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En el vídeo, epidemiólogos aseguran que España es el país con más contagios de Europa por las «prisas» en la desescalada.

Coronavirus | El reto de Asturias: seguir sin confiarse

Los epidemiólogos destacan la importancia de rebajar la incidencia del virus para afrontar más fortalecidos este otoño-invierno. La región está «bien preparada», dicen

LAURA MAYORDOMO

Lunes, 28 de septiembre 2020, 02:25

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Asturias superó este sábado la barrera de los 5.000 contagios de covid-19 -la cifra refleja solo los casos confirmados mediante una prueba PCR- desde el inicio de la pandemia. Es el registro más bajo de las diecisiete comunidades autónomas. La región también ocupa el último puesto de la estadística del Ministerio de Sanidad en cuanto a ocupación de camas de hospitalización y UCI por pacientes con coronavirus: un 2 y un 4,5% respectivamente (la media nacional es del 8 y el 17%). Y está entre las cinco comunidades en las que más pruebas PCR se realizaron en la última semana, pero, a diferencia del resto, es la única en la que la tasa de positividad -el porcentaje de casos analizados en los que se confirma la enfermedad- se sitúa por debajo del 5% que la Organización Mundial de la Salud considera como aceptable. En Asturias, esa tasa es del 2,8%. Redondeando, de cada cien pruebas PCR que se realizan en los laboratorios de virología asturianos, solo tres dan positivo.

Son datos que conoce bien Patricio Suárez, coordinador de la Plataforma Bioestadística y Epidemiológica del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA), que cada día traza en una gráfica la evolución de casos en la región. Son «los mejores indicadores de España», pero «no de Europa», advierte a renglón seguido. Porque, echando una mirada al viejo continente, cualquier país en el que se pose la mirada está en mejor situación que Asturias, con la excepción eso sí de la mitad sur de Francia y varias regiones de Rumanía y la República Checa. Por eso, «no hagamos excesivo grandonismo de esto», aconseja. A su juicio, las cifras actuales «no nos deben llevar a una excesiva preocupación, pero tampoco a relajar las medidas».

«No dormirse en los laureles»

Coincide en el análisis Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud Pública. «Asturias sigue siendo la comunidad con menor incidencia acumulada en los últimos catorce días y la que presenta menor positividad de PCR, que es lo que importa, además de tener una baja presión asistencial. La diferencia con otras comunidades es notable, pero no hay que dormirse en los laureles ni lanzar las campanas al vuelo».

Ambos se cuentan entre los epidemiólogos que consideran que Asturias está «bien preparada» para afrontar las próximas semanas. Semanas en las que los esfuerzos, dicen, deben concentrarse en doblegar una curva que va en ascenso desde julio y que, en la última semana, ya ha superado en tres ocasiones la cota del centenar de casos. Conseguirlo evitará mayores problemas cuando, con el SARS-CoV-2, convivan otros virus estacionales. El virus de la gripe, entre ellos. Pero hay más, adenovirus, rinovirus...

Lo bueno de las medidas de prevención -la higiene de manos, el uso de la mascarilla, la distancia social- que se han adoptado frente al coronavirus es que también son efectivas para minimizar las probabilidades de transmisión de la gripe. «En países del hemisferio sur que ya han pasado por su invierno lo que se ha visto es que ha habido muy poca gripe», afirma Patricio Suárez. Que eso ocurra también aquí está por ver, pero es una posibilidad.

Desde el punto de vista de la salud pública, anota el epidemiólogo y director de la Unidad de Investigación en Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo, Pedro Arcos, el objetivo no es hacer desaparecer el nuevo coronavirus, algo prácticamente imposible «porque ya está instalado y va a circular siempre, aunque haya vacuna». El objetivo, dice, «es mantener el nivel de infección y el número de casos lo más bajo posible para que el sistema sanitario pueda asumirlos» y no llegue a colapsar.

«Claramente, no hay que confiarse. Hay que seguir apoyando la labor de Salud Pública, que ha ido afrontando bien los brotes que han ido surgiendo. Eso es lo que precisamente evitará que se llenen los hospitales», opina el gijonés Usama Bilal, investigador y profesor de Epidemiología y Bioestadística de la Drexel University de Philadelphia que, pese a la distancia, se mantiene informado de la evolución de la pandemia en Asturias y en España.

Arcos apunta, como un aspecto que juega a favor, el hecho de que, gracias al «buen funcionamiento del sistema de rastreo», en Asturias los casos se están detectando de forma precoz. También que el virus está afectando ahora en su mayoría a población joven y, por tanto, de menor riesgo. De ahí que la mayoría de las personas contagiadas sean asintomáticas o presenten síntomas leves.

Repuntes y brotes

Ahora que los alumnos han vuelto a las aulas y que, de forma progresiva, se está abandonando el teletrabajo y se vuelve a la presencialidad en las empresas «es razonable que haya un repunte, pero es de esperar que los casos no sean muchos y los brotes, de pequeño tamaño», añade Pedro Arcos. Lo ve de la misma manera Patricio Suárez, que va más allá: «Otra cosa es que eso se expanda y haya una transmisión comunitaria». Algo que, añade, «no debería ocurrir si las cosas se hacen bien».

Respecto a los brotes, el director de la Unidad de Investigación en Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo ve «más difíciles de evitar pero más fáciles de controlar los de carácter familiar» que serán los que, a su juicio, primen en las próximas semanas. Por el contrario, «cuanto más abierto sea un brote, más riesgo supone». Riesgo para poblaciones vulnerables, como los usuarios de centros sociosanitarios. De ahí que tanto López Acuña como Bilal fijen su mirada en las residencias de ancianos, «donde ocurrieron una gran parte de las muertes en la primera oleada», por lo que ambos insisten en la necesidad de «mantener a raya la entrada del virus» en estos recintos.

La medida de declarar la alerta naranja en determinados municipios -ahora mismo está activa en Laviana, Langreo y San Martín del Rey Aurelio- para tratar de atajar los brotes es «completamente acertada» a ojos del exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS. Considera Daniel López Acuña que si «donde se ha declarado la alerta naranja hacemos el suficiente rastreo y pruebas PCR a los contactos e incluso vamos más allá y hacemos PCR a los entornos perimetrales o habitacionales de los contactos para asegurarnos de que no hay ninguna transmisión asociada, eso va a ser muy importante para mantener a raya la transmisión comunitaria».

López Acuña cree que es también fundamental que la población responda, con una conducta responsable, para conseguir que, «si todo eso evoluciona bien», Asturias pueda situarse «al cabo de dos o tres semanas» en una tasa de incidencia de la covid-19 «muy baja, como la tuvo hace prácticamente un mes». Desde Estados Unidos, Usama Bilal recuerda: «Deben limitarse las actividades en espacios cerrados y mal ventilados» y, por el contrario, «favorecer el uso de los espacios públicos». Eso incluye, dice, «peatonalizar más aún y permitir a bares y restaurantes abrir más terrazas».

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