«No podíamos esperar a llegar a Primera»

La visión del Grupo Orlegi cuando compró al Sporting al inicio del verano de 2022 se resumía en una palabra: proceso. Detrás de ella llegaban la mejora de la infraestructura y la estructura del club, dos áreas profundamente remodeladas a lo largo de estos dos años, con la reforma de las instalaciones de Mareo y la reconstrucción del terreno de juego de El Molinón como partes más visibles. Entrar a la Escuela de Fútbol sirve ya para darse cuenta de un cambio que tiene en el interior de los edificios su parte más relevante. No solo se trata de la puesta en marcha de la residencia o la mejora de espacios, oficinas y vestuarios, sino de una completa lista de elementos encaminados a mejorar la prevención y recuperación de lesiones de los jugadores, tanto del primer equipo como de la cantera. «El primer paso era invertir en infraestructuras. No podíamos esperar a llegar a Primera», afirmó Óscar Garro, director de Cantera del Sporting, en el VIII Encuentro de Canteras celebrado esta semana en Gijón.

El elemento más llamativo es el tanque de recuperación, un elemento con el que cuentan clubes de primer nivel y que hasta ahora no había llegado a Gijón. Se trata de un contenedor de agua salada con tres carriles de diferente profundidad destinado al «trabajo de rehabilitación con jugadores postoperados o con lesiones en las que hay que limitar el apoyo (fracturas de tibia, peroné, fémur...)». El carril central, con una profundidad de 1,20 metros, está pensado para «trabajos de potencia o de capacidad anaeróbica» y cuenta con una contracorriente que ofrece resistencia al avance. En el tercer carril, de 0,90 metros de profundidad, el jugador encuentra menos resistencia del agua. Finalmente, está el primer carril, cuya profundidad es variable y que cuenta con escalones de doble huella, que permiten dar pasos sobre cada uno de ellos.

Esta infraestructura incorpora, además de las contracorrientes, «turbojets que expulsan agua a presión en chorro, buscando un efecto de hidroterapia, para tratar edemas, golpes, o articulaciones inflamadas». También tiene inyectores en el fondo que impulsan agua a la superficie y que actúan como masajes en diferentes zonas de las piernas.

Las instalaciones de recuperación se amplían además con la sauna, la bañera de crioterapia y el jacuzzi. La sauna «favorece la vasodilatación a nivel distal y una mayor oxigenación de los músculos y articulaciones para potenciar la recuperación tras el esfuerzo», además de potenciar la relajación. La bañera de crioterapia favorece la reducción de la inflamación, ya sea después del esfuerzo o ante una lesión. Con el jacuzzi, lo que se busca es la relajación y la hidroterapia. Ambos elementos cuentan con capacidad para seis personas.

En la lista de elementos que cuidan las piernas de los futbolistas está también el suelo del gimnasio. En la zona de máquinas la dureza es diferente a la que existe en la parte donde los ejercicios implican saltos o movimientos sobre la superficie. Este segundo espacio tiene una dureza similar a la del campo número 2 de Mareo, donde entrena el primer equipo, y al césped de El Molinón, manteniendo así las mismas condiciones durante todo el tiempo de trabajo de los jugadores.