra llena de contrastes, así es Boal, un concejo del occidente asturiano marcado por el río Navia. Sus paisajes espectaculares, vinculados a la cultura tumular y dolménica, junto con castros como el de Pendia, conforman sus señas de identidad, entre las que también se encuentra el mundo de la apicultura que adquiere su máxima expresión en la tradicional Feria de la Miel, en octubre.
Sus numerosos espacios naturales perfectos para el ocio activo, la tradición artesanal y la arquitectura indiana, presente en su capital, forma parte de sus numerosos atractivos. Un concejo con pasado, presente y futuro… que cada verano se engalana para celebrar su cita más emotiva.
Cada julio, la tranquila villa de Boal se transforma para rendir homenaje a uno de los episodios más significativos de su historia: la emigración ultramarina. Entre trajes de época, música de antaño y recuerdos compartidos, el concejo acoge la VIII edición del FestiBoal Indiano, una celebración cargada de emotividad, cultura y reivindicación del legado de aquellos boaleses y boalesas que cruzaron el Atlántico en busca de un futuro mejor.
Bajo el lema “Volven os americanos”, Boal propone del 14 al 20 de julio una inmersión en la memoria colectiva del concejo. La fiesta, que comenzó en 2016 de la mano de la asociación Forum Boal 3000, ha crecido hasta consolidarse como uno de los eventos culturales más singulares del occidente asturiano. Su carácter participativo y su enfoque cultural lo diferencian de otras fiestas indianas: aquí no hay mercado ni feria, sino un homenaje profundo, sentido y respetuoso.
La programación incluye desde visitas guiadas a la Milla Indiana y talleres infantiles, hasta conciertos, proyecciones, showcookings y una gran comida de hermandad. Todo, con entrada libre. El domingo 20 de julio, el pueblo volverá a llenarse de glamourosos “haigas”, trajes blancos, sombreros de ala ancha y ritmo caribeño, con actuaciones musicales y un flashmob como broche final.
Este 2025, el Ayuntamiento asume la organización principal del festival, con el apoyo imprescindible de Forum Boal 3000. Esta colaboración institucional y vecinal, tan arraigada en el medio rural, refuerza el vínculo emocional que Boal mantiene con su pasado indiano.
A finales del siglo XIX y principios del XX, Boal vivió una intensa emigración, especialmente hacia Cuba y, en menor medida, a Argentina. Se estima que entre 1881 y 1931 más de 2.500 personas del concejo emigraron sólo a la isla caribeña, dejando una huella imborrable tanto allá como aquí.
Lejos de desvincularse de su tierra, los emigrantes boaleses se organizaron en asociaciones como la Sociedad de Naturales de Boal en La Habana, que levantó 21 escuelas en el concejo con cuotas de sus socios. Un ejemplo único en Asturias de compromiso con la educación y el progreso, que perduró incluso durante las guerras.
Este espíritu solidario también se tradujo en la mejora de infraestructuras: lavaderos, caminos, puentes… y en un legado cultural que se mantiene vivo en la obra de figuras como Celestino Álvarez, Salvador Díaz o Juan Peláez. Todo ello puede explorarse en profundidad en la web boalenamerica.es, una ventana al alma migrante del concejo y en donde podrá consultarse también la programación detallada del Festiboal Indiano 2025.
Al margen del legado indiano, Boal ofrece al visitante un entorno natural privilegiado. Sus doce rutas de senderismo permiten descubrir desde bosques autóctonos y restos auríferos romanos hasta espectaculares vistas sobre el embalse de Doiras, el valle de Armal o los pueblos de montaña.
Senderos como el de Penouta, el de Viesgo y los miradores del Navia, o rutas locales como la del Castro de Pendia o la de Froseira, son solo algunas de las opciones para el turismo activo, familiar o de desconexión. La información completa se puede consultar en www.boal.es/rutas.
A esto se suma el nuevo mapa turístico interactivo disponible en la web mapaturistico.boal.es, que permite planificar la visita y descubrir rincones clave del concejo. Una de sus iniciativas más originales es la «ruta de los selfies», que invita a capturar en fotografía los paisajes y enclaves más icónicos de Boal.
FestiBoal Indiano no es solo una fiesta, es un acto de justicia histórica y de puesta en valor del patrimonio, tanto material como inmaterial. Una forma de recordar, celebrar y proyectar hacia el futuro el ejemplo de una generación que, a pesar de la distancia, nunca soltó el hilo que le unía a su tierra.
Más allá de los días festivos, Boal ofrece al visitante un viaje a través del tiempo y de la memoria. Desde los vestigios de su pasado prehistórico hasta la huella imborrable de su diáspora americana, pasando por su rica naturaleza y su patrimonio etnográfico, el concejo es un crisol de paisajes, historias y emociones.
Ya sea siguiendo la ruta de los selfies, descubriendo el legado de los indianos o saboreando su miel más premiada, Boal se presenta como un destino diferente y auténtico. Un lugar donde la historia no se guarda en los libros, sino que se celebra a cielo abierto, entre montañas, pueblos y caminos que invitan siempre a volver