El mosaico de Zuco, historia de una lenta desaparición

Si el día se acompaña con sol o buena claridad, todavía es posible disfrutar del mosaico con el que el gran pintor asturiano Jesús Díaz Zuco realizó sobre los años 50 en la entrada de la de la desaparecida librería Belter, en Langreo. Un pequeño tesoro que podría desaparecer debido a la desidia de las instituciones. Desde hace cinco años está en marcha un proyecto de recuperación. Ejecutado solo en parte, se colocó una pérgola que no llegó a cubrir el mosaico restaurado, pero los protagonistas de 'El Quijote' plasmados con trozos de mármol blanco siguen castigados por la lluvia que los encharca de continuo, y las heladas, así como por las pisadas de aquellos que no saben apreciar su deteriorado valor. Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza están más desprotegidos que nunca, la suciedad y las malas hierbas son las compañeras del hidalgo manchego y su escudero. No hay fecha, ni presupuesto para completar la fallida restauración

El espacio en el que se debería actuar se encuentra en un solar sin edificaciones junto a la calle Santiago. Se trata de la zona que ocupaba la librería Belter, que tuvo que ser demolida al estar en ruina.

En agosto de 2018, tras el éxito de la recuperación de los murales de Úrculo, conservados entre las ruinas de la antigua librería Belter, el Ayuntamiento de Langreo decidía recuperar otra de las joyas de este enclave cultural: el mosaico del artista langreano Jesús Díaz 'Zuco'. Tuvieron que pasar casi cuatro años para que el restaurador Jesús Puras comenzase los trabajos de restauración de los trozos de mármol. El presupuesto fue de 13.000 euros.

Todo era propicio para la recuperación total, se colocaron bancos e incluso en la pared lateral de una edificación anexa al espacio se realizó un graffiti de un dibujo de Prieto, antiguo delineante de Langreo, con la temática del mosaico, la imagen del Quijote. Algo falló, se actuó sobre el mármol y se coloco una pérgola pero hay termino todo. Al igual que con la inauguración de dicho espacio de ocio vecinal, que en sesión plenaria se aprobó en octubre de 2018 que llevase el nombre de Paco el de La Belter, en recuerdo al que fue el gran artífice del éxito cultural de dicha librería, su dependiente durante más de cuatro décadas. El mandato plenario nunca se cumplió a pesar de que los vecinos lo llevan recordando años.

Y, mientras, avanza hacia su desaparición, sometido a todo tipo de inclemencias.