El reciclaje se hace escuchar en Nava

Desde una pandereta hecha con una botella vacía de lejía y chapas hasta un piano de cartón que suena gracias a botellas de agua llenas a diferentes niveles. El XII concurso Construmentos de Nava ha dejado verdaderas obras de artes, realizadas por niños de entre 3 y 12 años. El hilo común: que deben conseguirse a partir de productos reciclados. Más de 150 alumnos de ocho concejos asturianos han participado en la iniciativa entregando, en total, un centenar de piezas. Todas pueden verse en la Escuela de Música de Nava.

Lo que surgió como una iniciativa de la escuela naveta para no desperdiciar los cartones que había en las aulas, se convirtió en un concurso a nivel regional, que más tarde se fue abriendo a centros educativos de Langreo, Gijón, Avilés, Tineo, Bimenes, Carreño, Muros de Nalón y Cabranes. Los niños participantes recogen durante todo el curso residuos de sus casas para que, cuando se acerque el concurso, tengan todos los materiales necesarios para desarrollar su idea. Ahora se trata de un proyecto educativo que fomenta «no solo la inquietud de los alumnos por saber cómo fabricar una maraca o una guitarra, sino el trabajo en equipo, el reciclaje y el cuidado del medio ambiente», explica Yésica González, directora de la Escuela de Música de Nava.

Todos los instrumentos que se presenten deben cumplir otro requisito: emitir música. Este año, todos los participantes han logrado que sus creaciones suenen. «Cuando creemos que no puede haber más, nos sorprenden», asegura González.

En esta ocasión, la novedad son las maquetas, como la de la plaza de Nava. Alumnos de 10 años han hecho una representación del Campeonato Oficial de Escanciadores. No faltan detalles, de hecho, cada escanciador representado se parece a un profesional que ha pasado por el concurso, desde el alcalde del concejo, Juan Cañal, hasta el presidente del Principado, Adrián Barbón. Además, al girarlos emiten sonidos, lo que garantiza que se trata de un instrumento. No le falta detalle, incluso han añadido al cura don Eduardo y al cronista oficial de Nava, Leocadio Redondo.

Los instrumentos relacionados con la cultura sidrera tienen su propia categoría y decoran la zona bautizada como Villa de la Sidra e, independientemente de si ganan o no, estarán expuestos todo el verano en el Museo de la Sidra de Nava. «Esto para ellos ya es un premio, porque pueden venir a verlo personas de cualquier país», cuenta la directora.

Fuera de esta temática, los alumnos han dejado volar su imaginación con maquetas como el puente de Cangas de Onís y madreñas que generan sonido al pasar por encima, guitarras hechas con 'tuppers' y gomas e, incluso, un instrumento que imita el sonido de los tractores porque, ahonda la directora de la escuela, «son los niños los que eligen temáticas que les gustan» explica González.

El 22 de marzo será la gala de entrega de premios en la que un jurado profesional desvelará los ganadores.

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