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El estilo doña Letizia

El estilo doña Letizia

La Reina marca tendencia en la moda. Sus personales vestidos de cóctel son copiados en todo el mundo. Un libro recoge los secretos, aciertos y desaciertos del armario real

Arantza furundarena

Sábado, 29 de noviembre 2014, 00:25

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Aquella noche, la víspera de la boda de Guillermo de Inglaterra, Letizia apareció con un vestido impactante, digno de una gran estrella de Hollywood, de escote palabra de honor, cuerpo ceñido, falda abullonada, en tono gris lavanda, bordado en pedrería... Esa imagen de ella caminando por la alfombra roja, girándose para mirar a las cámaras y a punto de ascender por una escalera, ilustra hoy la portada del libro 'Estilo Letizia. Los verdaderos secretos de la elegancia de la nueva Reina', editado por Planeta. Su autora, la economista y experta en moda María Luisa Funes, dice haber elegido esa instantánea porque «la mirada de misterio de doña Letizia invita a la curiosidad y porque ella está majestuosa de una manera distinta».

Diez años después de su boda con Felipe de Borbón los entendidos y gurús de la alta costura afirman con rotundidad que Letizia Ortiz ya tiene su propio estilo, ya es elegante. Una de las diez mujeres más elegantes del mundo, según la revista Vanity Fair. Hoy algunos de sus modelos fetiche sirven de inspiración para otras reinas y primeras damas. Atrás quedan los 'letizios', aquellos aparatosos zapatos de plataforma. Ahora la Reina española marca tendencia a base de atuendos mucho más sutiles. Su fuerte son los trajes de cóctel; esos vestidos de escote ilusión (un falso palabra de honor), en encaje o con transparencias de tul, con manga tres cuartos, largo por encima de la rodilla, pegados a la silueta o marcando cintura, que a ella le sientan como un guante. «La Reina es presumida y quiere ir guapa».

La delgadez casa bien con la elegancia. Esto lo reconoce cualquier experto en moda. «Por desgracia así es -matiza Funes-, y en la Reina Letizia su delgadez hace que todo le siente perfecto. Pero a mi juicio algún kilo de más le vendría bien». Una revista alemana aseguraba hace unos días que la Reina de España, a sus 42 años, está de nuevo embarazada. Claro que esa misma publicación ha embarazado varias veces sin fundamento a Kate Middleton. Por el momento no hay indicios de cambio de talla. Nuestra Monarca sigue moviéndose entre la 36 y la 34, como demostró con ese estiloso 'new look' de cintura de avispa y falda de vuelo que recientemente lució durante su viaje oficial a Bélgica.

Juvenil, sencillo y favorecedor. Discreto pero sin aburrir (que ya es mucho). Así definen los expertos el estilo de Letizia. «Pero es un estilo en construcción -apunta Funes-. No estamos ante la reina Sofía, que llegó con una forma de vestir y con un peinado y los ha mantenido 40 años». En todo caso, tener medidas de maniquí es un arma de doble filo para una monarca que podría ver convertidas sus apariciones públicas en una especie de pasarela. «Hay que evitar el síndrome alfombra roja de Hollywood, porque la industria del cine es muy potente y la gente se confunde». Letizia ha aprendido poco a poco a esquivarlo decantándose por trajes de noche más regios y atemporales. Sin embargo, también ha cosechado clamorosos desaciertos, como aquel vestido negro ceñido, de espalda desnuda con un bordado sobre tul transparente, que lució en un viaje a Miami. La cosa no mejoró cuando la entonces Princesa preguntó a la prensa: «¿Os hago un Pataky?», en referencia a la peculiar forma de posar (de espaldas y girando la cabeza) que tiene la famosa actriz española.

Letizia suele acertar más con la etiqueta que con el sport. Sus vestidos de cóctel los han copiado desde Matilde de Bélgica a la primera dama mexicana o (con muchos más kilos) la presidenta de Chile Michelle Bachelet. Sin embargo, cuando la Reina va 'de paisana' a veces se precipita por la pendiente del 'grunge'. Los expertos consideran que ese abuso del estilo motero, esos pantalones rotos y esas camisetas 'indies' con mensaje son «totalmente innecesarios en alguien que representa a todo un país y tiene que ser Reina las 24 horas del día».

Fiel durante toda una década a Felipe Varela, su diseñador de cabecera, que según dicen la ha conquistado por ser discreto y tener en cuenta sus sugerencias, Letizia parece estar abriéndose a otros modistos. Estos últimos meses ha recurrido a Carolina Herrera y a Nina Ricci. Y entre sus marcas favoritas extranjeras se encuentra la alemana Hugo Boss. Como directiva con experiencia en Louis Vuitton, Gucci y Prada, María Luisa Funes juzga dicha elección «totalmente prescindible, ya que Boss copia a Gucci, de modo que no inventa nada, ni tiene buena costura ni es española».

La estatura de la Reina ronda el 1,70. Escasa para una modelo de pasarela, pero suficiente para una mujer que pretenda ser elegante. Letizia calza un 37 y medio y una de sus señas de identidad son los tacones. Oscilan entre los 8 y los 13 centímetros, lo cual la convierte en una mujer de 1,80 y la aproxima un poco más al Rey Felipe, de casi dos metros de altura. Magrit es su marca favorita. Y, en cuanto al estilo, ha evolucionado desde los 'peep toes' (zapatos cerrados con una pequeña abertura en la puntera) a los mucho más depurados zapatos de salón sin apenas plataforma y con fino tacón de 'stiletto'.

El color fetiche de la Reina es el blanco. De blanco se presentó ante la prensa el día de su pedida de mano («con un traje pantalón de Armani varias tallas más grande», observa Funes) y de blanco vistió en la histórica ceremonia de proclamación de su marido. Una vez, la Reina le comentó a un fotógrafo que, al ser tan delgada, siente que el blanco le da más presencia y empaque. No obstante, también ha triunfado de negro, gris, malva... Y sobre todo de rojo pasión, como aquel espectacular vestido de noche, con un broche a cada lado del escote, creado por Lorenzo Caprile para la cena previa a la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson. En el día a día, la Reina se ha ido decantando cada vez más por los tonos 'nude' y pastel, huyendo de las estridencias.

Letizia no siente pasión por las joyas ni por los tocados o sombreros, que por otra parte no le favorecen. Es devota de su maquilladora de siempre, Luz, a la que conoció en TVE, y partidaria de los maquillajes suaves y naturales, aunque acompañados por unas largas pestañas postizas (otra de sus señas de identidad) que realzan sus enormes ojos verdosos. Está abonada a la moda de la tez pálida, como Nicole Kidman y Madonna, y es firme partidaria de repetir atuendo.

Consciente de que su imagen hace 'marca' y vende un estilo de vida, la Reina ha rescatado tejidos tan españoles como el encaje y ha promocionado la moda 'low cost' española, que es líder mundial en dicho sector. Los expertos consideran que está bien que utilice prendas de Zara o Mango siempre que sean discretas y no tan identificables como aquel vestido estampado que al día siguiente se puso Belén Esteban. «La Reina está empezando a hacer muchas cosas por la moda española -asegura María Luisa Funes-. Se está dando cuenta de que ella es el mejor escaparate de España en el mundo».

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