«Venían coches bajando y al bus le costaba pasar»

Por la ladera de una zona conocida por los locales como El Espinu, alrededor del bus volcado, quedaron desperdigadas las pertenencias de quienes viajaban en el vehículo en el momento del estremecedor accidente de los Lagos de Covadonga. Son principalmente gafas de sol, algún cargador de móvil, fulares, chaquetas, una cartera, un bolso o dos diplomas de turistas que habían bajado el Sella. La Guardia Civil se encargó ya el mismo lunes de recuperar esos objetos, que desde este jueves están recuperando sus propietarios.

A las once de la mañana de hoy, Protección Civil de Cangas de Onís iniciaba la tarea, en su caso centrada en entregar aquellas pertenencias que quedaron fuera del bus. Las que tras el vuelco se mantuvieron dentro del vehículo quedaron custodiadas por el instituto armado. Pasada la una y media, la pareja formada por Anita Karsai y Raj Uttam, húngara ella y británico él, ambos residentes en Londres, eran los primeros en personarse en dependencias de la agrupación de voluntarios, en el bajo del Ayuntamiento. En la mesa en la que se exponen los efectos personales hallaron un cargador. Les faltan, contaron, unas gafas y muchas explicaciones. De lo sucedido lamentan la falta de «comunicación», antes y después del accidente.

Antes de tomar ese bus con destino a los Lagos, por una carretera de montaña pendiente y estrecha, desconocían la singularidad del itinerario. «No sabía cómo era la carretera. No me parece que sea para dos autobuses», indicó Anita. Del momento del vuelco, ella recuerda que era otro bus con el que se cruzaron. Ya antes de ese fatídico momento subió los primeros kilómetros observando que «venían coches bajando y al bus le costaba pasar». «El conductor parecía que tenía mucha experiencia», apuntó.

En el momento del cruce, relataron, «la rueda se fue de la carretera». Así, con esa rueda suspendida, permanecieron lo que les parecieron unos «diez segundos». «Entendimos que íbamos a volcar, alguna gente gritaba y yo estaba pensando en qué hacer, en cómo colocarme porque sabía que íbamos a caer», relató Anita en un perfecto español, fruto de un año de residencia en España. Tanto ella como su pareja, que viajaban en las primeras filas, se habían abrochado el cinturón y a ese gesto atribuyen que no se encuentran entre los peor parados. Anita fue evacuada en helicóptero al Hospital Grande Covián de Arriondas debido al dolor que presentaba en el pecho. «Me atendieron muy bien, me hicieron todas las pruebas, me dieron calmante y me dejaron ir», explicó. Tres días después sigue con «bastante dolor» en el pecho y el costado.

Raj, por su parte, resultó ileso. Él fue uno de los pasajeros que se apresuró a atender al conductor, que presentaba un «corte» en la cara y en el que intuyó ya las fracturas de huesos. «El conductor preguntó dos veces cómo estaban los pasajeros y si habían salido. Le dije 'sí, sí, tranquilo'», rememoró.

Para Anita y Raj, que en Londres trabajan como maestra y directivo de una empresa tecnológica respectivamente, el accidente «se podía haber evitado seguramente». «Igual por la mañana podían subir buses y luego bajar», apuntó ella. En Asturias permanecerán hasta el martes y, si bien el accidente les ha obligado a modificar parte de sus planes, no descartan intentar subir a los Lagos. «En bus no, igual en taxi. No quiero quedarme con el miedo», expresó Anita.

La sede de Protección Civil permanecerá abierta hasta las 20 horas de este jueves y previsiblemente a lo largo de mañana viernes para que los afectados puedan seguir acudiendo a recoger sus efectos personales.

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