«Gijón desde el mar gana mucho, es otra visión»
Barco Turístico. Los paseos desde el Muelle hasta la bahía de San Lorenzo de Pasaje Canteli atraen a más de cien personas cada día
Turistas y ciudadanos esperan pacientemente en la rampa La Barquera frente a la estatua de Pelayo. Con su entrada en la mano, se disponen a montar en el barco turístico de Pasaje Canteli que recorre la bahía gijonesa bordeando el cerro de Santa Catalina para llegar hasta la playa de San Lorenzo y volver al punto de partida. A la hora estipulada de vuelta, tras 45 minutos de recorrido, aparece el barco en el puerto gijonés. De él se bajan Julio Marinas, Clara del Valle y Coral Marinas. La familia zamorana veranea mucho en Gijón. «Esta es la playa de Zamora y todos los años es visita obligatoria, pero nunca habíamos visto la ciudad desde el propio mar», afirman.
Si deben poner un pero a la actividad es que se les ha hecho muy corta «porque es muy divertida la experiencia». Además, el precio a pagar –8 euros por persona– lo ven «económico» teniendo en cuenta todo el recorrido que realiza: «Se ve Cimadevilla, el Elogio del Horizonte... Ves Gijón desde otra perspectiva, desde el mar cambia todo y gana mucho, se tiene una visión completa de la ciudad». El paseo hace la villa de Jovellanos «muy atractiva», por lo que en alguna otra ocasión ya adelantaban que repetirían.
Juana Trinidad y David Gómez acababan de llegar por primera vez a Gijón desde Madrid. Su hija Alshey vio el barco y les pidió a sus padres montar. Se bajaban del mismo tras vivir una experiencia de la que ninguno se arrepentía. «Vinimos a Gijón unos días por el mar, montar en barco es una experiencia nueva». Aunque habían estado en las playas del sur, las de el norte «cambian completamente» y más «si se ven desde el agua».
Los locales también aprovechan la oportunidad de conocer su ciudad desde otro punto de vista. «La parte del Cerro estaba muy tranquila, cuando rompe con las olas es impresionante», explicó Daniel Julias, que viajaba con Lucía Quirós. Los dos gijoneses conocían el recorrido que afirman que «cambia dependiendo del tiempo y de la mar».
Sobre los pasajeros que viajaban con ellos, al principio «van muy silenciosos» pero, explicaron que una vez que el recorrido va avanzando va desapareciendo esa timidez y «comienzan a sacar fotos, tanto del paisaje como dentro del barco». Para ellos, la parte más bonita es «una vez que pasas el Cerro y comienzas a ver el Club de Regatas, la iglesia de San Pedro, la escalera 0...».
Desde la empresa, realizan a diario cinco paseos en el horario de cuatro a ocho y cuarto de la tarde. Estos paseos podrán realizarse hasta el 9 de septiembre. A pesar de que este año están «manteniendo los números del agosto pasado», con más de cien personas al día, el mal tiempo de este verano hizo descender un 10% las cifras de julio, obligándolos a suspender los recorridos algún que otro día debido a la niebla y la lluvia, «aunque gente hay siempre», señalan los gerentes Juan e Inés Canteli y «en los días soleados o de bochorno trabajamos bien», pero «cuando gana el mal tiempo no tiene cabida la actividad», lamentan.
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