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Ahmed Agaelkurdy, Essam Aldemasi (atrás) y Lina Demasi y Mohamed Demasi (adelante), en Gijón. Juan Carlos Román

«Decidir salir de Gaza fue lo más difícil de nuestras vidas»

Cuatro palestinos en Asturias describen la angustia que sufren a diario por su país, donde tienen a sus familiares: «Nos levantamos pensando que quizás no volvamos a saber de ellos»

Soraya Pérez

Gijón

Sábado, 13 de septiembre 2025, 22:33

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Caminar sobre los escombros donde permanecen sepultados familiares, de los cuales, no has podido despedirte. Mirar a tu alrededor y sólo ver ruinas y destrucción... «Gaza antes era una cárcel y ahora es un cementerio. Ya no queda nada». Así define la asturiana-palestina Lina Demasi Aldemasi el horror de la guerra entre Israel y Palestina. Un conflicto que desde el 7 de octubre de 2023 se ha cobrado la vida de más de 65.000 civiles, de los cuales, más de 20.000 son niños.

Lina nació en Gijón hace 23 años. Es estudiante de la Universidad de Oviedo, pero toda su familia es de Gaza, incluyendo sus padres: Ghassan Demasi Skak y Haneen Aldemasi Aldemasi. Ambos se establecieron en Asturias en 2001 buscando una mejor vida para sus dos hijos, Lina y su hermano Mohamed Demasi. Desde los cinco años esta joven empezó a ser consciente del conflicto entre ambos países. «Esto no es de ahora, desde 1948 los palestinos no hemos tenido paz. Siempre habíamos vivido en una cárcel, pero desde octubre de 2023 Israel ha decidido exterminarnos. No es sólo un genocidio, es un exterminio. El propósito es ese: exterminar a todo un país, borrarnos del mapa. Exactamente desde hace un año, 11 meses y cinco días, mis padres no han podido dormir pensado en toda mi familia que está en Gaza y en quienes ya nos han matado. Hemos perdido a tíos, primos, a muchos...», cuenta Demasi, con una mirada llena de tristeza.

Añade que «esto no es un conflicto de derechas o de izquierdas, esto es una cuestión de humanidad. Porque nos están matando de hambre. La gente va a buscar comida sabiendo que si salen de sus refugios puede que no regresen», subraya.

Afortunadamente algunos de sus familiares en Gaza han podido escapar. Llegaron a Asturias hace cuatro meses y ahora están aquí para contar «el infierno en la tierra» en el que se ha convertido la Franja.

El cónsul español en Jordania, con un grupo de palestinos evacuados de Gaza (incluyendo la familia de Lina) en abril de 2025 . e. c.

Uno de ellos es el primo de Lina, Ahmed Agaelkurdy, de 26 años, quien salió de Gaza con el corazón en las manos, dejando a su hermano y a gran parte de su familia, que es también la de Lina. Su hermano Mohamed se negó a irse «porque es médico y al ver tanta destrucción y tanta gente muriendo diariamente quiso quedarse a ayudar, aún teniendo la oportunidad de venirse conmigo. Pero se negó, su corazón le pedía ayudar a la gente, aunque eso signifique arriesgar su vida», relató, con profundo dolor. Añadió que «los hospitales están tan colapsados que los cuerpos están en el suelo apilados, uno encima de otro. Mi hermano tiene que trabajar como puede, sin recursos», añadió.

Ahmed afirma que «todos nosotros fuimos afectados física y emocionalmente, especialmente mi madre, mi padre y los hijos de mis hermanos; los niños y los ancianos eran los más vulnerables. Además, el polvo y los escombros provocados por los bombardeos causaron asfixia a varios miembros de mi familia dentro de la casa, lo que aumentó nuestro sufrimiento», explicó.

Para este ingeniero informático, que se ve ahora sin futuro y lejos de su tierra, «tomar la decisión de salir de la Franja de Gaza fue uno de los momentos más difíciles de mi vida. Sentía que dejaba una parte de mi alma atrás y todo lo que amo. Nos vimos obligados a huir en busca de seguridad, pero esa decisión no estuvo libre de dolor porque dejé atrás a mucha familia, incluyendo a mi hermano», indicó el gazatí.

A pesar de todo lo que ha tenido que vivir, Ahmed sigue siendo una persona agradecida. «Tuve la suerte de poder llegar a España, gracias a la ayuda de mi tío Ghassan (el padre de Lina), quien no dudó en apoyarme tanto económicamente como moralmente. Gracias a sus esfuerzos y sacrificios, llegué con mis padres a un país donde podemos empezar de nuevo, buscando una vida digna, estable y segura, lejos del sonido de las bombas y la incertidumbre del mañana», contó, visiblemente emocionado.

Essam Aldemasi sobre las ruinas de su casa, en Gaza. e. c.

Panfletos desde el aire

También llegó a Asturias hace cuatro meses el tío de Lina, Essam Aldemasi, que dejó a toda su familia atrás. Y que asegura que «ahora mismo sacarlos de Gaza es imposible. Todos los días me levanto pensando que quizás ya están muertos, que en cualquier momento no volveré a saber de ellos», relata, con tristeza.

A Essam el recuerdo de lo que era Gaza lo atormenta cada día, porque antes de la guerra solía ser una persona feliz. «Crecí en una familia numerosa, rodeado de amor, sacrificio y valores. Soy el más pequeño de seis hermanos, y aunque eso a veces significaba ser el más protegido, también me convertí en el más observador. Aprendí mucho simplemente viendo a los mayores luchar cada día por salir adelante en un entorno donde la vida nunca ha sido fácil», subrayó.

La figura más importante en su vida ha sido siempre su madre, Heyam Aldamasi. «Ella es el corazón de mi familia. Una mujer fuerte, valiente, que supo mantenernos unidos incluso en los momentos más oscuros. Fue ella quien me enseñó a mantenerme firme ante la injusticia, a no perder la esperanza y a ser agradecido, incluso en medio del sufrimiento», destacó este joven economista de la Universidad Islámica de Gaza.

Sobre la guerra, Essam no duda en afirmar que «esta guerra superó todos los límites de destrucción y violencia. El 13 de octubre, el ejército israelí lanzó panfletos desde el aire ordenando la evacuación del norte y centro de Gaza. Nos cayeron papeles desde el cielo en donde Israel nos pedía que marcháramos inmediatamente. Fue realmente perturbador», relató el tío de Lina.

Cuando tuvieron que huir, su cuñado contactó con el embajador de España en Egipto, Agustín Uñas, y mantuvo varias entrevistas con él. «Nos hablaron de una posible evacuación en febrero de 2024, que finalmente no se realizó. Cuando el ejército israelí volvió a exigir evacuaciones, nos desplazamos a Mawasi, en el oeste de Khan Younes. En ese momento, mi cuñado, Ghassan Demasi Skak, y mi hermana, Haneen Aldemasi, que residen aquí en Asturias, intentaron ayudarnos con la embajada española en Egipto», explicó Essam.

Las tiendas de campaña donde se resguardan los gazatíes. e. c.

La enfermedad de su madre

Su huida de Gaza finalmente fue posible porque su madre estaba muy enferma. «Mi madre empeoraba rápidamente por un derrame cerebral y nos quedábamos sin medicación. Estábamos inscritos en la lista de evacuación de diciembre, pero la frontera se cerró. Los edificios estaban destruidos, y nos vimos obligados a vivir en tiendas de campaña durante meses», dijo.

Finalmente, el 1 de abril de 2025, «llegó un milagro: la embajada de Jerusalén llamó a mis familiares en España para decir que había una evacuación programada para el 16 de abril, a través de la Cruz Roja», recordó, con una tímida sonrisa.

La familia de Lina no pierde la esperanza de volver a reunirse toda. Mientras tanto, no dejarán de alzar su voz para defender ese territorio donde alguna vez fueron felices.

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