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Miembros de la asociación Santa Bárbara, a las puertas del pozo Espinos.
El polvorín patrimonial de Turón

El polvorín patrimonial de Turón

La asociación Santa Bárbara concluye la recuperación de un antiguo almacén de explosivos

Alejandro Fuente

Lunes, 17 de abril 2017, 11:37

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Lo ha vuelto a hacer. El grupo de arqueología industrial de la Asociación Minera y Cultural Santa Bárbara de Mieres ha recuperado un nuevo elemento patrimonial en Mieres. En esta ocasión, se trata de un antiguo polvorín que data de los años 30 del siglo pasado y que pertenecía al Grupo Espinos, en el Valle de Turón. Ha sido una labor que se ha alargado durante dos meses y que está a punto de culminar. «Quedan algunos detalles, como una pequeña barandilla y el letrero informativo que colocamos en todas nuestras actuaciones», comenta José Luis Soto, uno de los componentes de este colectivo.

La actuación sigue la estela de otras de índole similar, como la recuperación del cementerio protestante de Ablaña vinculado a la antigua Fábrica de Mieres, a la bocamina anexa del Canto la Escrita (de mediados del siglo XIX), o la rehabilitación del socavón de La Rebaldana, en Turón, junto al Pozo Santa Bárbara. Los componentes de este grupo, vinculados siempre de un modo u otro a la minería, trabajan de forma desinteresada en el mantenimiento de este tipo de elementos fundamentales para entender la historia de la comarca y de la región. «Sí, lo hemos hecho con nuestras manos, pero siempre contamos con la colaboración del Ayuntamiento, que nos deja herramientas o material», explica Soto.

Relevancia histórica

La importancia de este polvorín se centra en la fecha de su construcción. «Se finalizó en mayo de 1934 y tenía capacidad para albergar unos 10.000 detonadores y una tonelada de dinamita». La historia sigue su curso hasta la revolución de octubre de ese mismo año, cuando se usó el material ahí almacenado para alimentar el movimiento armando en la zona. «Lo que más nos ha gustado de este trabajo ha sido buscar la información de este recinto de forma directa con los vecinos que vivieron aquella época, que es la mejor fuente de información».

De este modo, se puede saber que por entonces el polvorín contaba con una pequeña chabola que hacía las funciones de garita para un guarda de seguridad. «Los paisanos de la zona nos decían, mientras trabajábamos, que ya era hora que alguien se interesara por esto. Había gente que nos visitaba durante los trabajos y nos relataban historias del territorio; ha sido muy emocionante e impactante ver que hay tanta historia que queda por recoger en el valle».

José Ramón y Nati, que viven cerca del polvorín, se solían acercar al grupo de recuperación patrimonial de la asociación Santa Bárbara. «Vaya labor más guapa que estáis haciendo, nos decían para animarnos». Y es que el valle, continuaba Soto, esconde todavía muchos secretos que «merece la pena redescubrir, como este pequeño recinto que alberga tanta historia, una historia que al fin y al cabo, es también la de todos».

El Pozo Espinos es uno de los mejores ejemplos de explotación hullera inserto en el atractivo valle. Data de la década de 1920 y fue promovido por la firma de capital vasco Hulleras de Turón. Es una obra de ingeniería cuya reducida escala y su restauración permiten comprender el funcionamiento de estas instalaciones y lo que fue la historia industrial de la zona. En el recinto se encuentra el Aula de Interpretación, que se cobija en la antigua lampistería y es el punto de partida de la visita guiada, junto con el acceso al singular mirador excavado en la escombrera inmediata.

Enlazado con la Vía Verde del Valle, dentro del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras, el recorrido peatonal descubre diversas piezas de interés histórico-industrial en un entorno de gran calidad ambiental. Soto señala que en todo este recorrido hay un gran número de elementos que merece la pena ser mostrados.

Paisaje histórico y minero del Valle de Turón será el título de la placa informativa que se instalará a la entrada del recinto rehabilitado. «Es la leyenda que siempre incluimos en las actuaciones que hemos realizado en la zona, es nuestra marca turística», explica Soto. De momento, señala, siguen trabajando en otros ámbitos para lograr la financiación que permita la adquisición del letrero, que suma unos 600 euros.

El Ayuntamiento de Mieres tiene la intención, desde hace tiempo, de desarrollar un parque turístico centrado en los muchos elementos patrimoniales del valle. Pero los movimientos de la administraciones públicas son lentos y ocurre, como en muchas otras partes del país o de Europa, que es la sociedad civil la que se implica en la defensa y protección de estos elementos.

Hay un elemento central para articular este parque temático, que es el Pozo Santa Bárbara, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 29 de octubre de 2009, convirtiéndose en el primer pozo minero asturiano en recibir esta distinción. Se trata de un ejemplo paradigmático de explotación minera, en la que son apreciables las distintas etapas que caracterizaron la técnica extractiva a lo largo del siglo XX. Reúnen sus instalaciones interés constructivo, por mantener piezas de varios momentos históricos, y también técnico, por contar con un compresor y subestación eléctrica que permitieron la mecanización global de la explotación en una fecha muy temprana del siglo XX.

Desde la asociación Santa Bárbara se entiende que es preciso dar un impulso al desarrollo turístico de este elemento. El Consistorio mierense cuenta con un ambicioso plan para culminar la rehabilitación parcial ya ejecutada por el Ministerio de Cultura, que invirtió unos 600.000 euros entre 2014 y 2015, actuando en diversos elementos de la instalación.

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