Una década recreando la Guerra Civil
Candamo. La Asociación Frente del Nalón cumple diez años y lo hace recuperando su recreación histórica el 11 de septiembre tras un año parados por la pandemia
ALEJANDRO L. JAMBRINA
Domingo, 15 de agosto 2021, 01:11
Corre el año 1936 y la Guerra Civil española acaba de alcanzar la zona rural del concejo de Candamo. Un joven asturiano que apenas alcanza la mayoría de edad se sorprende al disparar por primera vez su fusil en dirección a un enemigo que asciende por la ladera entre los árboles. Siente miedo en la trinchera, rodeado por el resto de 'guajes' de su pueblo a los que, como a él, acaban de convertir en soldados. No importa el bando, ahora les toca sobrevivir.
Ese podría ser el inicio de una de las cientos de historias que la guerra dejó a su paso por Asturias y que para las nuevas generaciones son difíciles de imaginar. Por suerte, la Asociación Frente del Nalón recrea año tras año el conflicto armado para que nadie se olvide de lo que ocurrió en uno de los episodios más negros de la historia nacional.
Lo hacen desde hace una década, están de aniversario, desde su sede en el pequeño pueblo de Grullos. En estas recreaciones, no obstante, participa gente de toda la región e incluso de otros países, en los que las recreaciones históricas de Candamo se han convertido en verdadero un referente.
Todo empezó en el año 2011, cuando el concejo de Candamo puso en valor una zona de trincheras y construcciones de la Guerra Civil, un antiguo campo de batalla que se recuperó gracias al trabajo de la Asociación Arama. «Esa intervención en la sierra del Pedroso motivó a un grupo de personas que pensamos que un buen complemento para ese espacio de reciente creación era hacer una recreación histórica, que por entonces se hacían muy pocas en todo el país», recuerda Enrique Menéndez, vicepresidente de la Asociación Frente del Nalón.
La andadura del grupo comenzó con apenas seis personas, pero en estos diez años no han parado de crecer y hoy lo forman en torno a 35 miembros y siguen creciendo. La batalla que libran es el temido relevo generacional y que la gente entienda qué es lo que hacen exactamente. «En parte somos selectivos porque los grupos de recreación histórica generan ideas confusas. La gente debe entender que no se trata de disfrazarse, esto no es un Antroxu ni un juego de rol en vivo, nos lo tomamos tan en serio que los detalles se cuidan al milímetro», reconoce Menéndez.
Porque la recreación es el fin y al cabo un recorrido de investigación. «Es la punta del iceberg, para conseguir recrear un traje o un arma podemos tardar años y buscamos patrones de la época, tipos de tela, proveedores, cómo eran los botones y hasta el más mínimo detalle necesario, si no no se utiliza».
La pulcritud que persiguen lleva tanto tiempo y esfuerzo que, por ejemplo, en diez años no han sido capaces de conseguir reproducir un gorrillo en particular que llevaban los soldados republicanos en Asturias. «Es solo un ejemplo, pero es que es una prenda particular de la que no sabemos su origen y tampoco hay originales, nos basamos en fotografías e ilustraciones o testimonios de veteranos, pero cada vez quedan menos vivos».
Y muchos se preguntarán a qué se debe tanto esfuerzo y dedicación por recrear una batalla. Quienes forman la Asociación Frente del Nalón lo tienen claro: «Hay gente a la que se le saltan las lagrimas cuando nos ve porque está viendo a su abuelo. Eso es lo que buscamos, si la gente nos ve y les resultamos cómicos, algo estamos haciendo mal porque tratamos de recrear como era la guerra y la vida de la gente como el trabajo de historiadores, antropólogos... tiene una labor pedagógica de divulgar nuestra propia historia.», sostiene el vicepresidente de la entidad, que conforma la junta directiva junto al presidente Iván Román.
Sin recreación desde 2019
Como es lógico, al grupo de recreación histórica de Candamo también le ha afectado la pandemia del coronavirus. Llevan desde 2019 sin poder hacer lo que más les gusta, pero este año volverán a las andadas los días 11 y 12 de septiembre. «Este año por las dificultades tenemos que cambiar el formato, no será una batalla para no congregar a muchas personas, porque en 2019 reunimos a 4.000. Será una especie de museo vivo con visitas guiadas bajo registro, vamos a hacer que convivan el campo de batalla con la vida cotidiana de los combatientes en las trincheras y quince dioramas para los quince meses que duró la guerra».
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