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Los técnicos Sergio Bernardo y Borja Canteli trasladan a una mujer al Hospital de Cabueñes. DAMIÁN ARIENZA

«Se nota la ausencia de fiestas y borracheras»

De guardia. Los trabajadores de las ambulancias realizaron 956 traslados en 24 horas en unas Navidades que no dudan en calificar de «diferentes»

COVADONGA DEL NERO

Sábado, 26 de diciembre 2020, 02:33

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Mientras la mayoría de asturianos aún duermen recuperándose de la cena de Nochebuena, Sergio Bernardo y Borja Canteli ya han comenzado su turno de guardia que durará doce horas. Los dos son técnicos de un vehículo asistencial clase B (Beta) de Transinsa del centro de salud Parque-Somió. Esta es la segunda vez que a Bernardo en sus casi tres años trabajando le toca cubrir el día de Navidad. Canteli, con casi seis años como técnico de ambulancias a sus espaldas, ya ha perdido la cuenta. «No es la primera vez y espero que tampoco sea la última», le comenta a su compañero, mientras esperan algún aviso.

Su turno comenzó a las 9 horas del día 25. Ambos llevan para comer casadielles que sobraron de la cena. «Son unas fiestas diferentes, sin duda. También en lo que respecta a cantidad de trabajo», coinciden. «Se nota la ausencia de fiestas y borracheras». A pesar de ello, en toda la región durante el día 24 se realizaron 956 traslados.

Suena el reloj dando las 10 horas, cuando reciben el primer aviso. Una paciente psiquiátrica que recogen en su domicilio y trasladan hasta el Hospital de Jove. Vuelta a la base y a esperar. «Ya que me toca trabajar, es mejor que haya avisos porque si no, el tiempo no pasa», cuenta Sergio Bernardo. «Lo mejor es un punto intermedio», le rebate su compañero. Y es que ha habido días en los que no han tenido tiempo ni de pasar por el centro a descansar cinco minutos. La mañana se presenta tranquila.

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Ambos descansan en una sala habilitada para ellos donde cuentan con una cama, un sofá, una mesa donde comer, una pequeña nevera y un microondas. «Está bastante bien, aquí podemos descansar los ratos libres que tenemos», explican. No es hasta las 11.51 horas cuando reciben el siguiente aviso. Ambos se ponen la chaqueta. «Vamos para allá», responden a la llamada. Se suben a la ambulancia. Guantes, sirena y a funcionar.

Una mujer con dolor en el pecho y mareos había llamado al centro unos minutos antes. Entonces, se desplazaron una médico y una enfermera para evaluar la situación. Necesitan de los técnicos para trasladarla al hospital de Cabueñes. En cuanto dejan a la mujer en el centro, recogen todo y, antes de subirse al vehículo, nuevo aviso. Repiten protocolos, el equipo médico va con ellos en la ambulancia y al llegar se encuentran con un posible paciente covid. No se les permite entrar en el domicilio, así que recogen y se vuelven a la base. Una ambulancia especializada en coronavirus se dirige para el lugar.

«Lo que más me gusta de mi trabajo es que cada día es diferente». «Si me dedicase a otra cosa, me dolería más trabajar en estas fechas», comentan. Amar su trabajo es lo que les hace ser mejores profesionales y ayudar a quienes precisen de su ayuda. Incluso siendo el día de Navidad.

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