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XUAN CUETO
Asturias se queda sin niños

Asturias se queda sin niños

134.608 menores de edad ·

La región tiene la tasa de población infantil más baja del país y la segunda de fecundidad. El 30% de los78 concejos no llega al centenar de personas de menos de 18 años.

CHELO TUYA

Domingo, 4 de octubre 2020, 00:51

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Los menores de 18 años de Asturias caben en un estadio de fútbol. Es una frase con trampa, pero muy poca. Porque para que entraran todos, los 134.608 asturianos que aún no han llegado a la mayoría de edad deberían viajar a Corea del Norte. Allí podrían acomodarse, con espacio suficiente para llevarse a algún amigo, en el estadio Reugrado Primero de Mayo, de su capital, Pyongyang, con capacidad para 150.000 personas.

Menos trampa tiene decir que igual de cómodos estarían en el Nou Camp todos los menores de las áreas sanitarias de Oviedo (46.566) y Gijón (39.911) juntos. Las casi 100.000 plazas del estadio blaugrana son suficientes para dar cabida, sin problema, a toda la población infantil de las dos principales comarcas asturianas.

No tendría ni que salir de Asturias la chavalería de las comarcas del Eo, Narcea, Caudal, Nalón o del Oriente. El Molinón o el Carlos Tartiere podrían acoger a los menores de todas ellas a la vez, pese a que los estadios asturianos no superan las 30.000 butacas. Los menores de Avilés se quedan por debajo del aforo para 20.000 personas.

Porque Asturias no es solo una región en la que hay más perros que niños, es la comunidad española con menor tasa de población infantil del país. Y bajando. En los últimos cinco años, la región ha perdido 3.615 residentes de hasta 18 años. En 2019, la población infantil descendió al ritmo de tres niños y niñas cada día.

Hasta el punto de que el 30% de los 78 concejos del Principado no llegan al centenar de menores de edad. Algunos, como Yernes y Tameza o Pesoz, tiene censados menos de una decena. Otros diez (Villanueva de Oscos, Santo Adriano, San Tirso de Abres, San Martín de Oscos, Proaza, Ponga, Peñamellera Alta, Illano, Caravia y Amieva) se quedan por debajo del medio centenar de vecinos sin los 18 años cumplidos.

Las estadísticas vuelven a poner de manifiesto el problema de población que tiene el Paraíso Natural, donde solo 13 de cada 100 asturianos es menor de edad. El último informe del Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia y a las Familias vuelve a evidenciar que Asturias es el farolillo rojo del país en tasa infantil. Solo Galicia se acerca a un porcentaje tan bajo, al tener 14 menores por cada cien habitantes en un país con una media de 18 por cada cien y en el que Melilla lidera en población infantil con 27 de cada cien.

2,36 mayores por cada menor

Encontra de lo que sucede en otros peldaños de la pirámide poblacional, donde las mujeres son mayoría, sobre todo a partir de los 40 años, entre la infancia asturiana ellos son más: hay 69.188 chicos y 65.420 chicas. Nada que ver con lo que ocurre con los mayores de 65. En esa franja de edad, ellas lideran, hasta triplicar a partir de los 95 años: 3.166 mujeres y 872 hombres.

Una población, la mayor de 65 años, en la que, a diferencia de la infantil, Asturias está a la cabeza. El índice de envejecimiento lleva varios años al alza, hasta alcanzar los 2,36 mayores de 65 años por cada menor de 15 en 2020, la tasa más alta de todo el país.

Así, mientras en Asturias hay hasta 3,81 mujeres de más de 65 años por cada menor de 15, como ocurre en el área sanitaria de Navia, la media de España se sitúa en 1,26 mayores de 65 años por cada menor de 15. Las comunidades con una demografía similar a las asturiana son Galicia, con 2,02 ancianos por cada adolescente, y Castilla y León, que se queda en 2,01.

El tercer lado que conforma el particular triángulo de las Bermudas por el que desaparece la población asturiana lo completan los nacimientos. De nuevo ocupa el Principado puestos destacados, aunque por lo escaso en los dos principales medidores mundiales: tanto la Tasa Global de Fecundidad (la que mide el número de nacidos vivos por cada mil mujeres en edad reproductiva) como el Indicador Coyuntural de Fecundidad, el que mide el número de hijos por mujer.

En el primero de los parámetros, Asturias tiene la segunda tasa más baja del país. Solo Canarias, con 27,5 bebés por cada mil mujeres en edad reproductiva tiene peor resultado que el Principado, que se queda en 28,18 bebés por cada mil mujeres, mientras la media nacional sube hasta 35,42. Según el informe del Observatorio de Igualdad de Oportunidades, Asturias está «en valores similares a los de 1990».

Idéntico podio muestra el Indicador Coyuntural de Fecundidad. De nuevo Canarias ocupa el último lugar del ranking nacional, con menos de un hijo por mujer en edad reproductiva (0,98). Asturias llega a 1,03, por debajo de la media nacional, que sube hasta el 1,2 hijos.

Sin embargo, Canarias, que dobla en habitantes al Principado, tiene casi el triple de población infantil: 353.314 menores de 18 años.

La mayor brecha salarial

Tasas e indicadores aparte, lo cierto es que el último año nacieron 280 bebés menos en Asturias que un año antes. La respuesta al porqué de esta pérdida de población infantil la ofrece el mismo informe del Observatorio de Igualdad de Oportunidades: las mujeres soportan las cargas familiares, lideran en empleo temporal y sufren la mayor brecha salarial del país.

Según las estadísticas oficiales, desde 2009 una media anual de 2.491 asturianas dejaron de trabajar para asumir labores de cuidados. De hecho, el cien por cien de las personas que el año pasado dejaron de trabajar por ese motivo fueron mujeres. También son mujeres las que están al frente de la mayoría de las familias con un solo adulto a cargo. Tanto como que de las 52.000 familias monoparentales registradas en Asturias, el 84% son, en realidad, monomarentales.

Unas asturianas que también lideran en contratos a tiempo parcial (el 22% frente al 6% de asturianos) y temporales (el 27% de las mujeres frente al 24% de los hombres) y en brecha salarial.

Sigue siendo la de Asturias la mayor brecha salarial de todo el país. Hasta el extremo de que una asturiana tiene que trabajar catorce meses y veinticuatro días para cobrar lo mismo que un asturiano en doce meses. Ella, además, luego cuida de la familia.

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