Monstruosa, colosal, alegre y bailonga exhibición en el desfile del Antroxu de Gijón

Si bien dice la canción que la vida es un carnaval, las más de 1.200 personas que participaron en el desfile de Antroxu de Gijón de este año pusieron a mover el esqueleto a los cientos y cientos de espectadores que siguieron todo el recorrido desde la plaza de El Bibio hasta la Casa Rosada. Porque, siguiendo con la letra de la mencionada melodía, las penas se van bailando. Más de hora y media llevaba el público esperando a que salieran las 47 agrupaciones de charangas, carrozas, entidades y asociaciones. No se hicieron esperar. A la hora marcada, Sempae (Servicio Municipal de Programas de Apoyo en el Entorno) abrió el espectáculo. Lo hicieron disfrazados de gallinas muy coloridas. Mientras comenzaban a desfilar ya se oían los tambores de Xaréu Nel Ñeru, que este año apuestan por unos verdes disfraces de guardianes del paraíso.

Un pez abisal gigante, hecho por ABC Os Mismos de Siempre era más llamativo y daba menos miedo que aquel que hace un mes encontraron en la superficie de Tenerife, junto con él venía Poseidón, sirenas, peces de colores y criaturas a '2.000 leguas de fiestas'.

El Antroxu de Gijón trasciende tiempos y lugares. Desde Castiello hasta Japón, un dragón gigante se colaba en el recorrido ante la sorpresiva cara de los más pequeños. Y para hacer aún más ameno el espectáculo, los duendes irlandeses de la charanga Medusamba repartieron monedas de chocolate a los niños que se apelotonaban para recibir uno de esos dulces brillantes. No se podía pestañear, porque si lo hacías, de repente la carretera se convertía en una atracción de feria. Concretamente de 'Los Hockey de Choque'. El grupo Solimar apostó por disfrazarse de estos brillantes artefactos y hacer ese efecto con los patines. Unos y otros chocaban durante el recorrido.

Los famosos no quisieron perderse este día y hasta ahí fue King África que se autoploclamó rey de Gijón poniendo al público a bailar con un «movimiento sexy». Tampoco quiso faltar la estatua de Isabel La Católica, que salió del parque junto con las flores y su palomar para recorrer las calles de Gijón.

Si hubo una temática ganadora fueron los personajes de cuentos infantiles. A ritmo de 'El vals de las mariposas' bailaron los príncipes y princesas de la Asociación San Nicolás. Mar de Niebla apostó por Alicia en el País de las Maravillas con sus sombrereros locos que chocaron la mano a todos los asistentes. La otra mitad del grupo cantaba: «Quijote, Sancho», vestidos de aquel de cuyo nombre no quiero acordarme. Venían con molinos incluidos. Un espectáculo de más de dos horas y media en el que no faltó la música disco, el reguetón y las batucadas. Se cerró con las majestuosas volteretas de O'Quilibri Arte, Circo y Movimiento. Hasta la Casa Rosada, el millar de personas hizo disfrutar a todos. Tras darlo todo, será ahora el jurado quien dicte sentencia.

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