Ignacio Suárez, miembro de Fondo Norte: «Queremos un evento limpio, sin ruido y para eso hay que trazar líneas rojas»
«Buscamos la nostalgia, volver a ver a jugadores que ya no están en el fútbol y que nunca volverías a ver juntos»
Ignacio Suárez (Oviedo, 1985) lleva una vida ligada al Real Oviedo y a su afición. Miembro de Symmachiarii e impulsor de Fondo Norte ... ahora trabaja sin descanso en sacar adelante el 'Partido de Leyendas' que se disputará en el Carlos Tartiere el próximo día 27. Ya tienen confirmada la presencia de más de 120 exjugadores azules y la afición espera el día como uno de los más importantes dentro de la celebración del centenario de la entidad. Algunas voces reclaman la presencia de jugadores históricos de la entidad pero que llevan años alejados del club por diferentes polémicas, desde la organización se antepone el éxito del evento al posible reencuentro y a generar disputas estériles en lo que debe ser un día de fiesta. Hay más cosas que esa cita que preocupan a los aficionados y él también aporta sus ideas, por ejemplo, para poder encontrarles soluciones a los pésimos horarios que está teniendo el equipo.
–Cómo nació la idea de organizar el Partido de Leyendas?
–Todo nace cuando vemos los actos que presentó el club para el centenario en el mes de marzo. Notamos que faltaban cosas. Algunas actividades ya las organizábamos nosotros, como la fiesta de aniversario, pero queríamos buscar alternativas nuevas, que ya iremos anunciando, y nos faltaba algo relacionado directamente con la historia del club, que tuviera que ver con los veteranos, con los jugadores, porque es lo típico que hace todo el mundo, sí, pero también es lo que el aficionado quiere. Lo que buscamos es eso, la nostalgia, volver a ver a jugadores que ya no están en el mundo del fútbol y que, de no organizar algo así, nunca volverías a ver juntos. Queríamos intentar reunirlos y rememorar la historia del club a través de ellos. La presentamos al club. Al principio creo que tampoco se le dio mucha importancia. Nos dijeron 'sí, sí, hacedlo y a ver hasta dónde os lleva'. Empezamos a trabajar y hasta hoy.
«Manifestamos a la plantilla que queríamos abandonar ese clima enrarecido»
–¿Cuánto trabajo supone reunir a más de un centenar de leyendas?
–Muchísimas horas de teléfono, de llamadas... Siempre pongo el ejemplo de un jugador que creo que es 'top' en cuanto a cartel, en cuanto a lo que va a suponer para el oviedismo. Igual tuvimos que llamarle cuarenta veces hasta que conseguimos localizarle. Luego está el problema de que no hay un registro de números de teléfono de exjugadores. Muchas veces es buscar cómo puedes llegar a cada jugador. Algunos a través de otros jugadores, otros a través de un periodista o, incluso, llamando a clubes en los que estuvieron, pero que no son el Oviedo, para ver si te pueden facilitar un número. Incluso a empresas donde trabajan ahora. Es un trabajo de investigación total.
–¿Quién ha sido el más difícil de contactar o de localizar?
–Todavía no se han desvelado algunos nombres, así que es mejor no concretarlos. Según se vayan conociendo las llegadas, se verá el trabajo y las dificultades que hubo detrás. También es cierto que hubo jugadores a los que directamente no conseguimos localizar.
–¿Cree que el centenario se quedó corto para el aficionado?
–Sí, yo creo que hay cosas que el aficionado de calle no termina de entender o no siente del todo cercanas. Parto de la base de que todo lo que ha hecho el club para el centenario me parece perfecto y lo que haga cualquier persona, dentro del respeto hacia el club y la institución, también me parece. Pero, desde la perspectiva del aficionado, cuando vimos la presentación, notamos que faltaban nombres importantes en ese comité de honor. A mí, por ejemplo, me faltaba Symmachiarii, Manuel Fuente, Toni Fidalgo y su consejo... Luego veías algunos eventos que, tal y como se presentaron en un primer momento, costaba encajarlos. Entradas de 100 euros o de 50 euros... Lo entendíamos como un centenario un poco alejado. Nuestra idea inicial y nuestra única línea roja, además de la obvia respecto a algunos veteranos, es que el abonado no pagase. El evento puede ser más modesto que el 'Garra Fest', que fue un éxito, pero queríamos transmitir el sentimiento de 'esto es para vosotros, no paguéis'. Luego es cierto que el club ha ido corrigiendo cosas: bajó el precio del 'Garra Fest' y explicó los motivos. Pero nuestra percepción era que faltaba unir al aficionado, hacer que se sintiera partícipe. Hay actos muy buenos, como llevar a 'Garra' a determinados pueblos, que me parece una idea brillante, pero que no están teniendo la repercusión que deberían porque el Oviedo es mucho más que la ciudad.
–¿Sobre los jugadores del 2003, es imposible cerrar esa herida? ¿Es imposible que figuras como Berto vuelvan a estar en la órbita del Oviedo?
–Hay que distinguir entre casos. Respecto a los jugadores que denunciaron en 2003, los veo imposibles. Y Berto, hoy en día, lo veo también complicado. Creo que ha tenido tiempo de sobra para intentar enmendarse, buscar un acercamiento hacia el oviedismo y nunca lo ha hecho. Desde ahí, para nosotros es una línea roja. No queremos que el evento se enturbie con nada. Hay líneas rojas que no son sólo el 2003 o Berto. También hay expresidentes, personas que podrían generar tensión... Queremos un evento limpio, que se disfrute, sin ruido, y para eso hay que trazar líneas rojas. No creemos que sea el momento de solucionar esos conflictos y dudo que haya voluntad por su parte de solucionarlos.
–¿Hasta dónde llega el enfado de la afición con los horarios y qué se puede hacer?
–Desde la afición no se puede hacer nada. Desde el club creo que sí podrían hacer más. La entidad es una de las 42 con derecho a voz y voto en LaLiga. Lo dijimos en la junta de accionistas. Se podría plantear algo tan sencillo como que todos los equipos tengan la obligación de jugar el mismo número de veces a las 14 horas. Es un horario horrible, que habría que extinguir, pero, si hay que sufrirlo, que sea igual para todos. No solo para los equipos que 'menos van a protestar'.
–En la junta alguien preguntó por qué bajaron a hablar con el entrenador y los capitanes. ¿Eran conscientes de que podría generar polémica?
–Claro. Cualquier gesto está expuesto a críticas y es normal que la gente lo valore como quiera. Nosotros tenemos la libertad de hacer, hasta donde se nos permita, lo que creemos que es bueno para el club. Y en ese momento creíamos que había que hablar.
–¿Sirvió para algo?
–Creo que sí. Le manifestamos a la plantilla que queríamos abandonar ese clima enrarecido e intentar ponernos en medio para rebajar tensiones. Con seis derrotas seguidas se puede hacer poco, porque el ambiente es el que es. Si se hubiera ganado el partido de Girona, ese gesto se habría visto de forma muy diferente. Pero hablar cara a cara siempre es positivo, tanto para el grupo de aficionados como para los jugadores. Y ellos lo entendieron así.
–¿Hasta cuándo aguantará el buen ambiente del Carlos Tartiere
–El ambiente será el que tenga que ser. Desde nuestra parte, lo único que podemos hacer es seguir animando y seguir intentando que la situación se revierta. Desde principio de temporada dijimos que este año iba a ser muy complicado. La posición en la tabla es la que es. Y lo único que puede permitir que el Oviedo se salve es que los partidos de casa se vivan con un estadio que apriete y que anime incluso más. Queremos recuperar el ambiente que hubo con Paunovic, pero no por él, sino por el clima de unión y la felicidad que había. La llegada de Luis Carrión rompió ese clima. Aunque nosotros no apoyemos a Carrión como figura, entendemos que hay que dejar eso al margen para recuperar la unidad y la ilusión. Después de 24 años, estamos en Primera. No podemos perder esta oportunidad. Quien piense que va a haber un partido tranquilo este año está equivocado. Solo podemos animar hasta el minuto 100 si hace falta y sacar puntos como sea.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión