Así contó EL COMERCIO la revolución del 34

El 4 de octubre de 1934, Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, anunciaba la formación de Gobierno con tres ministros de la CEDA, la derecha accidentalista católica. Al día siguiente, se hacía eco EL COMERCIO de este nuevo Ejecutivo, que debería haber resuelto tal y como recogía en su portada «la crisis total» en la que estaba sumergida el país y que, sin embargo, derivó en el llamamiento a la huelga general. Fue el último número de este diario hasta doce días después, cuando el 17 de octubre su portada informaba de lo ocurrido durante la revolución. «Tras la huelga general decretada en España el día 5 del presente mes, surgió un movimiento revolucionario que aún subsiste en la zona minera asturiana, donde los sublevados se hicieron fuertes». Era el arranque de un número que añadía: «Dominado fulminantemente el movimiento en Cataluña por la rendición de la Generalidad, fue sofocado en seguida en Madrid y otros puntos del país, quedando reducida la acción rebelde a Asturias».

Testigo como siempre de la historia de su tierra, el decano de la prensa asturiana contaba ese mismo día a sus lectores la detención de Azaña, Largo Caballero y otros políticos de izquierda. Así como las consecuencias de la revuelta en Oviedo, que –narra acompañado de fotos de la capital en ruinas–«sufrió los mayores rigores de la revolución». En Avilés, señalaba, «fueron quemadas todas las casas desde el Cine Iris al primer soportal de la Plaza por la calle de la Cámara. El exministro señor Pedregal fue secuesrado, asegurándose que los revolucionarios lo llevaron en rehenes a Trubia». En Gijón, «se redujo el movimiento a los barrios de Cimadevilla y del Llano, siendo bombardeado el primero por la escuadra, y el segundo tomado por las tropas del Tercio». En el resto del litoral, resume la portada, «nada ocurrió». En Grado, «sigue la resistencia».

Informaciones más políticas centraron los días 18 y 19, ocupadas por el seguimiento al Consejo Extraordinario de Ministros, con referencias a «nuevos e interesantes episodios de la revuelta en Oviedo, Nava y otros puntos de la provincia».

Seguía el día 20 la entrada de los militares en «el Valle de Langreo, hasta Laviana, y en las cuencas de Ujo y Mieres, ocupando todos los pueblos de aquellas zonas, sin encontrar resistencia». Algunas de las cifras aportadas en el texto, dan una idea de lo cruento del conflicto: «Se han recogido 3.500 fusiles, 12 ametralladoras, 14 fusiles 'Trapote', dos cañones y más de dos camiones de dinamita.

El día 21, llegaron a la portada las esquelas. La mayor, la de Rafael del Riego y de Ramón, el director de Hulleras de Turón, que había fallecido, se recogió entonces, «vilmente asesinado la madrugada del 14».

Siguieron las esquelas, pero comenzó a hablarse más firmemente de la revolución en pasado y llegaron al papel las evaluaciones de daños. El 24 de octubre, EL COMERCIO contaba que el Gobierno enviaba a Asturias a tres de sus ministros y a un séquito de periodistas para conocer de primera mano el estado de una herida que, lejos de estar curada, nunca llegaría a cerrarse del todo.