«Asturias tiene que ser más atractiva, hace falta más emprendimiento»

Habla con un tono pausado, aunque no le falta ni un ápice de convicción en sus palabras. Diego Canga Fano afrontará un reto más en su dilatada carrera profesional, dando el salto a la política. El candidato del Partido Popular a las elecciones regionales sabe dirigirse a su auditorio, lanzando mensajes con profundidad aunque con palabras sencillas y directas, incluso recurriendo a símiles deportivos. «Con la edad uno aprende a correr maratones y a esprintar menos», mantiene Canga, ovetense nacido el 25 de diciembre de 1964, quien lleva a gala ser un «hombre de acción»; de saber pasar de las palabras a los hechos.

En sus intervenciones públicas, como presidente de Compromiso Asturias XXI, entidad que presidió seis años y medio, y derivadas de los diferentes puestos que ha ocupado como alto funcionario de la Unión Europea, hace incidencia en la necesidad de aprovechar el talento, de sacar más partido a la emigración asturiana, de que Asturias tiene que valorar sus puntos fuertes pero no quedarse encerrada en sí misma. La internacionalización vertebra buena parte de su discurso.

Medalla de Plata del Principado en 2018, actualmente ocupa el cargo de director del área de agroalimentación de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea. Cargo al que volvió el 1 de noviembre, aunque ya ocupó este puesto en la Dirección General de Agricultura de 2014 a 2017, teniendo entre sus competencias las Relaciones Multilaterales y Política de Calidad, el desarrollo y futuro de la agricultura ecológica, las indicaciones geográficas protegidas y la promoción de productos agroalimentarios en terceros países y las relaciones con la Organización Mundial de Comercio.

Su labor en la Unión Europa, además de por su actividad en Compromiso Asturias XXI, agrupación de la que fue fundador, le ha llevado a conocer a fondo la realidad de quienes han tenido, por uno u otro motivo, que salir del Principado y de España para desarrollar su carrera profesional. Pero Diego Canga entiende que esta emigración no tiene por qué ser 'per se' negativa ni perjudicial. «Hay que sacarle más partido a la diáspora», ha dicho en reiteradas ocasiones en sus intervenciones el ahora candidato del PP a presidir el Principado. Claramente partidario de establecer una «relación constructiva» con los asturianos que viven en el extranjero, considera que «la emigración de asturianos ha sido vista como algo negativo y un fracaso de la sociedad», postulado con el que no está de acuerdo. Aunque sí matiza que «sería deseable que menos gente tuviera que dejar la región para forjarse un destino», también considera que de esta situación se pueden extraer enseñanzas y generar alianzas que redunden en beneficio de la región. «Con la amenaza permanente de la deslocalización industrial, no entiendo que no se saque más partido a esa gran riqueza», ha llegado a decir.

¿Y qué necesita Asturias para seguir mejorando? En opinión de Canga, «hacer la región más atractiva». Es decir, sentar las bases para que quienes han hecho su vida fuera de la región tengan alicientes para volver. «Una de las cosas que habría que trabajar más es el salario emocional, no solo el salario físico. Todo lo que acompaña a la familia». Se refiere a que para hacer, por ejemplo, que el talento emigrado regrese es clave contar «con buenos colegios, buenas actividades extraescolares, comunicaciones..., cosas que hagan que Asturias sea un lugar más atractivo para vivir». «Se necesita mucho más emprendimiento», ha recalcado en numerosas ocasiones.

«En Asturias hay gente muy buena», defiende Diego Canga, quien desde la perspectiva que le da residir fuera de la región -lleva tres décadas en Bruselas-, asegura con rotundidad que «no es cierto que siempre sean los mejores los que se tienen que ir». Y suele insistir en las oportunidades que se le presentan a la región para avanzar en su desarrollo. Ve en la fuerza de los asturianos un punto fuerte para seguir avanzando. «Contrariamente a otras comunidades autónomas más grandes y peor cohesionadas, mi experiencia es que entre asturianos es muy fácil hacer patria», expone. Eso sí, remarca que ese grupo de «gente buena debería ser más extenso de lo que en realidad es».

Y ahí entra otro de los 'leitmotivs' que articulan el pensamiento del candidato popular. Hay que tomar las riendas, cada cual en la medida de sus posibilidades, y saltar al terreno de juego para transformar en hechos las ideas, las palabras... Así, insta a quien crea que tenga un proyecto a llevarlo a la práctica, a que no quede olvidado en un cajón. «Una de las cosas que más me irrita es la cantidad de veces que me dicen 'qué razón tienes', pero mi interlocutor no hace nada por llevarlo a cabo», ha reconocido en alguna ocasión. «Y cuando les digo que lo lleven a cabo, la respuesta es 'sí, lo hablamos'. Y esto significa lo mismo que 'ahorita mismo' o 'mañana'. Es decir que tu interlocutor no va a mover un dedo por cambiar las cosas», lamentó en su discurso de despedida al frente de Compromiso Asturias XXI.

No piensa Diego Canga que esas situaciones sean producto de que, como le han preguntado en más de una ocasión, Asturias pueda ser una región subvencionada. Él considera que el problema es que en el Principado está «muy extendida» lo que califica como la cultura del remolque. «Mucha gente espera que los que tienen responsabilidades les resuelvan sus problemas». Actitud que contrapone a lo que asegura sucede en otras partes de Europa, países en los que «lo que quiere la mayoría es que las autoridades se metan lo menos posible en sus vidas», que entienden que nadie mejor que ellos mismos para resolver sus dificultades. «Esa cultura del remolque está ahí y la gente buena que hay en Asturias no es suficiente para arrastrar a una masa que no quiere salir de su zona de confort». Aunque también atisba cambios y sostiene que «cada vez se ve mejor» a la región.

¿Y por qué se da está circunstancia? Varias son las causas que apunta. Una que la población en la región está bastante envejecida y «la gente mayor es menos abierta a los cambios que la gente joven». También, remarca, porque en Asturias «generalmente se vive bien» y por tanto se acaba imponiendo en cierto modo la máxima de 'no me quiero complicar la vida'».

Y como hombre acostumbrado a buscar respuestas, también tiene clara cuál es la receta para salir adelante: más innovación y emprendimiento. Pero no limita estas dos acciones a los científicos, investigadores y empresarios. Ese espíritu debe abarcar también al ciudadano de a pie para que dé resultados.

«Se pueden cambiar carreteras, impuestos.., pero cambiar mentalidades lleva tiempo», asume.

Y apelando a esa necesidad de ser ejemplar, cuando Diego Canga abandonó su puesto al frente de Compromiso Asturias XXI, dejó clara cuál es su posición respecto a la limitación de mandatos. «Renuncio a mi cargo porque llevo bastante tiempo y no es sano que la gente se eternice en sus puestos», decía, al tiempo que añadía que «a mí me gusta el límite de dos mandatos».

Con contundencia se aplica a rechazar la corrupción, sea cual sea la forma bajo la que se presente. «Tenemos que ser muy exigentes con los políticos porque han sido elegidos y gestionan el dinero de todos, pero no podemos ser condescendientes con los que copian, con los que defraudan, con la economía sumergida y con un largo etcétera de pillerías intolerables», sostiene. Predicar con el ejemplo, unas palabras de las que hace uno de sus lemas, le parece el camino para evitar esas situaciones. «En España hay mucha tendencia a ser exigentes con los políticos y comprensivos con nosotros mismos y nuestros coetáneos», advertía en aquel discurso de despedida.

Su experiencia en la Unión Europea le lleva a tener un posicionamiento claro sobre los modelos energéticos. Firme partidario de conseguir un ahorro energético, ya lamentaba este verano que no se atendiera a quienes, como él, ya avisaban de una excesiva dependencia del gas ruso. Sostiene que hay que modificar los modelos de consumo para reducir esa dependencia.

Aunque el punto de partida es complicado, por, reconoce, una orografía complicada, Canga está convencido del papel clave que juega para el desarrollo de una región contar con unas infraestructuras adecuadas. No obstante, sí constata que se han producido avances. «Cuando dejé Asturias iba a Bruselas por carretera nacional. Ahora puedo ir por autopista. ¿Quiere decir eso que Asturias es perfecta? No. Queda muchísimo que hacer, pero Asturias ha progresado». En cuanto a las conexiones ferroviarias y aéreas sí ve preciso seguir mejorando. Eso sí, asegura ser consciente de que esa orografía que define la región hace que cueste mucho más dinero hacer carreteras y túneles.

Canga asegura haber aprendido durante todos estos años que el 'soft power' es frecuentemente más eficaz que el 'hard power'. Es decir, «creando influencia, liderando con el ejemplo, poniendo ideas concretas encima de la mesa o ayudando a los jóvenes a encontrar su primer empleo, también se cambia positivamente Asturias».

«No se puede obviar que hay una generación más joven, con un perfil diferente, que también ha salido de Asturias y que se moja por su región. Y tiene que tener un papel relevante». «Salir no es un drama. No dramaticemos el hecho de que se vaya la gente. Aunque sí es importante recuperar el conocimiento y la experiencia», insiste.

Más en lo personal, Diego Canga cita a Aristóteles, que dijo aquello de que solo hay una forma de evitar las críticas: 'No hagas nada, no digas nada y serás nada en la vida'. «Yo siempre he sido un hombre de acción. Hay gente que me dice 'qué bien hablas', pues hay una cosa que hago mejor,: ejecutar lo que digo». «Soy un hombre de acción, lo que digo lo hago y me gustaría que más gente en Asturias lo hiciera».

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