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Los hospitales asturianos vuelven a abrir sus puertas para recibir a los nuevos MIR. Cambian las caras, pero no la ilusión y la responsabilidad. 68 residentes —son siete más que el año pasado y en su mayoría de Medicina, pero también de Enfermería, Psicología, Farmacia y Análisis Clínicos— han elegido el Área Sanitaria V para su formación especializada. Esa etapa en la que combinan una doble identidad: como «alumnos» pero también como «trabajadores» del sistema sanitario. La etapa en la que pasan «de graduado a especialista». De ser «un sensible a la fuerza a un Jedi bien entrenado», tiró de símil cinematográfico María Estrada, tutora hospitalaria de Medicina Familiar y Comunitaria, en una de las charlas de la jornada de bienvenida a la que esta mañana asistieron todos ellos.
«En la facultad os han enseñado Medicina, Enfermería, Farmacia, Psicología... Aquí os enseñaremos a ser médicos, enfermeras, farmacéuticos...», les alentó en su intervención la gerente del Área V, Marisa Sánchez, quien les pidió que a partir de ahora tengan siempre muy presentes las reglas de 'las tres haches': «Honestidad, humildad y humanidad» y de 'las tres es': «empatía, estudio y equipo». Trabajar en equipo y «ponerse siempre en la piel del paciente» fueron sus recomendaciones.
También la directora médica del Hospital de Cabueñes, Isabel González Fouces, insistió en esa idea, en que «el paciente será vuestro objetivo fundamental», por lo que «merece toda la atención y respeto y también vuestra cercanía, empatía y, en ocasiones, cariño».
Raquel Coalla, de San Claudio, tenía claro que no quería irse de Asturias. Ella es una de las dieciséis residentes de la especialidad de Medicina de Familia que se incorporan al Área Sanitaria V. «Escogí Cabueñes porque es un hospital mediano y creo que el ambiente aquí va a ser más familiar. Además es un hospital que se compromete mucho con la formación».
Formado en Cuba, aunque residente en Asturias desde hace un par de años, Javier Alejandro García eligió la especialidad de Medicina Intensiva, de la que sabe, por referencias, que Cabueñes «tiene un buen programa». En su caso, la cercanía del centro a su lugar de residencia, también pesó. Eso y que «tengo entendido que es un buen hospital» en el que espera «sacar provecho y formarme lo mejor que pueda» en los cinco próximos años.
Asturiana pero graduada en Galicia, Alicia Fernández se debatía entre hacer la especialidad de Cirugía Vascular en Vigo o Gijón. Tras asistir a las jornadas de puertas abiertas para futuros residentes organizadas por Cabueñes despejó las dudas y optó por quedarse en casa, en un hospital del que destaca su «ambiente». Por delante, cinco años para «aprender mucho, pero también disfrutar».
Las enfermeras Carlota Vázquez, Yolanda Simón y Tamara Llamas tenían claro que el Área V sería el lugar donde pasarán los dos próximos años para «aprender mucho» y especializarse «algo que, en enfermería, es muy importante». Las tres ocupan las tres únicas plazas ofertadas en la especialidad de Matrona.
Este año han optado por el Área Sanitaria V para su formación especializada 68 residentes. La mayoría (50) son MIR: 16 de Medicina Familiar y Comunitaria (12 en Cabueñes y 4 en el Hospital de Jove); cuatro de Medicina Interna (tres en Cabueñes y uno en Jove); tres de Radiodiagnóstico; dos de Pediatría, Psiquiatría, Neurología, Obstetricia y Ginecología, Anestesiología y Reanimación, Aparato Digestivo, Cardiología y Cirugía Ortopédica y Traumatología; y uno de Neumología, Anatomía Patológica, Angiología y Cirugía Vascular, Medicina Intensiva, Urología, Oftalmología, Cirugía General y del Aparato Digestivo, Dermatología, Endocrinología, Hematología y Hemoterapia 1 y Salud Laboral.
Otras 14 plazas son de Enfermera Interna Residente (EIR): seis de Enfermería Familiar y Comunitaria, tres de Matronas y otras tres de Salud Mental, una de Pediatría y una de Salud Laboral. Hay además una plaza FIR (Farmacia Hospitalaria) y BIR (Análisis Clínicos) y dos plazas PIR (Psicología Clínica).
Durante esta semana y la próxima deberán asistir a varios cursos de formación organizados por la Comisión de Docencia del Hospital Universitario de Cabueñes, desde talleres sobre el correcto lavado de manos a cursos de RCP básica, pasando por una introducción a la bioética, el sistema de fármaco vigilancia y el protocolo de violencia de género, además del manejo de la historia clínica y del sistema informático Selene, para el que se reservan tres jornadas.
Fueron muchas las recomendaciones para afrontar esta etapa con éxito que se les ofreció esta mañana. Y entre ellas, una advertencia: «Si llegáis al hospital después de las ocho y cinco de la mañana, no encontraréis donde aparcar».
El salón de actos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha llenado esta mañana de batas blancas, nervios e ilusión. Era la jornada de acogida a la nueva promoción de especialistas en formación, los MIR, que inician una etapa decisiva en sus carreras. El evento, presidido por la cúpula directiva del Área Sanitaria IV, no solo sirvió para dar la bienvenida, sino también para subrayar el valor estratégico de la docencia y la investigación en el sistema sanitario.
En la mesa presidencial, Beatriz López Muñiz, gerente del Área IV; Álvaro González Franco, director de Atención Sanitaria; Gema García Riestra, directora de Enfermería; y Fernando López Álvarez, vicedecano de la Facultad de Medicina, coincidieron en destacar la importancia de esta nueva savia para el hospital.
Entre los rostros de los recién llegados, la emoción era palpable. Lucía Álvarez, que comienza su residencia en Aparato Digestivo, lo resumía a la perfección: «Estoy muy ilusionada. Estudié en Oviedo y conozco el hospital, lo que te quita nervios, pero no deja de ser una etapa diferente». Su elección no fue casual. «Aparato Digestivo es uno de los mejores servicios a nivel nacional y algunos de sus especialistas están reconocidos a nivel europeo», explicó. Sus metas son claras: «Espero aprender mucho, pasarlo bien, conocer a gente para hacer equipo y salir bien formada».
A su lado, Carlos Piedra Nuño, futuro cirujano torácico, compartía su entusiasmo. Su camino hasta aquí tuvo un giro inesperado: «Tenía claro que quería ser cirujano, pero la primera vez que pisé un quirófano dije 'nunca más'». Sin embargo, gracias al conocimiento del servicio y «la insistencia de mi padre», acertó. «Soy de Oviedo, me gusta mi tierra y tengo muchas ganas de empezar. De aquí a cinco años, cuando termine, ya se verá», afirmó. Sobre la investigación, se muestra cauto pero abierto: «No sé, pero probablemente pruebe, veremos. De momento, la docencia me gusta».
Los responsables del área sanitaria destacaron el papel fundamental que juegan los MIR. «Hoy es un día importante para poner en valor a quienes comienzan su trayectoria», afirmó Álvaro González Franco. «Uno de los grandes pesos que tienen los hospitales universitarios es el valor que los MIR aportan. Su llegada revitaliza los servicios y nos exige que la formación sea la mejor posible para estar siempre al día. En el HUCA, esto es una bandera y una prioridad», aseguró, recalcando que «el sentido de pertenencia, la calidad y la calidez» son esenciales para no perder el rumbo.
Por su parte, la gerente Beatriz López Muñiz puso el foco en el prestigio del centro. «Los MIR quieren venir al HUCA y se quieren quedar porque seleccionamos a los mejores. Eligen los sitios donde se van a formar mejor y aspiran a buscar un lugar donde puedan proyectarse profesionalmente». Sin embargo, lanzó un mensaje realista: «No todos los que se quieran quedar podrán hacerlo».
La investigación fue otro de los ejes del encuentro. Fernando López Álvarez, vicedecano de Medicina, admitió que no suele ser la primera preocupación de un residente. «Un día como hoy entras a formarte como médico especialista, no piensas en eso. Puede haber alguno que lo tenga claro por imitación, pero no es el primer pensamiento». A su vez, reivindicó las oportunidades y los desafíos de la investigación clínica en Asturias: «Se puede hacer perfectamente, aunque debería estar más potenciada, porque muchas veces la hacemos fuera de nuestro horario laboral».
A los nuevos residentes se les presentó a un compañero de trabajo que no lleva bata, pero con el que tendrán que colaborar estrechamente: la inteligencia artificial. Durante la jornada, se les recordó que la IA es una herramienta con la que tendrán que convivir y aprender a manejar, un nuevo paradigma que definirá el futuro de la medicina que ellos mismos construirán.
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