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ANUARIO 2020: El deporte se reactiva sin público
ANUARIO 2020

El deporte se reactiva sin público

Nuevo escenario. ·

Organizadores, federaciones, clubes y deportistas manejaron la incertidumbre para cubrir un calendario básico y terminar pese a todo la temporada

Miércoles, 30 de diciembre 2020, 13:02

El engranaje perfecto que parecía el mundo del deporte se detuvo en seco el pasado mes de marzo. Con las competiciones encarando los últimos meses de la temporada y los Juegos Olímpicos de Tokio a la vuelta de la esquina, el escenario que se avecinaba ante la pandemia no podía ser más incierto, aunque pocos imaginaban entonces el enorme cambio que estaba por llegar. Ahora, las imágenes de multitudes en competiciones deportivas, cunetas llenas en carreras y rostros sin mascarillas parecen ya de otra época.

El deporte volvió a rodar, pero lo hizo de forma muy paulatina. Durante las primeras semanas, con la población confinada, cualquier cálculo sobre una hipotética reanudación de las pruebas deportivas se diluía entre la propia realidad. Mientras los gestores de las federaciones y competiciones dibujaban posibles escenarios para el retorno, los deportistas seguían sus planes de entrenamiento adaptados a las limitaciones de sus hogares, con todas las instalaciones cerradas. Ahí surgieron las primeras voces críticas entre atletas olímpicos, ya que en países como Alemania e Italia sí se permitía a los deportistas de alto rendimiento entrenar fuera de casa. Con los Juegos tan cerca, parecía un detalle diferencial.

Los Juegos Olímpicos de Tokio, sin embargo, no llegaron. El COI anunció el 24 de marzo que la gran cita del deporte se posponía a 2021 para garantizar su viabilidad. Con muchos millones en juego, el máximo organismo no podía arriesgarse a una celebración desdibujada en cuanto a participación. La decisión despertó muchas dudas en su momento y hubo miembros de distintas federaciones internacionales que dudaron de su viabilidad, pero el horizonte se ha despejado con el paso de los meses y Tokio 2020 –que mantendrá su denominación pese al cambio de fecha– parece de nuevo una realidad. Los interrogantes ahora apuntan más al entorno de los Juegos que a las propias competiciones, con dudas en cuanto a la entrada de público y a los protocolos sanitarios de la burbuja de deportistas.

Los tiempos

  • Cuarentena. El confinamiento que arrancó el 15 de marzo obligó a detener todas las competiciones deportivas.

  • Retraso en los Juegos. El COI anunció el 24 de marzo que los Juegos Olímpicos de Tokio se atrasan hasta 2021.

  • Wimbledon. El gran torneo británico se canceló el 1 de abril por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

  • Vuelve la Liga. El fútbol volvió en España el 11 de junio con un Sevilla-Betis disputado en el Sánchez Pizjuán.

  • ACB. La liga de baloncesto concluyó su temporada con una final a doce disputada en Valencia en julio.

  • Arranca el Tour. El 29 de agosto, casi dos meses después de la fecha prevista, se disputó la primera etapa del Tour.

También se aplazó hasta el verano de 2021 la Eurocopa de fútbol. El deporte rey fue un paso por delante y la UEFA tardó apenas una semana en posponer su competición más importante una vez decretado el estado de alarma en España. Así dio tiempo a las ligas nacionales para terminar sus temporadas.

La relevancia del fútbol como un motor económico en España se hizo patente durante los dos meses de cuarentena. El Consejo Superior de Deportes (CSD), con la presidenta Irene Lozano a la cabeza y en contacto directo con el Gobierno, elaboró un informe en el que explicaba los «beneficios políticos» que tendría recuperar el fútbol. «Volver a jugar partidos a puerta cerrada permite emitirlos por televisión, y eso contribuye a fortalecer el espíritu colectivo en la última fase del confinamiento», decía el texto. También respaldaban la reapertura motivos económicos, ya que el fútbol representa en España el 1,37% del PIB y da trabajo a 185.000 personas.

Irene Lozano logró poner de acuerdo a Javier Tebas y Luis Rubiales, históricamente enfrentados desde sus cargos de presidentes de LaLiga y la Federación Española respectivamente. El 11 de junio, tres meses después del parón, el fútbol regresó con un Sevilla-Betis. La imagen no tenía nada que ver con la anterior: gradas vacías, entrenadores y jugadores suplentes con mascarillas, vestuarios cerrados, banquillos en las tribunas... Era la nueva normalidad del fútbol. En agosto se pudo celebrar la fase final de la Champions en una única sede, Lisboa, y con las mismas restricciones que en las ligas.

En una fase final vibrante, sin público en las gradas de la Fonteta, el Baskonia se impuso al Barcelona en la final y consiguió hacerse con la Liga Endesa. E. C.

A rebufo del fútbol fueron regresando algunas disciplinas, aunque las de menos músculo económico dieron por canceladas sus temporadas. En baloncesto, la Federación Española suspendió todas las categorías excepto la ACB, que decidió su campeón en una fase final a doce celebrada en Valencia. La Euroliga no se terminó, mientras que la NBA regresó a finales de julio con estricto protocolo sanitario y una burbuja sanitaria en Las Vegas.

En el ciclismo hubo un efecto dominó. El Tour de Francia se retrasó hasta las fechas que habitualmente ocupa en el calendario la Vuelta a España. La gran ronda española se celebró a finales de octubre, solapándose una semana con el Giro de Italia. Las restricciones impidieron la presencia de público en las metas y en el entorno de los equipos, pero las principales pruebas pudieron completarse con un notable éxito. Por el camino se quedaron clásicas como la París-Roubaix o la Amstel Gold Race, que decidieron no sacar adelante sus ediciones en 2020. Algo similar sucedió en el mundo del tenis, donde no pudo celebrarse Wimbledon el pasado mes de julio.

Las tres grandes pruebas ciclistas se desarrollaron con estrictas medidas de seguridad. En la imagen, la Vuelta a España en Asturias. Damián Arienza

Ese mes arrancó la temporada de Fórmula 1. Lo hizo sin saber siquiera cuántas carreras tendría, con un formato de siete pruebas ampliable en ocho más en función de la evolución de la crisis sanitaria. Finalmente se pudo completar, igual que el Mundial de motociclismo.

El poderío económico individual de cada deporte y su mercado televisivo fueron determinantes en este 2020. Aquellas disciplinas con un seguimiento masivo y varios millones en concepto de derechos en juego pudieron mantenerse pese a los contratiempos. Los deportes o las categorías más secundarias no corrieron la misma suerte. La liga Asobal de balonmano se canceló dando al Barça como campeón. La nueva temporada arrancó en septiembre, aunque con muchas dudas y partidos suspendidos. En baloncesto funciona con normalidad la ACB, pero el resto de categorías están pasando apuros. El fútbol viene desarrollándose con relativa calma hasta Segunda B, pero muchas competiciones están detenidas más abajo.

El perjuicio está siendo enorme para aquellos deportes cuya estructura no les permite mantener una burbuja propia. Muchos se arriesgan a un año en blanco, con la viabilidad de clubes y deportistas en el aire.

Pese a todo, en líneas generales el deporte pudo sacar adelante su año más difícil, readaptándose a las circunstancias y adelantándose a los tiempos en muchos casos. Su reto ahora, como el del resto del mundo, es completar su reactivación en 2021.

El COI decidió a finales de marzo atrasar la celebración de Tokio 2020.

Los Juegos Olímpicos se posponen: Tokio 2020, en 2021

Mientras distintas federaciones iban anunciando la cancelación de sus competiciones, el Comité Olímpico Internacional guardaba un extraño silencio allá por marzo. La crisis sanitaria explotó a apenas cuatro meses de los Juegos de Tokio, con toda su estructura ya cerrada y mucho dinero en juego. Japón había invertido hasta ese momento más de 2.800 millones de euros en patrocinio nacional, un récord en los Juegos Olímpicos, y unos 11.160 millones en sus preparativos.

El COI pasó por varias fases. Primero, trató de mandar un irreal mensaje de calma asegurando que la cita podría celebrarse. Después se habló de simples restricciones, como la posibilidad de que no accediera público a los estadios. Algunas voces internas abogaron entonces por su cancelación definitivamente. Finalmente, tras un periodo de análisis, se optó por la opción de posponerlos un año. Tokio 2020, que mantendrá su denominación, comenzará el 23 de julio de 2021.

Cuarta suspensión

Se trata de la cuarta suspensión de unos Juegos Olímpicos. La primera, a causa de la Primera Guerra Mundial, fue en 1916, con Berlín como sede. La Segunda Guerra Mundial obligó a cancelar años más tarde dos ediciones consecutivas. La de 1940, que iba a disputarse en Helsinki, Finlandia, y la de 1944, que estaba previsto que se desarrollara en Londres.

A diferencia de esos tres precedentes, los Juegos Olímpicos de Tokio sí terminarán celebrándose. El encendido de la llama, en principio, solo se pospone un año.

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