De Candás a Lastres, tres generaciones de mujeres que cuidan de la tradición marinera

A la villa de Candás se la conoce por su historia y tradición ligada a la cultura marinera. En su día, esta villa llegó a tener hasta siete fábricas conserveras y, en todas ellas, las mujeres tenían un papel protagonista como trabajadoras. Esto marcó las raíces de una identidad que se mantiene y que la villa busca destacar y promocionar siempre que puede.

En el centro de La Baragaña se revivió esta tradición, el viernes, a través del documental 'Raigañu' que refleja las vidas de tres mujeres asturianas relevantes y cómo las une la tradición, a través de tres generaciones diferentes: María Esther Vega, antigua conservera de Candás, que también salió al mar con los remos en la mano; María Teresa 'Teté' Costales, redera de Lastres; y Ana Labad, fundadora de Anchoas Hazas. Además, las dos últimas fueron Mujer Rural de Asturias en los años 2023 y 2021, respectivamente.

Este documental tiene su origen en el proyecto 'La mujer y la mar' de los fotógrafos Raimon Moreno y Laura Prego. En 2021 salió publicado el primer libro que reunía catorce historias de mujeres y que se enfocaba en las marisqueras de Villagarcía de Arousa, en Pontevedra. Fue gracias a ellas, explicaron ambos fotógrafos, que se dieron cuenta de que «como en muchos otros sectores, las mujeres son y eran invisibles; trabajaban en profesiones duras que apenas se conocen y con las que mantuvieron a sus familias ». Así que decidieron ampliarlo «llamar la atención a la ciudadanía sobre la igualdad de género, pero no desde la denuncia, sino desde la exaltación de todas estas trabajadoras».

A través de su amistad con la diputada socialista Esther Freile, supieron que era en Asturias donde debían encontrar sus siguientes protagonistas y así descubrieron a las tres mujeres que acabaron en el documental, que se unen también a otras 11 historias que componen la segunda parte del proyecto. «Vimos que estaban unidas, desde tres generaciones diferentes, en querer recuperar las tradiciones, mirar al pasado y restaurar aquello que se hacía con cariño», dijo Moreno.

En el caso de Vega, su voz mantiene viva las canciones de las conserveras a través del coro popular candasín, mientras que Costales «hace magia» en Lastres siendo de las últimas rederas de pesca, un oficio al que se ha dedicado más de treinta años.

Por su parte, Labad, también en Lastres, recuperó la actividad pesquera y tradicional de la zona al poner en marcha su conservera de anchoas.

A su manera, dijo el fotógrafo, «la unión que muestran entre las tres no se podía reflejar sólo con fotos, necesitábamos el movimiento y el sonido para explicar su búsqueda por mantener vivo el sector, la memoria». Es por eso, además, que escogieron de título la palabra asturiana 'Raigañu' para el documental, en señal de la «tradición profunda» que las caracteriza.

Ellas, acompañadas del resto de «luchadoras», tendrán su espacio en el segundo libro que esperan que esté en estantería en el mes de octubre y que cause tanta impresión como lo hizo el primero.

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