«Si te gusta esta profesión, no te importa trabajar un día como hoy»
EL COMERCIO acompaña a dos técnicos de ambulancias de Transinsa en el Centro de Salud el Parque-Somió en Gijón que les toca trabajar el día de Navidad. «No es la primera vez y espero que tampoco sea la última», coinciden
COVADONGA DEL NERO
Viernes, 25 de diciembre 2020, 17:22
A Sergio Bernardo y Borja Canteli, técnicos de un vehículo asistencial clase B (Beta) del centro de salud el Parque-Somió, les toca trabajar el día de Navidad. Es la segunda vez que a Bernardo en sus casi tres años trabajando le toca cubrir este día. Canteli, con casi seis años como técnico de ambulancias a sus espaldas, ya ha perdido la cuenta. «No es la primera vez y espero que tampoco sea la última», le comenta a su compañero, mientras esperan algún aviso.
Su turno comenzó a las nueve de la mañana del día 25. Ambos llevan unas casadielles que sobraron de la cena. Borja Canteli cenó anoche con su hijo pequeño, mientras Sergio Bernardo lo hacía con su hermana, enfermera, y sus padres. «Son unas fiestas diferentes, sin duda. También en lo que respecta a cantidad de trabajo», coinciden. Ayer cubrieron el mismo turno (de nueve de la mañana a nueve de la noche) y aseguran que fue un día «muy tranquilo». Apenas recibieron cuatro avisos. «Se nota la ausencia de fiestas y borracheras», explican. Aunque terminaron la jornada más tarde de lo previsto, a las diez. Este motivo no les impidió cenar con sus seres queridos.
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Sonaba el reloj dando las diez de la mañana, cuando recibieron el primer aviso. Una paciente psiquiátrica que recogieron en su domicilio y trasladaron hasta el hospital de Jove, que cuenta con este tipo de atención. Vuelta a la base y a esperar. «Ya que me toca trabajar, es mejor que haya avisos porque si no, el tiempo no pasa», declara Sergio Bernardo. «Lo mejor es un punto intermedio», le rebate su compañero. Y es que han tenido días en los que no han tenido tiempo ni de pasar por el centro a descansar cinco minutos. La mañana se presenta tranquila. Ambos descansan en una sala habilitada para ellos, donde cuentan con una cama, un sofá, una mesa donde comer, una pequeña nevera y un microondas. «Está bastante bien, aquí podemos descansar los ratos libres que tenemos», explican. No es hasta las 11.51 cuando reciben el siguiente aviso. Ambos se ponen la chaqueta. «Vamos para allá», responden a la llamada. Se suben a la ambulancia. Guantes, sirena y a funcionar. Una mujer con dolor en el pecho, mareos y palpitaciones había llamado al centro unos minutos antes. Entonces, se desplazaron una médico y una enfermera para evaluar la situación. Ahora necesitan de los técnicos. La recogen en camilla y se dirigen a las Urgencias del hospital de Cabueñes. En cuanto la mujer está dentro, recogen los artículos empleados y, antes de subirse de nuevo al vehículo, nuevo aviso. Esta vez la llamada viene del Servicio de Asistencia Médica Urgente del Principado de Asturias (SAMU). Repiten protocolos, el equipo médico va con ellos en la ambulancia y al llegar se encuentran con un posible paciente covid. No se les permite entrar en el domicilio, así que recogen y se vuelven a la base. Una ambulancia especializada en coronavirus se dirige para el lugar.
«Lo que más me gusta de mi trabajo es que cada día es diferente». «Si me dedicase a otra cosa, me dolería más trabajar en estas fechas», comentan ambos. Amar su trabajo es lo que les permite ser mejores profesionales y disfrutar ayudando a quienes precisen de su ayuda. Aun cuando es el día de Navidad.
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