La avispa velutina invade Candamo
Plaga. Dueños de viveros y viñedos del concejo luchan con trampas caseras contra esta especie que ha mermado la cosecha de este año
LUCÍA LÓPEZ PÉREZ
Miércoles, 27 de septiembre 2023, 00:50
Desde hace años se ha convertido en una de las especies más temidas. Sus dolorosas picaduras, que pueden llegar a resultar mortales en los casos más graves, eran el principal motivo de alarma entre quienes se encontraban con ellas o quienes tenían la mala suerte de que su casa se convirtiera en un lugar en el que anidar. Pero a este problema se ha añadido la capacidad de las avispas velutinas para mermar las cosechas de viñedos. Un problema latente que desde hace unos años ha aumentado, causando estragos entre las vides y sus propietarios.
Adela Fernández, regente de Viveros Candamo, en Santoseso, es una de las mayores afectadas por esta plaga de avispas cuya presencia aumenta entre finales de agosto y septiembre. Su familia tiene un viñedo de consumo propio donde predominan platas de tinto de Candamo y Alvarín blanco. En total, «300 cepas» que este año han quedado completamente «secas» después de que las velutinas arrasaran con ellas.
«Tenemos este problema desde que salió lo de la velutina. No podemos hacer vino», se lamenta. Adela no es capaz de recordar el año en el que comenzó lo que para muchos productores es una pesadilla, pero asegura que es algo que viene de años porque «con la velutina no se puede recoger porque no se puede esperar a que dé los grados alcohólicos para hacer el vino de cosecha propia». Es decir, no se puede esperar a que la vid «madure lo suficiente para recogerlo» ya que cuando está lo suficientemente maduro, «dos o tres días antes de recogerlo, cogen y te lo comen».
Mejor suerte corrió esta temporada Juan Carlos Fernández, responsable de Viveros Los Molinos, en Murias. Dadas las especies de plantas que cosecha, la velutina en el caso de sus cultivos «no es una cosa que haga mucho daño en exceso», aunque asegura haber notado «mucha presencia de avispa». A pesar de no haber tenido grandes daños en su vivero, Juan Carlos reconoce que «este verano tuve que destruir dos nidos, uno me lo hicieron en un almacén y otro en un hangar», lo que demuestra la fuerte incidencia de esta especie.
Al igual que Adela, el viverista ha notado que «aquí llevamos desde hace varios años sufriendo» este incremento de velutinas. Una situación ante la que los vecinos se han convertido en unos expertos del «trampeo» para mitigar los daños de esta especie cuya incidencia aumenta «cuando llega septiembre».
Incluso el Ayuntamiento, que desde 2015 lleva luchando contra las velutinas, ha notificado un «mayor número de avisos. A pesar de que se realizó la campaña y se repartió atrayente hay un gran número de nidos», según explicó la alcaldesa Marta Menéndez. El propio consistorio organiza periódicamente charlas sobre esta especie y reparte atrayente para capturar a las velutinas. Así mismo, cuenta con varios voluntarios que, coordinados con los vecinos, se dedican a destruir los nidos.
Pero el trampeo parece surtir cada vez menos efecto. Según explica Adela, «no se pretenden ayudas pero sí que hicieran un poco más». Asegura que este tipo de avispa «la está controlando la gente de los pueblos, nadie más hace nada por ello» y afirma que pese a que el método más común sean las trampas, «da igual, no das abasto». Ejemplo de ello es la cosecha de este año, completamente inservible y destrozada.