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La fresa de Candamo resiste bajo la lluvia
Dieciséis productores locales participaron en la 42 edición del certamen, que llenó de gente la localidad de Grullos pese al mal tiempo
La fresa de Candamo es una tradición que está tan arraigada en el sentir popular de sus gentes, que prácticamente viven todo el año en estrecha relación con este producto tan codiciado entre los amantes del buen comer. La temporada acaba de comenzar y es tradición que el concejo celebre su Festival de la Fresa, que este domingo volvió a llenar de visitantes el prao de la iglesia de Grullos, pese a un 'orbayu' insistente que no frenó las ganas de la gente por probar las primeras fresas de la temporada.
En el certamen, que alcanzó su 43 edición, participaron dieciséis productores del concejo, que decoraron sus casetas con todo lujo de detalles para dar protagonismo al producto estrella del día, una fresa que pese a no tener el mejor inicio de temporada, persiste como una delicia en miniatura. «La climatología no ha sido la mejor, ha hecho mucho calor pero también lluvias fuertes y eso te obliga a deshacerte de mucho producto, pero el que queda es de buen tamaño y estamos contentos pese a todo», confesaba Maite Fernández, productora de la parroquia de El Valle.
Acudió al festival acompañada por su madre, Isolinda López, que a sus 92 años es una institución y la productora de fresas más longeva de Candamo. Animada pese a la lluvia, Isolinda reconoció estar «muy contenta de volver al festival, hemos traído más de veinte kilos y está muy buena», aseguraba mientras ofrecía sus fresas a los visitantes.
Sin embargo, uno de los puestos en torno al que se congregó más gente fue el de Mari Cruz Arango, de Santoseso. El motivo es que fue la única productora que pudo presentar al público una pequeña muestra de la variedad de fresa autóctona que el Ayuntamiento, el Serida y la Universidad de Oviedo han rescatado del olvido tras varias décadas sin producción.
Eran apenas una decena de fresas las que Mari Cruz exponía con orgullo en un cestito y que solo pudieron probar algunos privilegiados. «Es pequeñina, pero muy sabrosa y tiene un olor inconfundible, nos alegramos muchísimo de haber recuperado una variedad milenaria y ojalá en unos meses ya las tengamos en su punto», confiaba Mari Cruz, que por otra parte no paró de vender cestas a rebosar de fresones en toda la mañana.
Los productores disfrutaron de la jornada y el público también, pese a la lluvia. Este domingo en Grullos se congregó gente venida de toda Asturias y pusieron en valor «un producto que es muy desconocido, pero que merece mucho la pena probar», reconocían Lucía Martínez y Pelayo Santos, dos avilesinos que acuden cada año al Festival de la Fresa de Candamo «y nos llevamos un par de cestas, eso no falla».
La mejor fresa de la temporada
El componente lúdico es prioritario en este evento gastronómico, pero tampoco hay que olvidar que los productores participan en un concurso. Un jurado compuesto por tres miembros del Serida se encargó de dirimir cuál es la mejor fresa de la temporada y la ganadora fue Orencita Miranda, una vecina de la parroquia de Ventosa que se llevó el trofeo de la fresa de oro y también la fresa de honor por su trayectoria.
«Estoy muy contenta porque no me lo esperaba para nada y menos un premio por partida doble. Ha sido año muy duro, con condiciones complicadas, y estos premios son un reconocimiento al esfuerzo», agradecía la ganadora. La fresa de plata fue para Isolinda López, la de bronce para Luis Fernández y la mejor presentación para Jesús Corzo.
Hicieron entrega de los premios varios representantes políticos que visitaron el festival, como el presidente de la Junta General del Principado, Marcelino Marcos Líndez; la consejera de Hacienda, Ana Cárcaba; o la diputada regional, Esther Freile.