Antigüedades de coleccionismo que vuelven a la actualidad

L a Plaza de Abastos de la Felguera, en Langreo, desarrolló ayer su actividad habitual de cada sábado, ofreciendo las carnes, frutas y verduras de los vendedores habituales. Sin embargo, los puestos de la II Feria del Coleccionismo de Langreo ocuparon los huecos libres, camuflándose entre los de siempre, y llenando la plaza de visitantes.

Monedas, gafas, postales, botellines «muy antiguos y de valor», juguetes, vinilos, navajas, dedales y películas, entre otros muchos objetos de colección, se desplegaron entre la decena de puestos que está presente en esta segunda edición y que hoy venderán de nuevo sus productos de 10.30 a 20.30 horas a la espera de cosechar más visitantes y buenas ventas.

Daniel Masiel es argentino, pero lleva 22 años en Asturias. Vende todo tipo de coleccionables, desde pins y tarjetas telefónicas hasta navajas, y lleva coleccionando y vendiendo en ferias durante varios años. A la pregunta de si siente pena por deshacerse de aquello que tanto le costó recopilar, responde: «Si supieras lo que tengo en casa...». Masiel percibe esta segunda edición como «un poco pobre» en lo que a ventas se refiere, pero cree que va por temporadas.

Sin embargo, Amancio Junquera, padre e hijo, sienten que la feria está teniendo una buena acogida, «igual que el año pasado». Venden también un poco de todo, desde juguetes hasta discos de vinilo, y lo han ido recopilando con el tiempo. «Llevo toda la vida con esto, desde pequeño», expresó Junquera hijo, que empezó con cromos y su afición derivó en la gran colección que comparte hoy en día con su padre.

Además de vender, la feria también les sirve para comprar «ya que viene gente y nos enseña productos a ver si nos interesan», explicaron. No sabrían decantarse por el objeto con mayor demanda, sin embargo, entre los niños «triunfan obviamente más los juguetes» y los adultos «han estado mirando mucho los CDs de música».

Carmen Pérez, de El Tallerín de Morrigan, y Patricia García, de La Telaraña de Patri, comparten estand y ambas han aprovechado la feria para vender sus propios productos artesanos. García vende, por segundo año en La Felguera, figuras de ganchillo que representan personajes «que no ves normalmente, sobre todo de temática friki». Este factor diferenciador hace que sea su producto más vendido. Además, su madre le ayuda a crear pendientes, marca páginas y llaveros con perler beads, que también ilustran personajes de ficción.

Pérez, por su parte, es novata en la feria y vende productos hechos con resina, también con motivos fantásticos. Además de acudir a mercadillos, le gustaría tener una tienda física en un futuro. Este tipo de eventos le sirven para generar contactos y recibir encargos personalizados. Por eso, porque amplían mercados, ambas están «encantadas» con la feria y desean que el año que viene se celebre una nueva edición.