En una UVI móvil antes del 'sí, quiero'

21 años de relación, cinco infartos y tres cánceres después, David Fernández Baltar, avilesino de 67 años, y Ángela Huergo, gijonesa de 49, se convirtieron este viernes, oficialmente, en marido y mujer. La pareja se casó en una sencilla ceremonia en los juzgados de Gijón, en los que entraron con las alianzas ya en sus respectivos anulares y la novia, como manda la tradición, con algo azul y nuevo (la liga), algo prestado (una pulsera) y algo antiguo: «El reloj de mi madre, que es lo que más ilusión me hace».

La suya no fue una más de las muchas bodas civiles que se celebraron este viernes. Porque los novios llegaron al juzgado en una UVI móvil. En la Ambulancia del Deseo que Transinsa –base asturiana de esta fundación internacional– puso a su disposición en el momento en que Ángela Huergo les pidió colaboración para preparar esa sorpresa. Pretendía que fuera «un homenaje» a su futuro marido, «al que quiero con toda pasión», por ser «un ejemplo de fortaleza y un gran luchador».

Así que este viernes, en lugar del coche de su cuñado, como esperaba, lo que se encontró David al salir de su casa en dirección a los juzgados fue una ambulancia como las muchas que habitualmente le recogen para llevarle al Hospital de Cabueñes a recibir el tratamiento por el cáncer de esófago que padece. Los ramos de flores en las manillas de las puertas y la música de la canción 'Solamente tú' de Pablo Alborán que sonaba por el altavoz ya le hicieron sospechar que esa UVI encerraba más emociones. Y lo confirmó cuando Ángela le leyó toda una declaración de amor incondicional a los pies de la ambulancia. «Somos uno y estamos juntos. Estás en un precipicio pero estoy contigo y no voy a dejar que caigas. Poco a poco todo irá bien. Esta partida la ganaremos. No temas», le prometió.

«Fue muy emotivo», reconocía Juan Luis González Camblor, enfermero y coordinador de la base asturiana de la Fundación Ambulancia del Deseo, que colaboró en la realización de este particular sueño junto con Alexis Varela y Claudia Granda.

Ellos entregaron a la novia el ramo con el que se casó. Y al novio, a 'Mario', un oso de peluche vestido con el uniforme de los técnicos de ambulancias que es la mascota de la fundación. Begoña y Tini, hermanas de la novia, fueron las testigos del enlace. Ya con el libro de familia en su poder, la pareja se fue a celebrar con «un vermú largo» el día «más importante de nuestras vidas». Lo compartieron, como su felicidad, con sus más allegados.

El de Ángela y David es el segundo sueño que se encarga de cumplir la base asturiana de la Fundación Ambulancia del Deseo desde su constitución como tal, en octubre de 2020, aunque dos años antes Transinsa ya había colaborado con esta red solidaria llevando a su pueblo natal, en el concejo de Quirós, a un hombre de 96 años que pudo así volver a ver los paisajes de su infancia y reencontrarse con sus hermanos.