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Su majestad, en Asturias. El Rey Carlos III y Doña Juana, dama de compañía de la infanta Isabel Clara Eugenia, con las presidentas de la DOP Casín y Afuega'l Pitu y la directora general de Agroalimentación, celebran la cultura sidrera asturiana. O. Villa

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Su majestad, en Asturias. El Rey Carlos III y Doña Juana, dama de compañía de la infanta Isabel Clara Eugenia, con las presidentas de la DOP Casín y Afuega'l Pitu y la directora general de Agroalimentación, celebran la cultura sidrera asturiana. O. Villa
Fitur 2025

Carlos III bendice la cultura sidrera asturiana

Echa un culín. Miles de turistas en potencia visitan el estand asturiano en Fitur con el reclamo de la gastronomía, la cultura y el paisaje

Octavio Villa

Gijón

Sábado, 25 de enero 2025, 18:58

Todo es posible en Fitur. Hasta los viajes en el tiempo. El Rey Carlos III de Borbón y Doña Juana, la dama de compañía francesa de la infanta Isabel Clara Eugenia, la hija mayor de su Católica Majestad Imperial Felipe II, viajaron al estand de Asturias desde el siglo XVIII y el XVI, respectivamente, para probar la sidra asturiana y lanzar un «¡Viva la cultura sidrera asturiana!» al probarla, de manos de los escanciadores Alejandra Vanegas y Emilio Rubio, junto a la directora general de Desarrollo Rural e Industrias Agrarias, Begoña López, y las presidentas de las DOP Casín y Afuega'l Pitu, Natali Lobeto y Raquel Álvarez.

Encantados quedaron ambos personajes, encarnados con maestría para el estand de la Comunidad de Madrid por el actor Guillermo Llansó y la actriz y guía oficial del Real Monasterio del Escorial Cristina Ruiz, que amablemente se interesaron de forma personal por la sidra asturiana (probaron Val de Boides, de Castañón, que se está llevando elogios unánimes de todos los visitantes.

En su papel, don Carlos III emitió un real decreto sobre la marcha para «introducir la sidra asturiana en mi corte de forma oficial», si bien Doña Juana dio inmediatamente «fe de que en la de don Felipe II ya se tomaba con gusto».

Fue un momento divertido, pero es que Fitur se trata de eso, de disfrutar, de imaginar, hasta de fantasear sobre bases sólidas, como está demostrando ser la cultura sidrera asturiana, recién reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Y eso atrae mucho. La feria se llena el sábado y el domingo del público no profesional –las colas son enormes para cualquier estand que tenga un mínimo de atractivo, y el de Asturias tiene varios, el rincón sidrero, la zona de exhibiciones y la de productos de marketing. Si un visitante quiere probar la sidra escanciada por el equipo compuesto por Alejandra Vanegas, Emilio Rubio, el campeón del mundo de escanciado de sidra Wilkin Aquiles y el campeón de Asturias Jorge Vargas (y, de paso, aprender por qué se escancia y cómo se hace correctamente); asistir a una degustación como las que dirigieron el chef David Montes 'El Furtivo', de La Campana, con la DOP Afuega'l Pitu y la IGP Miel de Asturias (excelentes mousse de chorizo, Afuega'l Pitu rojo y jarabe de miel, el carpaccio de chosco con virutas de Afuega'l Pitu blanco y la mousse de Afuega'l Pitu blanco con tomate y crujiente de miel) y Sergio Rama, del catering 'Canela en Rama', con la IGP Ternera de Asturias (elaboró en directo unos cachopos y tartar de ternera, que también llenaron la zona de exhibiciones) y llevarse una de las mochilas con el logo del galardonado Arcadi Moradell (Asturias, Paraíso Natural), ha de estar dispuesto a hacer más de dos horas de cola. Y lo están.

Además, quienes pasaron por el estand asturiano pudieron disfrutar de dos tandas de bailes tradicionales de Cudillero, con el grupo Arduríu Pixuato, dirigido por María Antonia Álvarez Ondina, que «llevo 60 años bailando y recogiendo la tradición de los cantos y los bailes de Cudillero». María Antonia es la esposa del cronista oficial de Cudillero, hijo a su vez de Elvira Bravo, quien durante cuatro décadas fue la autora del texto del discurso de l'Amuravela y que «conservó todas las canciones y se preocupó por enseñárnoslas a todos». Hoy el grupo cuenta con unas 25 personas, algunas de ellas muy jóvenes, que deleitaron a los visitantes con el 'Perlindangu', varias 'giraldillas', la especial 'Danza Prima de Cudillero', de raíz celta, un 'Descanso' (un «fandango asturiano» y la muy llamativa 'La Red', un baile en el que mujeres y hombres, con redes de pesca, evocan el olor del salitre y el pescado con la danza.

Presentaban, de paso, la fiesta de Santana, que se celebra el 26 de julio en la ermita del pico Montarés, un lugar especial desde el que se divisa «desde el cabo Peñas hasta la Estaca de Bares» y que es «especial para todos los concejos de la comarca». Y se lo dedicaron, todos los de Arduríu Pixuato, a su componente Manoli, a quien una enfermedad no le permitió asistir a Fitur, con intensos deseos de recuperación.

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