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u La terraza Pilar Andrés y Víctor Antuña, en uno de los espacios singulares del hotel, donde se servirán los desayunos en verano.
Una casona con 'Alma' de serie

Una casona con 'Alma' de serie

Cine. ·

Uno de los inmuebles más emblemáticos de Muros, donde se acometen las obras para abrir un hotel, sirvió como escenario de una producción que Netflix emite desde el viernes

ROSA FUENTES

Sábado, 20 de agosto 2022

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La Casona ya no es del marqués. Hace unos seis años que pasó a manos de un promotor avilesino y de su mujer. La adquirieron para embarcarse en un obra ilusionante que en unos meses tendrá la forma de un hotel boutique. Sin embargo, durante diez capítulos tampoco será suya, sino de los espectadores de televisión. Hoy comienza en Netflix la emisión de la serie de fenómenos paranormales 'Alma', y esta emblemática casa de Muros de Nalón es su escenario.

Víctor Antuña y Pilar Andrés fueron partícipes del rodaje de 'Alma' y su casa esconde los secretos de una serie dirigida por Sergio G. Sánchez. Trabajaron durante la pandemia y no pusieron nada patas arriba sino todo lo contrario. Durante algo más de seis meses, esta casona de indianos, que ha derivado a un perfecto estilo inglés, fue un escenario con mucha 'Alma'.

Ahora recuerdan aquellos días de rodaje en los que la casa tomaba la vida de los protagonistas. «No vinimos mucho por aquí porque coincidió con la pandemia y no queríamos entrometernos», dice Pilar Andrés. Seguían un protocolo muy estricto, tanto que «no registraron ni un solo caso de Covid, pudieron hacerlo todo de continuo».

La cocina, el pasillo, la escalera o el salón con chimenea se vistieron con el decorado que exige la trama, con la exigencia que requiere una producción Netflix. Prueba de ello, el gran espejo de la entrada donde «ocurren cosas» y que ha quedado en la Casona, como señal de lo que allí ocurría aquellos frenéticos días.

Decenas de personas trajinaban por pasillos y habitaciones, y también por el jardín, donde llegó a instalarse una casa de madera de 32 metros cuadrados, dentro de un haya púrpura péndula, con corredor incluido.

Fuera de la ficción, la ilusión de Víctor Antuña y Pilar Andrés está enfocada a terminar las obras de la Casona para finales de año, aunque la apertura no será efectiva hasta la primavera.

Cada detalle cuenta y el suyo será un hotel repleto de ellos. Han mantenido toda la estructura, por gusto y por obligación, porque «la rehabilitación es muy exigente al ser un inmueble catalogado». Por eso, «la obra está resultando el doble de cara de lo previsto en un principio, es mucho más fácil tirar y hacer nuevo que recuperar». El tejado de la torre, todo recubierto de zinc, con el chapitel, como era inicialmente, «nos ha supuesto el triple» que un tejado normal. Han mantenido las maderas y la marquetería de las puertas originales y todo aquello que se podía conservar.

Diez habitaciones y varias zonas comunes se asentarán en 1.100 metros cuadrados, rodeados de un jardín de cuatro hectáreas y media, repleto de joyas naturales y piscina.

Su apuesta es elevada, con una inversión que roza los dos millones, porque creen que «el turismo de la zona va en aumento». Hasta ahora, les ha ido bien con dos apartamentos ya abiertos en el mismo recinto.

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