«Dejan la muerte de Enol en tierra de nadie por algo burocrático»

El 1 de enero de 2021 a la familia Arias Antolín se le vino el mundo encima. Ese día, en el Hospital Universitario Central de Asturias, fallecía Enol: un chico de 12 años, estudiante del Colegio de la Inmaculada de Gijón, sin antecedentes médicos significativos más allá «de dos o tres catarros». Todo apunta a que el síndrome inflamatorio multisistémico que figura como causa de su muerte está relacionado con la SARS-CoV-2 (covid-19). Sin embargo, la Consejería de Salud no le reconoce como víctima del coronavirus y eso no deja a su madre, Lucía Antolín, «descansar de esta pesadilla».

Para ella es importante. Autorizó todo tipo de pruebas médicas y patológicas para que los especialistas que «hicieron lo imposible por Enol» pudieran investigar su caso, que conmocionó a toda Asturias. «Incluso se llevaron muestras de ADN a analizar a Estados Unidos», subraya. Lucía Antolín quería respuestas concluyentes sobre la muerte de su hijo y que esas respuestas sirvieran en el futuro para ayudar a otros niños en la misma situación, «como parece ser que así ha sido».

Pero, después de tantos desvelos, «es como si el caso de mi hijo no hubiese existido». Y todo «por cuestiones burocráticas». A saber: «Como Enol no dio positivo en las PCR que le hicieron al ingresar en el hospital, pues la Consejería considera que no murió de covid», aunque la serología sí relevó que el niño había padecido el coronavirus, sin llegar a presentar síntomas en el momento de la infección.

Las investigaciones llevadas a cabo durante estos meses van más allá, en base a los análisis realizados en Estados Unidos que detectaron proteína 'Spike' en las células intestinales de Enol, «apoyando la hipótesis de que esta presencia viral en el intestino está relacionada con su síndrome inflamatorio multisistémico». Y así se recoge en 'The Journal of Pediatrics', donde el equipo médico que se volcó con el caso de Enol ha presentado sus descubrimientos. Esta revista estadounidense publica los grandes hallazgos científicos relacionados con niños que se van produciendo a nivel internacional.

Se confirma que la covid-19 «permanece en el tracto gastrointestinal durante semanas en niños con síndrome multisistémico». La proteína 'Spike', espícula en castellano, permite al coronavirus replicarse a mayor velocidad. Las vacunas, de hecho, tienen como objetivo activar el sistema inmunológico frente a esta espícula viral que, en el caso de Enol, desencadenó una inflamación multisistémica de «evolución abrumadora».

Su madre lo resume de una forma demoledora: «El virus lo consumió por dentro». Los sìntomas comenzaron tres días antes de su ingreso, primero en el Hospital de Cabueñes y, de ahí, directamente al HUCA. Fiebre muy alta, de hasta 42,2ºC, una erupción cutánea aguda o inflamación abdominal con diarrea son algunas de las características de un cuadro clínico que empeoró con gran rapidez sin que los médicos pudieran detenar todas las alteraciones orgánicas que sobrevinieron, muchas de ellas compatibles con una infección por coronavirus, que en enero de 2021 estaba generando uno de los momentos más críticos de la pandemia.

Lucía Antolín no entiende «por qué, con todas estas evidencias, mi hijo no está incluido en la lista de fallecidos por covid». Hasta el punto de que le ha escrito una carta al consejero de Salud del Principado, Pablo Fernández Muñiz, para trasladarle su desazón: «Como máximo autoridad sanitaria de Asturias, le pido que tome en consideración mi inquietud para que pueda pasar página. Creo que no es mucho pedir para una madre que ha perdido a un hijo de 12 años».

Y apostilla en su conversación con este periódico: «No sé si es que no quieren asustar. Pero a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Si Enol falleció por covid, pues hay que reconocer que así fue para tratar de evitar que esto se repita, para que la gente sepa que ocurren estas cosas. Por un tema burocrático, se ha dejado al niño en tierra de nadie».