Limpiar tanques industriales es tarea de robots
Fabricado en Asturias. Seerstem desarrolla un vehículo de control remoto que proyecta agua a presión y aspira los lodos. La hidrodemolición es otro uso
La limpieza industrial de tanques es una tarea para robots. Y en esa dirección ha encaminado Seerstems sus últimos pasos. Dedicada al desarrollo y fabricación de robots no tripulados aplicados a la industria, hace un par de años que la empresa radicada en el Parque Científico y Tecnológico de Gijón comenzó a trabajar en el diseño de un robot de limpieza que permitiera realizar esa tarea, previa a las de inspección de tanques de almacenamiento industriales, para la que ya habían desarrollado soluciones con anterioridad.
Este nuevo robot realiza el trabajo que llevarían a cabo uno o dos operarios, evitando así su entrada a espacios confinados y los riesgos asociados a una tarea que se realiza dentro de una atmósfera peligrosa. ¿Su aplicación? En la industria química, el sector del petróleo y del gas o incluso en estaciones de depuración de agua. Más allá de las limpiezas industriales, otra posible aplicación, anota el CEO de Seerstems, Javier Labrada, sería su uso en hidrodemoliciones. Esto es, en la demolición de estructuras de hormigón en mal estado para su renovación.
Con unas dimensiones de un metro de largo y 500 milímetros de ancho –para que pueda acceder a tanques con una boca de hombre de un mínimo de 600 milímetros– y 350 kilos de peso, el chasis principal está fabricado en acero mecanizado por CNC. Es «una estructura indestructible».
El robot se mueve mediante dos orugas impulsadas por sendos motores hidráulicos. Un camión de apoyo le suministra el agua que sale a presión –hasta 700 bares– por varias boquillas direccionables ubicadas en un cilindro hidráulico. Ese es el primer paso de la limpieza de los tanques, ablandar los lodos con el agua a presión –a la que también se le pueden incorporar detergentes– para, a continuación, aspirarlos con una manguera de succión, también conectada con el citado vehículo de apoyo.
«El factor clave del diseño es que el robot no lleva a bordo ningún tipo de motor ni de accionamiento eléctrico. Todos los movimientos del motor se producen de forma hidráulica. Esto es una ventaja de cara a la robustez de un robot que puede estar sumergido por ejemplo en dos metros de lodo», expone Labrada.
Los movimientos del aparato se dirigen desde una estación de control externa en la que se encuentra el motor eléctrico que mueve las bombas hidráulicas y que se conecta a la corriente trifásica de la planta. En este sentido, otra opción que se plantea la empresa es «hacer una versión con un motor diésel o gasolina», en lugar de con uno eléctrico, «con lo que podría ser autónomo».
Su manejo es sencillo. La cámara que lleva incorporada permite al operario ver lo que está ocurriendo dentro del tanque. Con dos palancas –una para cada oruga– puede mover el robot y con una tercera, controlar la dirección de los chorros de agua para que esta se proyecte hacia el suelo o hacia las paredes. Es el operario que antes se introducía en el tanque con la manguera el que ahora maneja el aparato y lleva a cabo la limpieza del depósito sin necesidad de acceder a su interior.
Dos años después de empezar a dar forma a la idea, Seerstems ya ha finalizado las pruebas de taller con el primer prototipo, que ha sido adquirido por la empresa de limpiezas industriales avilesina Jofra S.A., y en breve comenzará con las pruebas reales en campo. Esta semana ya se pudo ver en las jornadas sobre 'Estrategia Industrial de Defensa: Motor de reindustrialización en España', que se celebraron en la Fábrica de Armas de Oviedo.
El robot de limpieza industrial de Seerstems está fabricado íntegramente en Asturias, en la empresa Nester Mecanizados, con la excepción de los motores hidráulicos. Existen otras soluciones de este tipo en el mercado, fabricados en Estados Unidos y en Italia, pero esta es la única 'made in Spain' y, además, con un precio de venta al público mucho más competitivo. El robot y la estación de control de Seerstems salen por 65.000 euros, prácticamente la mitad que las otras opciones disponibles ahora mismo en el mercado.
Orugas mecanizadas
Los responsables de la empresa de ingeniería asturiana tienen además en mente introducir algunos cambios en el modelo. Por ejemplo, en lo relativo a las orugas, para sustituir las actuales de goma –ya que por su tamaño, no se encuentran referencias comerciales de calidad– por otras «diseñadas y mecanizadas por nosotros, en acero inoxidable» y que incorporaría tacos de goma o imanes. Con estos últimos se incrementa la adherencia en tanques de acero al carbono, como los de las refinería, y se facilita la tracción del robot.