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La casona ha permitido diseñar espacios muy amplios.Los mayores tienen en la residencia varias salas de encuentro.

Un hogar para dejar atrás la soledad

Residencia Manor. La antigua casona está a punto de abrir sus puertas bajo un nuevo modelo geriátrico donde las personas mayores tienen independencia

LUCÍA LÓPEZ PÉREZ

Sábado, 16 de diciembre 2023, 00:17

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Oculta entre las casonas que suben la calle de La Industria y frente a las estaciones de tren y autobús despunta la residencia Manor que, aunque no ha abierto sus puertas aún, ya ha revolucionado a los vecinos de Pravia y alrededores, curiosos por conocer sus rincones.

La casona se ha convertido 140 años después de su construcción en una residencia de mayores, o más bien, un hogar para las personas mayores de 65 años que estén solas y quieran pasar su jubilación en compañía de iguales. Ulpiano Gómez, propietario de la casa, hizo, junto a su hijo Santiago Máximo Gómez Marcos, realidad un sueño que no ha sido fácil pero que, observando el resultado, parece haber merecido la pena. «Al hacer el proyecto hemos intentado respetar tres premisas. Conciencia, dar respuesta a una necesidad social creando un verdadero hogar para la gente. Ética, al renovar el patrimonio de Asturias respetando la esencia de la casa, dándole un uso para la comunidad. Y Sostenibilidad, usando materiales de la zona y haciendo la casa eficiente desde un punto de vista energético», explica Gómez-Marcos, impulsor de esta idea pionera en Asturias.

En definitiva, lo que los creadores de Manor han querido hacer es «una casa para personas mayores» en la que puedan tener independencia, pero creen lazos entre ellos. Para ello cada una de las cinco plantas que tiene el edificio (cuatro habilitadas para los residentes y una para la cocina) cuenta con zonas comunes donde las personas «pueden leer, relajarse, jugar a juegos, hablar...». Una de las más destacables es el salón, ubicado en la última planta, donde los sofás presentan una forma especial para que las personas se sienten sin quedarse dormidas. «Queremos evitar esa rutina de las personas mayores de levantarse, ver la tele, quedarse medio dormidos... y no aprovechar el tiempo», explica Ulpiano Gómez. Es por ello que el entretenimiento será clave para quienes decidan pasar unas semanas en una de las luminosas habitaciones o el resto de su vida, participando en talleres de pintura, lecturas, ocio sociocultural, etc. Eso sí, «consultaremos con los residentes qué es lo que buscan y qué quieren», dice Charo Fernández Álvarez, que se encargará de gestionar toda la parte sanitaria, la cual, «aunque sean personas dependientes o de grado uno no podemos dejar de lado».

Es por ello que los residentes siempre contarán con el acompañamiento de personal cualificado que les guíe en momentos puntuales, siempre que lo necesiten. «Hablamos de gente vulnerable y uno de los conceptos que perseguimos en la ética.», explica Fernández.

En total, la casona cuenta con 900 metros cuadrados para acoger a un veintena de residentes que podrán elegir en todo momento la habitación que quieran ocupar. Algunas de ellas son suites con bañera y salón, mientras que otras son individuales, aunque ninguna de ellas pierde el encanto, guardado en los muebles originales de la casa los cuales fueron restaurados para este proyecto que está a punto de abrir sus puertas. Respecto al precio por pasar un tiempo en ellas, las plazas van desde los 2.100 euros. Sus impulsores ya han recibido consultas y esperan seguir haciéndolo. Quienes quieran visitarla podrán hacerlo de 10 a 14 horas o podrán informarse en el 689360440.

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