Una dosis de Comadres contra el virus
La tertulia feminista celebrará mañana de forma telemática su tradicional fiesta. «Hace años ni se nos hubiera ocurrido algo así»
Sus mascarillas moradas lo anuncian desde la distancia. La pandemia no ha podido con la tertulia feminista Les Comadres, que 36 años después de su fundación ha tenido que reinventarse, pelearse con la tecnología y dominarla lo suficiente como para descubrir que gracias a ella su mensaje puede incluso llegar más lejos. Desde el inicio de la pandemia han seguido haciendo de «Pepito Grillo para instar a las administraciones a estar absolutamente atentos para que las mujeres supieran que no están solas». Este jueves, a las 19 horas, celebrará su tradicional fiesta como nunca antes: a través de 'zoom'. «Echaremos de menos charlar, abrazarnos y bailar, pero no faltarán las sorpresas y cantaremos, como todos los años, el himno de Les Comadres» anticipa Geli González, una de las cofundadoras de la tertulia.
Las mujeres que aquel febrero de 2014 marcharon en el 'tren de la libertad' no se dejan amedrentar por el virus, aunque cuando vieron cómo se suspendían todos los actos y aumentaban los contagios estudiaron si seguir adelante o no con las actividades. «Nos planteamos los pros y contras de hacer algo o dejarlo para el año que viene y decidimos que si este año no lo hacíamos, a saber cómo vendrían los siguientes», rememora González. Ella, obligada por la pandemia a ponerse las pilas en cuanto a tecnología, se encargó de trasladar el formato al mundo virtual «con cierto miedo o, mejor dicho, responsabilidad».
Les Comadres hicieron, de forma telemática, lo que mejor se les da: debatir, reflexionar y, tras una prueba que «nos gustó tanto y en la que nos vimos tan estupendes», atreverse. Superar retos, aunque llegaran a pensarse «demasiado osadas» por siquiera pretenderlo. Convocaron, a través de 'zoom', a las socias y comadres de oro para hacer la presentación de candidaturas a los premios y la votación se llevó a cabo. ¿Fue difícil la elección de la Comadre de Oro, Mabel Lozano, el Felpeyu –el 'trifachito'– y el 'Babayu', el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, «Todas las candidatas a comadre lo merecían. En cuanto al Felpeyu, después de 35 años dando el premio «pensábamos que tendríamos que volvernos locas buscándolo, pero desgraciadamente sigue habiendo para dar y exportar».
Para Duli Menéndez, «hay que sacar la parte positiva de la situación», algo que secundan sus compañeras. «Con esto se abre una posibilidad que antes no contemplábamos: que todas las comadres que son de fuera de Gijón, incluso de fuera de España, tengan la oportunidad de participar», señala Carmen Veiga, que apunta que «el 'zoom' ya no lo vamos a olvidar». Gracias a él organizaron también ponencias –«el curso está colgado y algunas charlas ya las han visto casi mil personas», apunta Piñero– y durante el pasado mes de noviembre se pusieron al día con otra plataforma digital para amadrinar el corto 'Volverte a ver' durante el Festival Internacional de Cine de Gijón.
La presidenta de Les Comadres reconoce que «la fiesta es donde más lo vamos a notar, perderá mucho. Pero tenemos plaza para cien personas y las vamos a cubrir, te lo aseguro». «Es un experimento, pero brindaremos e igual hasta hago un chorizo a la sidra», bromea. «Con la fiesta de Comadres queremos recordar que el feminismo, dentro de su reivindicación, también puede ser lúdico y esperamos que en algún momento haya alguien suficientemente joven que nos pueda dar el relevo o que, al menos, recupere el espíritu festivo», reflexiona Geli González. Por el momento, en este año de pandemia, las feministas invitan a las mujeres mantener la fiesta, «a comer chorizo a la sidra, frixuelos o lo que quieran». «Que no dejen de comadrear, a las cinco de la tarde, cuando sea, pero que comadreen», apunta Duli. Eso sí, manteniendo las medidas de seguridad.
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