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Victoriano Cuervo, en el momento de recibir la distinción de manos del embajador de España en Guinea Konacry, Cristian Font Calderón. LVA

Un avilesino distinguido en República de Guinea

Condecoración. Victoriano Cuervo, director del primer hotel cinco estrellas del país, recibe del Gobierno español la Cruz de la Orden de Isabel la Católica por su contribución a difundir una buena imagen de España

Alberto Santos

Avilés

Domingo, 7 de enero 2024, 00:19

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El avilesino Victoriano Cuervo acaba de recibir una condecoración con la que seguro que no soñaba cuando jugaba en la Atlética Avilesina de balonmano en la etapa dorada del equipo en División de Honor B a finales de la década de los 90. Desde ese logro de participar en la segunda máxima categoría del balonmano español al reconocimiento que acaba de obtener por parte del Gobierno español han pasado veinticinco años de una vida de trotamundos tan intensa en lo deportivo como en lo profesional.

Victoriano atiende a LA VOZ DE AVILÉS por teléfono desde su despacho en el hotel Palm Camayenne, el primer cinco estrellas de República de Guinea, o Guinea Conakry como se le suele llamar al país para diferenciarlo del resto de otros países africanos con la misma denominación. Hace apenas unos días que acaba de recibir la Cruz de la Orden de Isabel la Católica por su contribución a difundir la buena imagen de España, otorgada por el Gobierno español a propuesta de la Embajada en República de Guinea. Es un paso más en su prolífica trayectoria profesional, que siempre ha entrelazado con la práctica deportiva por todos los países por los que ha pasado.

Tras su paso por la Atlética Avilesina y el Naranco, decidió a irse a Londres a principios de este siglo para tras diplomarse en Turismo en Oviedo. Allí perfeccionó su inglés, antes de completar su formación con la licenciatura de dirección hotelera en Birmingham. Tras regresar a España tuvo la oportunidad a través del Idepa de Asturias de formar parte de la primera promoción del Máster de Comercio Exterior de un año, con una estancia de seis meses en China, donde no solo pudo profundizar en las relaciones entre el país asiático y Asturias, sino que también siguió con su aprendizaje de idiomas como el chino mandarín.

«Aproveché la segunda fase de la beca para jugar de nuevo en la Atlética los últimos seis meses de competición, pero me rompí el ligamento cruzado y ahí acabó la experiencia de balonmano», recuerda con nostalgia Victoriano. Pasó a retomar su carrera profesional en la hotelería en Ibiza en el Grupo Balboa, que tenía varios hoteles, uno en un pequeño pueblo del centro de Francia, donde acabaría asentándose.

Allí compaginó su trabajo en un hotel de cuatro estrellas como subdirector con el deporte, con el balonmano en ligas amateur, durante cuatro años y medio hasta finales de 2013. «Surgió la posibilidad y envié un currículum a través de empresa de cazatalentos, y tuve la oportunidad de coincidir con un gallego que era director de hotel en Guinea Conakri y que me convenció para una aventura laboral en el país en la que llevo diez años», añade.

Victoriano Cuervo dejó su vida en Francia y se trasladó a Guinea con su mujer francesa en enero de 2014. «Llegué como jefe de recepción, que podría parecer un paso atrás en mi carrera, pero tenía unas posibilidades de promocionar bastante rápidas. En pocos meses pasé a director de alojamiento y a los dos años como director adjunto o subdirector», explica. Durante esos años pasó varias experiencias únicas, «desde 2014 empezó el ébola, los dos años de la crisis hasta finales de 2015, la pandemia de covid... Lo pasé íntegramente, fue bastante duro al principio, pero nos adaptamos un poco al problema sanitario».

En 2019 se fue el director y Victoriano Cuervo se quedó al mando del hotel, hasta hoy. Tras los años duros de la pandemia, «el hotel ha resurgido y es el hotel referencia en Conakry», destaca. Pero su labor ha ido más allá de la de un simple director de hotel. Ha puesto en marcha un sinfín de iniciativas hasta el punto de ser un lugar de referencia donde se celebran reuniones al más alto nivel, con ministros, presidentes y todo tipo de celebridades. «Aquí se organizan muchos eventos, culturales, conciertos, desfiles de moda, presentaciones... Una de las mejores fiestas de toda África Occidental se celebra aquí», dice satisfecho.

Ese éxito en la gestión también ha convertido al hotel en un aliado para la Embajada de España en el país. «Ha mostrado una gran cercanía con la Embajada de España, colaborando en numerosos eventos celebrados tanto en la residencia como en el propio hotel, que ha acogido la recepción con motivo de la Fiesta nacional de España en varias ocasiones. Así, con ocasión de la recepción celebrada en el Hotel el pasado 12 de octubre (la primera tras los años bajo la pandemia), el señor Cuervo se implicó personalmente para que el evento fuese un éxito y contribuyese a dejar en muy buen lugar a España y a esta Embajada. En éste y en todos los eventos organizados conjuntamente el Hotel Palm Camayenne siempre ha tenido una deferencia con la Embajada de España, tanto en los precios ofrecidos por los alojamientos solicitados y los eventos realizados como en la calidad de los servicios que el hotel ha prestado a la Embajada, a sus miembros y a sus invitados. Esta deferencia se ha trasladado a otros españoles que visitan Conakry», destacaba ante el Gobierno español el hasta hace unos días embajador de España en Guinea Conakry, Cristian Font Calderón, para solicitar el ingreso de Victoriano Cuervo en la Orden de Isabel la Católica, la segunda más importante a nivel civil y la de mayor nivel que puede conceder una embajada.

«Desde que llegó el embajador he tenido una relación muy estrecha profesional y personal, trabajamos de forma muy habitual con la embajada para organizar eventos intentando que la marca de España esté presente en el país y se fortalezcan las relaciones comerciales», valora aún emocionado Victoriano.

Futuro de esperanza

Guinea Conakry es un país basado sobre todo en la minería, ya que es el segundo país productor de bauxita del mundo. De ahí se extrae silicio, hierro y aluminio, por lo que hay muchas empresas extranjeras mineras, la más importante la multinacional Río Tinto. Según explica el director avilesino del hotel Palm Camayenne, «hay una clientela sobre todo de negocio, el turismo casi no existe, lo que no quiere decir que no se pueda explotar. Es un país que tiene de todo, incluso potencialidad turística, muchos kilómetros de costa, selvas en el interior, colonias de chimpancés... También la pesca, y se tiene que desarrollar en infraestructuras, carreteras, aeropuertos... Se puede explotar todo y necesita inversión extranjera», aventura Victoriano Cuervo para defender el potencial del país a pesar de la frecuente inestabilidad política en la que vive.

En cuanto a su futuro profesional, asegura que «después de diez años creo que es tiempo suficiente, he pasado de todo, ya no puedo aspirar a más en este destino, me gustaría buscar otro proyecto. Aquí a nivel profesional he crecido muchísimo y quiero aprovecharlo para otro destino donde haya posibilidad de crear cosas. Aquí me he encargo de todo, de renovar zonas de ocio, restauración, tengo autonomía y gestión total, y es algo raro en un hotel o cadena hotelera. Mi ilusión es irme a otro sitio, quizás sea el momento de pasar a otro destino y buscar nuevos horizontes».

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