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Numerosos vecinos se congregaron en el lugar del suceso para seguir las labores de rescate.

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Numerosos vecinos se congregaron en el lugar del suceso para seguir las labores de rescate. E. C.

El escape de gas que provocó la noche más negra de Luanco

17 de agosto de 1982. Hoy, hace 40 años, una explosión destrozó de madrugada el bar El Bodegón y tres viviendas cercanas dejando once muertos y diez heridos

ALICIA GARCÍA-OVIES

Miércoles, 17 de agosto 2022, 03:14

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Agosto de 1982. Cinco menos diez de la madrugada. Una explosión de gas propano destroza el bar El Bodegón y otros tres inmuebles. Once personas pierden la vida y diez resultan heridas. Una tragedia que cuarenta años después sigue grabada en la memoria colectiva de los luanquinos, siendo todavía a día de hoy el mayor desastre de estas características acontecido en la región.

Todo ocurrió en plena temporada de verano, con el pueblo lleno de visitantes. Ese día se había disputado en La Ribera un partido del tenis-playa. Nadie se imaginaba entonces que horas después sus vidas quedarían marcadas para siempre. A las cinco menos diez de la madrugada la enorme explosión destrozaba El Bodegón y las viviendas cercanas. Fueron momentos de incertidumbre y miedo en los que los vecinos, sin pensárselo un minuto, se lanzaron a la calle para proceder a extraer de entre los escombros a muertos y heridos.

Poco después, profesionales de todo Asturias cogieron el relevo. Hasta Luanco se desplazaron agentes de la Guardia Civil y la Policía Local; miembros del Grupo Especial de Rescate de la Cruz Roja de Sama de Langreo; componentes de la Brigada de Salvamento de Hunosa; bomberos de Gijón, Avilés y Ensidesa; efectivos de Protección Civil; médicos de distintos centros sanitarios de la región y un ingeniero de Ensidesa.

Entre los fallecidos estaba el exfutbolista del Sporting Rafael de Diego y gran parte de su familia. Solo se salvó su hijaEl gas se acumuló durante casi tres horas y acabó explotando debido a una chispa de un cigarrillo o electrodoméstico

Nada pudieron hacer por los fallecidos. Entre ellos Rafael de Diego (38 años), exfutbolista del Sporting, Real Madrid, Oviedo y Espanyol, entre otros equipos, que pereció junto a gran parte de su familia. Su madre, Ramona Larrañaga; su esposa, Marta Álvarez; sus dos hijos gemelos Javier e Iñaki (9); y su empleada de hogar, María Angélica García (19). Solo su hija, Marta de Diego Álvarez, que en aquel entonces tenía once años, logró salvar la vida.

Bajo los escombros también encontraron los cadáveres de Carlos Asensio Bretones, de 57 años y catedrático de Bioquímica de la Universidad de Alcalá de Henares, que se encontraba en la villa después de haber acudido a los cursos de La Granda; Miguel Márquez (65), avilesino y capitán de Artillería retirado; su nieto, el madrileño Pedro Miguel Vidal-Guirardo (15), y el joven irlandés Daryll Brad Shaw (15), invitado de la familia De Diego.

Al día siguiente se supo también del fallecimiento de Raimundo García (29), que había sido alcanzado por la onda expansiva.

Una inspección realizada por los técnicos de la Dirección Provincial de Industria y Energía aclaró días después la causa del suceso, un escape de gas propano. El bar disponía de seis botellas de 12 kilos cada una. Los técnicos encontraron tres llenas y y otras tres vacías, y fue el grupo de botellas que suministraba a la cocina -el otro lo hacía a un calentador- el que sufrió el escape.

Calculan que el gas se acumuló durante casi tres horas y que fue una chispa, producida por un electrodoméstico o un cigarrillo, lo que causó una tragedia que a día de hoy sigue sin olvidarse.

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