La tecnología, al cuidado de los mayores que viven solos

La reciente ley 2/2024 de Impulso Demográfico aprobada por la Junta General del Principado ya lo contempla en su articulado: en los concejos con especiales dificultades demográficas se incentivarán «la promoción de la salud y la teleasistencia sociosanitaria» mediante «un sistema tecnológico accesible y adaptado a las circunstancias específicas» de los usuarios, principalmente personas mayores que vivan solas. Se persigue así mejorar su calidad de vida y favorecer un envejecimiento activo.

La iniciativa privada ya va por delante. La empresa asturiana BHD Salud Digital –nacida en 2015 como BHD Consulting de la mano de tres socios: Jorge Areces, Juanjo Alonso y Álex González– ha desarrollado un proyecto, 'SocialUp', que es precisamente eso: una herramienta de acompañamiento y atención saludable «que involucraría a distintos actores del ámbito rural de Asturias».

Ya la están presentando a distintas instituciones. «Lo que pretendemos es poner la plataforma al servicio de quien tenga que asumir el cuidado de los mayores, generando además actividad económica para personas de ese entorno», explica Alonso, COO de BHD Salud Digital.

La tecnología es una variable imprescindible porque con ella, además de acompañar a las personas se pueden detectar enfermedades asociadas a la edad, «retrasando su efecto y enseñándonos a vivir con ellas». ¿Cómo se consigue eso? Mediante el uso de dispositivos de monitorización y geolocalización y una atención híbrida, presencial y 'on line', a cargo de un equipo humano compuesto por acompañantes (personal de ayuda a domicilio, por ejemplo) y sanitarios (psicólogos y médicos de familia). De esta forma se puede realizar un seguimiento diario.

«Nuestra tecnología permite la puesta en marcha de un proyecto de teleatención de personas en Asturias», subraya el cofundador de BHD Salud Digital. Y cuando habla de esa tecnología «única e innovadora» se refiere a la herramienta de telemedicina desarrollada por la empresa asturiana y que ya está implantada en diez países.

Se llama 'Upmédica', es una tecnología «hipersencilla de utilizar» –no requiere ninguna descarga. La conexión es a través de una web– y permite, por ejemplo, tener una consulta por videoconferencia mientras el médico visualiza en la misma pantalla información médica, de contexto o clínica del paciente, además de la monitorización en remoto del mismo. Así, «mientras habla con esa persona, el médico puede estar viendo su ritmo cardiaco, el oxígeno en sangre o la tensión arterial o la glucosa en tiempo real».

La plataforma también permite segmentar pacientes. Es decir, establecer un área de cuidado determinada (por ejemplo, pacientes con cardiopatías de más de sesenta años) para determinar las variables de las que interesa tener información y establecer parámetros que harán que, en caso de sobrepasarlos –por exceso o por defecto–, se dispare una alerta. Y es en una central de monitorización donde se pueden ver todas las alertas de los pacientes monitorizados.

En un paso más allá, desde finales de 2022 esta tecnología se está mejorando con la aplicación de Inteligencia Artificial en dos campos. Por un lado, en el análisis de variabilidad de los datos –«el control de cómo se están modificando los datos de cada paciente a lo largo del tiempo»– y, por otro, en el lenguaje natural. Esto es, que «la máquina entienda lo que hablas». Explica Juanjo Alonso que «en breve», usando la tecnología 'Upmédica', toda la información que se aporte en la conversación con el médico será almacenada «de forma estructurada» sin necesidad de que el facultativo escriba una letra. Vía proyecto de I+D, la empresa consiguió una inyección económica del Ministerio para la Transformación Digital para aplicar Inteligencia Artificial en sus desarrollos.

BHD Salud Digital es miembro de Microsoft BizSpark Plus desde 2016 y fue «de las primeras empresas de telemedicina» en contar con la certificación de calidad ISO 27.001 y 27.701 y la primera en adscribirse el Pacto Digital para la Protección de las Personas. Juanjo Alonso pone en valor este hecho, máxime teniendo en cuenta que «hace poco tiempo más del 80% de las apps de salud no cumplían la legislación de los países donde operaban».