Clásicos y no tanto que aún quieren rodar
Protesta. Más de medio millar de vehículos participaron en la segunda marcha contra la ordenanza de movilidad
OLGA ESTEBAN
Lunes, 18 de enero 2021, 00:21
Rafa, Cris y Sara conforman una familia evidentemente amante del motor. Pero no de cualquiera. Para la protesta dominical han elegido su Fiat 124 Spider de 1977, ejemplo de los vehículos afectados por la Ordenanza de Movilidad. El Fiat descapotable es un ejemplo, pero no el más significativo, dicen, de los vehículos afectados, que van más allá de los clásicos. Cris insiste. El que ella usa y necesita para su día a día es su Golf, «con 100.000 kilómetros, impecable». En casa quedan la Vespa, la Lambretta y la autocaravana. Así que se conocen bien la normativa y defienden que «el sacrificio es mucho para unos resultados que no van a ser tan importantes. Porque el problema de contaminación de Gijón no son estos coches», defienden.
Es uno de los argumentos del medio millar de propietarios que ayer participaron en la segunda Marcha por la Movilidad, que había hecho un llamamiento a los afectados por la ordenanza, esto es, quienes tengan vehículos de gasolina anteriores al año 2000 y diesel anteriores a 2006, porque «en 2022 no podrás aparcar en zona ORA de Gijón y en 2026 tampoco podrás circular por la ciudad». En la explanada de Marina Civil, donde se habían dado cita al mediodía, se concentraron unos 550 vehículos, entre coches y las muchas motos que también se sumaron a la cita. Había allí muchos clásicos y curiosidades, como el coche funerario que conduce Álvaro Villanueva, un Seat 1500 que estuvo en funcionamiento hasta 1991 en el oriente asturiano, ahora matriculado como vehículo histórico y ayer encargado de portar la megafonía. Pero había también otros muchos que, lejos de ser clásicos, también estarán afectados.
Llevan más de un año con sus protestas. En marzo del año pasado presentaron ante el Ayuntamiento entregaron 23.500 firmas en contra de la ordenanza. Han pedido una reunión con el concejal de Movilidad, Aurelio Martín, de la que, dicen, aún no tienen noticia. Quieren ofrecerle colaboración. «En el grupo hay ingenieros, arquitectos, abogados... Podemos buscar soluciones», explica Iván García, uno de los organizadores.
Se calcula que en Gijón hay unos 40.000 vehículos afectados, y recuerda García que la situación no solo les afecta a ellos, sino también a conductores de otros concejos que pretenden venir a Gijón con sus vehículos y a los talleres. «El otro día estuvo en uno donde el 60% de los vehículos están afectados por la norma. Es decir, fastidiamos a los propietarios, pero también a esos talleres se van a tener que ir fuera».
Aseguran que otras ciudades que han aplicado normas similares a la de Gijón antes que nosotros «siguen con los mismos problemas, porque quien tiene coches históricos los ha llevado a otro sitio, y los que los usan a diario los han vendido y han comprado otros con 'etiqueta', pero que cumple lo justo. Al final es todo una mentira». También en Oslo, aseguran, hay una experiencia similar. Iván García habla de aparcamientos disuasorios, de diferenciar entre los vehículos que se usan a diario y los que no... «Hay que buscar soluciones, pero no poner zancadillas».
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